OPINIÓ

Excusas que no cuelan

Gemma Herrero
2 min
Zinedine Zidane a Pamplona

BarcelonaZinedine Zidane terminó el encuentro en Pamplona asegurando: “Para mí esto no ha sido un partido de fútbol. Se tendría que haber suspendido. Todo el mundo quiere ver fútbol y esto no lo ha sido”. Había un terreno de juego en condiciones aceptables gracias al esfuerzo de los operarios de Osasuna, dos equipos con once jugadores, una pelota y un árbitro con sus asistentes. Había, por lo tanto, todos los requisitos necesarios para que se disputara el encuentro y si su equipo empató fue porque no jugó bien, apenas generó ocasiones, Benzemá no tenía la noche y Hazard es un bulto sospechoso. Las quejas de Zidane dan vergüenza ajena y retratan más su inoperancia (sobre todo en los cambios) y el disgusto por dejarse dos puntos que la realidad de lo que se vio en El Sadar.

Las cuatro horas que estuvieron metidos en un avión en el aeropuerto de Barajas esperando para poder despegar tampoco pueden servir de excusa. La incomodidad es comprensible, pero llegaron a Pamplona a las once y media de la noche del viernes, se alojaron en un hotel de cinco estrellas y el partido no se jugaba hasta las nueve de la noche del sábado. Y sabiendo que la capital estaba en alerta roja, con un temporal anunciado a bombo y platillo desde hacía días, podían haber planificado mejor el desplazamiento y salir antes. Fue el Real Madrid el que decidió la hora del viaje, no Tebas.

Koeman tampoco se lamenta ya por el VAR ni los horarios de los partidos porque Messi sonríe, se divierte, por fin marca de falta, ha encontrado un socio en Pedri y hasta Griezmann parece dar señales de vida. Ya no le hacen falta coartadas para esconder que su Barça era un desastre ahora que han recobrado el pulso, el ánimo y además él ha dejado de empeñarse en el doble pivote. Ahora que están a tres puntos del Madrid en la clasificación, es un buen momento para recordar que hay excusas que no cuelan.

Ni el Real Madrid empató en Pamplona por culpa del temporal, ni el Barça se dejaba puntos por jugar a las nueve en lugar de a las cuatro. Mientras, el Atlético sigue líder con tres partidos menos y un Simeone que no se ve favorito porque en el papel de víctima se encuentra mucho más cómodo. La mediocridad también es esto: un no me chilles que no te veo insufrible plagado de pretextos absurdos.

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