Futbol

¿Qué herramientas tiene el Barça para hacer frente al Real Madrid?

Encontrar profundidad con los extremos y ajustar la presión para evitar que Modric y Kroos estén cómodos, algunas de las claves

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Sergio Busquets

BarcelonaSon pocas las actuaciones del Barça de este inicio de temporada que invitan al optimismo contra el Real Madrid. A continuación intentamos resumir algunos conceptos tácticos cruciales para poder hacer frente al conjunto blanco este domingo en el Camp Nou.

Que el equipo y los interiores acompañen a Busquets

Tuvo que aparecer la figura de Luis Enrique y la UEFA Nations League para recordarnos que, bien acompañado, Sergio Busquets sigue siendo uno de los mejores en su posición. En el último partido, contra el Dinamo de Kiev, el Barça tuvo mucho más la pelota (63%) que su rival, pero durante buena parte del tiempo las posesiones fueron estériles, lo que provocó que el juego fuera lento y soporífero. En numerosas ocasiones, Busquets bajaba a recibir entre los centrales, un recurso útil contra rivales que efectúan una presión alta, pero este no fue el caso del Dinamo. En consecuencia, el espacio que buscaba liberar el de Badia incrustándose entre Piqué y Lenglet no fue aprovechado por ninguno de los dos interiores, ni por Frenkie de Jong ni por Gavi.

Y esto se sumaba al hecho que el extremo izquierdo, Memphis, ocupaba posiciones interiores de forma reiterada, lo que provocaba un atasco de jugadores del Barça que, a la vez, es más fácil de defender para los rivales. Es lo que pasó a menudo en acciones de inicio del juego contra el Dinamo, en las que Memphis caía a posiciones interiores y se molestaba con Gavi, mientras Frenkie de Jong iba a la posición de pívot sin representar ninguna amenaza. El Barça perdía de forma inútil un centrocampista (Busquets) y no conseguía intimidar las dos líneas de cuatro (en fase defensiva) de los ucranianos. Si el Madrid no plantea una presión alta en el Camp Nou, el equipo no se puede permitir que el de Badia se pierda entre los centrales, como pasó con los ucranianos.

Busquets, entre los centrales. La profundidad de Alba es fácil de defender, mientras que Memphis y Gavi se anulan el espacio entre ellos y De Jong ocupa el lugar donde tendría que estar Busquets.

Amplitud en las bandas, pero con extremos

Recae en los mecanismos tácticos (y también en la lectura individual y la naturaleza de cada jugador que ocupe la posición de extremo) compaginar los momentos en los que hay que dar amplitud con los que hay que ir hacia los carriles interiores. Contra el Dinamo de Kiev, con solo Dest dando amplitud como extremo, en pocas ocasiones se consiguió sorprender a la defensa rival. A la izquierda, Memphis dejaba todo el espacio para las llegadas de Jordi Alba, pero la defensa ucraniana a menudo las defendió sin muchos problemas (excepto de la acción del gol, que nace del rechazo de un córner). Además, el atacante neerlandés tampoco supo conectar con Gavi, sino que los dos jugadores se enredaban en el mismo espacio.

En cambio, contra el Valencia, con Dest dando amplitud a la derecha y Ansu a la izquierda, el Barça atacó mucho mejor y fue más profundo. Y, además, Ansu y Alba acreditaron un buen entendimiento entre ellos, lo que favorecía las subidas del lateral del Hospitalet, que siempre ha destacado más llegando por sorpresa que no atacando en estático (cuando se requiere tener uno contra uno).

Ante la presión del Valencia, Busquets encontrará salida a Alba, este se asociará con Gavi y, de aquí, la pelota viajará hasta Ansu en la acción del empate.
Ansu y Dest bien abiertos, y mientras tanto Gavi ofrece una opción de paso, De Jong tendrá espacio delante para sumarse al ataque.

Siguiendo con el duelo contra el Valencia como precedente del que se pueden sacar notas positivas, Memphis también se supo desarrollar bien en la posición de delantero centro tomando un rol, sin embargo, más de generador de juego que no de definidor: hace la pared con Ansu del primer gol y participa en la acción del penalti que provoca el hispanoguineano y que él acaba convirtiendo. En cambio, partiendo desde la banda contra el Dinamo, Memphis caía demasiado a menudo en posiciones alejadas de la portería.

Líneas juntas y presión ordenada

Si el Barça sabe sacar partido al juego ofensivo con extremos puede ser una buena herramienta para hacer daño a un Real Madrid que, si también opta por un 4-3-3, seguramente con Vinícius y Rodrygo (o Hazard), son atacantes que no destacan por su trabajo defensivo. Carlo Ancelotti, sin embargo, podría escoger protegerse y salir con un 4-4-2, añadiendo un cuarto mediocampista, que podría ser Valverde. Una fórmula que utilizó contra el Espanyol y que no le salió bien (Vinícius fue muy poco productivo). El conjunto madridista tampoco está siendo sólido en defensa y esto el Barça lo tendría que aprovechar. Ofensivamente, contra el Shakhtar Donetsk recuperó el 4-3-3 y Vinícius volvió a exhibir un buen momento de forma.

El mejor jugador del conjunto blanco, sin embargo, es Karim Benzema. Las vigilancias sobre el francés son innegociables, y a la vez, tal y como ha alertado Koeman en la previa, habrá que estar muy atentos "a los contraataques". Esto implica un trabajo colectivo de todo el equipo que quiere decir, en el caso del Barça, ejercer bien la presión. Si, tal y como ha dicho Koeman, el Barça tiene que salir "sin miedo", si no se hace una presión ajustada los blancos pueden destrozar a los azulgranas porque tienen pasadores de calidad como Kroos y Modric. Contra el Dinamo el Barça hizo en el primer tiempo una presión alta, con la defensa avanzada, un escenario en el que jugadores como Eric Garcia (miércoles ausente por sanción) demuestran más su potencial (en el caso del central también se puede recurrir a su actuación reciente con España) y en el que Busquets, si se ejecuta bien, se harta de recuperar pelotas.

La presión del Barça al Dinamo de Kiev obliga al conjunto ucraniano a jugar en largo.

En cambio, en la segunda parte ante los ucranianos, el equipo se partió (escenario en el que Busquets, y también la defensa azulgrana, sufre) y la presión fue desorganizada y, en muchos casos, infructuosa. Un escenario que el Barça no se puede permitir contra los blancos.

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