La parte del vestuario del Barça que más esperaba un cambio de aires en el banquillo

BarcelonaLos que han trabajado de bien cerca con Ronald Koeman destacan que es un entrenador que genera consenso entre los veteranos y los jóvenes porque con los primeros "va de cara" y con los segundos "no le tiembla el pulso a la hora de dar oportunidades". De hecho, durante el tramo de temporada del curso pasado en que el equipo funcionó –entre enero y abril, cuando se cambió la inercia en la Liga y se ganó la Copa–, desde la Ciutat Deportiva esta forma de proceder del neerlandés era uno de los argumentos que más se valoraba. Pero del mismo modo, desde el área deportiva del club, había quien no acababa de entender que un jugador del talento de Miralem Pjanic no tuviera más oportunidades o que futbolistas como Riqui Puig estuvieran resignados al ostracismo.

El centrocampista bosnio, que nunca supo el porqué de su situación –uno de los argumentos técnicos de Koeman era que la mentalidad de Pjanic era de mirar demasiado hacia atrás, retardar el juego, cuando él prefiere centrocampistas con vocación más ofensiva y vertical–, ya no sigue en la plantilla y juega cedido al Besiktas turco. En cambio, Riqui Puig decidió quedarse a pesar de saber que lo tendría difícil para jugar con el neerlandés. Tampoco lo veía claro Carles Aleñá, que ya acumulaba desgaste después de que Ernesto Valverde lo condenara por una mala actuación en San Mamés y lo hiciera desaparecer del mapa. El de Maresme decidió en verano hacer las maletas hacia el Getafe, donde es titular y espera revertir el mal inicio de curso del conjunto madrileño. "No creo que Koeman me fallara. Había jugadores que estaban por delante de mí, y cuando no tienes minutos hay que ser valiente. Podía quedarme en el Barça, pero creo que tenía que dar un paso adelante. No podía estar más tiempo sin jugar porque sabía que sería difícil cambiar la situación, porque por un motivo o por otro, no era del gusto de Koeman", explicó Aleñá poco después de su despedida.

El ostracismo de Riqui Puig

Riqui Puig, que la temporada pasada ya esperaba un cambio de rumbo en el banquillo, es uno de los futbolistas que está más convencido de que su suerte puede cambiar, y todavía más con la llegada de Xavi Hernández. El de Matadepera también sabe que cuenta con el apoyo del presidente Joan Laporta. Y a pesar de que algunos comentarios y actitudes mostradas en redes sociales le han podido jugar en contra, el centrocampista formado en La Masia siempre que ha hablado públicamente ha defendido que su deseo es "triunfar en el Barça" y que solo piensa en "trabajar en los entrenamientos" para ganarse un lugar. Pero Koeman ha tenido otras preferencias. Esta temporada solo ha jugado cuatro ratitos en cuatro partidos ligueros, y fue en el duelo contra el Levante donde más minutos acumuló (31). El curso pasado participó en 24 partidos, en muchos casos jugando pocos minutos y siendo titular solo en cuatro (dos ligueros y dos de Copa).

Álex Collado tampoco contaba para Ronald Koeman. Actualmente se entrena sin jugar porque no tiene ficha después de que el Barça lo diera de baja para que pudiera irse cedido al Sheffield United en una operación truncada de manera grotesca a última hora porque no fue inscrito a tiempo en el fútbol inglés. El de Sabadell podría ver ahora reforzada su voluntad de irse cedido en enero sin opción de compra, porque no quiere tirar la toalla de poder volver al Barça.

Demir es otro de los nombres que podría dar un giro a su situación. La falta de efectivos hizo que disputara algunos minutos contra el Rayo Vallecano, cuando Sergi Roberto fue cambiado por molestias y Dest pasó a ser lateral, con el austríaco entrante como extremo tras haber perdido la confianza de Koeman (hacía un mes que no jugaba). Incluso Clément Lenglet podría vivir una nueva vida en el Barça. El caso de Samuel Umtiti ya es otra historia.