Barça

Sergi Roberto: de héroe contra el PSG a blanco de las críticas

Silbado por la afición, el reusense todavía confía poder jugar en medio del campo justo antes de firmar su renovación

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Sergi Roberto durante el partido contra Bayern esta semana

BarcelonaEl Camp Nou ha dictado sentencia: quiere fuego nuevo. Contra Bayern, los casi 40.000 espectadores presentes en el estadio aplaudieron cada cursa de Gavi y Balde, y estiraron de las orejas a Sergi Roberto, a quien silbaron cuando fue sustituido. Solo cuatro años después de su vuelo sin motor que permitió al Barça de Luis Enrique eliminar al PSG en una goleada por 6-1, el reusense se ha convertido en uno de los blancos de las críticas de una afición que quiere cerrar una etapa. El entorno del jugador niega que Roberto acabara llorando en el vestuario, pero admiten que la reacción del Camp Nou lo dejó tocado. Al futbolista de La Masia le ha tocado vivir un ascenso a los cielos, seguido de un rápido descenso al purgatorio. Pocos jugadores han podido experimentar en primera persona las sensaciones que él vivió cuando marcó al PSG, pero pasa a engordar la lista de jugadores silbados por su propia afición. Una lista muy larga, puesto que el barcelonismo suele ser exigente. Cuando es un jugador de la casa, sin embargo, duele más.

Más allá de su actuación contra el Bayern, en que fue superado una vez y otra por Davies por la banda, la afición no perdonó a uno de los jugadores que todavía no han cerrado la rebaja salarial que futbolistas como Piqué terminaron hace semanas. "Nos ha jugado en contra no tenerlo firmado", admiten en el entorno del jugador, recordando que el caso de Sergi Roberto es diferente porque también está negociando, dentro de las mismas conversaciones, la ampliación de contrato. Pero los aficionados han perdido la paciencia y buscan culpables. "A veces cuando eres un jugador de la casa se espera más de ti", reconoce Albert Ferrer. De hecho, Sergio Busquets y especialmente Jordi Alba también recibieron críticas y la afición les silbó tímidamente durante los primeros partidos de esta temporada, cuando todavía no habían acordado la rebaja salarial. Al ser capitanes se esperaba de ellos un paso adelante que en el caso de Roberto llega tarde. El Camp Nou, el mejor estadio del mundo en noches como aquella del PSG, puede llegar a hacer sentir muy pequeño a un jugador cuando te silban. "No es una experiencia que quieres vivir" admite Ferrer. De hecho, durante muchos años jugadores como Xavi o Puyol explicaban a los nuevos fichajes o los jugadores de la Masia que siempre es mejor darlo todo, pues el estadio, cuando se enfada, puede acabar con tu carrera.

En los despachos del Barça, sin embargo, se deja claro que la reacción de los socios no afectará la renovación del reusense, que se da "por hecha". "La renovación la damos por cerrada", dijo Eduard Romeu, vicepresidente económico de club, a los micrófonos de RAC1. "Sinceramente, no entendía por qué le silbaban. Y le pregunté a un compañero de la junta directiva por qué lo hacían. Sergi Roberto es uno de los héroes. No lo entiendo, es un error hacer esto. Ha hecho un esfuerzo muy importante y se le tiene que reconocer". De hecho, en la zona del palco algún directivo llegó a recriminar los silbatos a los socios que tenían cerca, lo que provocó un tenso intercambio de opiniones.

Los silbatos contra el Bayern han pospuesto unos días la firma para esperar que se calme el ambiente. El acuerdo que casi se ha cerrado implicaría una rebaja de sueldo, pero también garantizarle al jugador poder seguir casi toda su carrera en el Barça, como mínimo hasta 2024, con una opción de ampliarlo. La rebaja del sueldo sería de un 35% aproximadamente, rebaja que se haría efectiva en el momento de firmar y que no se aplica directamente al sueldo, pues como ha pasado en el caso de los otros capitanes, el jugador renuncia a cláusulas de fácil cumplimiento que casi seguro habría cobrado. Con 29 años, Roberto acaba contrato el verano de 2022, pero de momento no tiene pensado abandonar el club, a pesar de que no descarta una última aventura en una liga como la de los Estados Unidos.

Abandonar la banda derecha

Sergi Roberto fue defendido por sus compañeros tras el tirón de orejas de la afición. "Me duelen los silbatos a Sergi Roberto –dijo Gerard Piqué–. Es una persona espectacular y quiere al club como nadie. Y me gustaría recordar a la gente que no es lateral, es centrocampista de toda la vida. Hace el sacrificio de adaptarse a la posición. Me duelen los silbatos, pero la gente es libre de opinar". Ronald Koeman fue en la misma dirección y recordó que para un futbolista que es centrocampista jugar en el lateral ante un futbolista tan rápido como Davies "es muy complicado". Centrocampista casi toda su carrera, Roberto, que debutó a las órdenes de Pep Guardiola, empezó a jugar como lateral derecho cuando el técnico era Luis Enrique, que buscaba una solución a la pérdida de Dani Alves. Las últimas temporadas ha llegado a ser internacional con España en el lateral, a pesar de que durante los años de Ernesto Valverde y Quique Setién el reusense fue perdiendo peso hasta desaparecer del medio del campo y acabar jugando cuando podía en una posición de lateral que nunca ha acabado de dominar. El entorno de Sergi Roberto explica que esta temporada el jugador la encaraba con optimismo, puesto que Koeman le había explicado que lo ve jugando en medio del campo y no en la banda. Las bajas del equipo y los problemas de un Sergiño Dest que volvía tocado de los partidos con Estados Unidos, sin embargo, devolvieron a Sergi Roberto al lateral contra el Bayern. Y no estuvo a la altura.

Ahora Roberto espera ser titular contra el Granada en medio del campo, puesto que la baja de Pedri le permite tener más posibilidades. Y si la cosa sale bien confía poder anunciar la semana que viene el acuerdo para renovar con el Barça. El reusense todavía confía recuperar el aprecio de los aficionados jugando en la posición donde siempre ha querido jugar, en medio del campo. Una posición desde donde esta temporada ya ha marcado dos goles, uno contra la Real Sociedad –el primero del Barça este curso– y otro contra el Getafe. Entonces Sergi Roberto creía que la temporada podría ser buena. La alegría le duró poco.

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