BARÇA

Y en medio de todo, un título cerca

El Barça se juega la Supercopa con la duda de Messi dos días después del aplazamiento electoral

Xavi Hernández Navarro
4 min
Koeman i Marcelino posen a la prèvia de la final de la Supercopa d'Espanya.

BarcelonaDicen que el tercer lunes del mes de enero es el día más triste del año. Aparte de dar nombre a una de las mejores canciones de New Order –Joy Division sin el desaparecido Ian Curtis–, el Blue Monday es carne de campaña publicitaria y de etiqueta fácil en las redes sociales después de que Cliff Arnall, un psicólogo colaborador de la Universidad de Cardiff (Gales), desarrollara hace unos años una fórmula de dudosa consistencia que, en tiempo de pandemia, tendrá todavía menos validez. Sin embargo, puestos a jugar, y llevando la broma al terreno azulgrana, el Barça de Ronald Koeman tiene este domingo (21 h, #Vamos) una buena oportunidad para desafiar la tristeza, animar el lunes e iluminar desde el césped el futuro del club, condicionado desde viernes por un aplazamiento electoral tan previsible como irresponsable.

En el ecuador de una temporada que estaba llamada a ser de transición debido a una deriva deportiva, económica e institucional que el covid ha alimentado generosamente, y dos días después de que las elecciones a la presidencia de la entidad se hayan tenido que trasladar como mínimo hasta el 7 de marzo por los males indicadores de la pandemia y la inacción de Carles Tusquets, el equipo está dispuesto a levantar un título oficial después de un año y medio vacío. El Barça tiene muy cerca la Supercopa de España después de vencer a la Real Sociedad miércoles en los penaltis y de la sorprendente derrota del Real Madrid a manos del Athletic Club en la otra semifinal. Los culés , que tendrán la duda de Leo Messi hasta última hora, son favoritos contra los vizcaínos, a los que derrotaron sin demasiados problemas hace unos días en San Mamés (2-3). Un triunfo en La Cartuja no arreglará el desgobierno que impera en el Camp Nou ni llenará de golpe la caja para fichar en el mercado de invierno, pero dará motivos para sonreír después de muchos meses de penitencia.

Messi va viatjar a Còrdova, però no va jugar la semifinal contra la Reial Societat.

Motivos para sonreír y argumentos, un año después de la destitución de Ernesto Valverde y del inicio de la bajada que provocó la dimisión de Josep Maria Bartomeu, para que Messi vea que una renovación con el club de su vida quizás no es tan mala idea. El argentino ya sabe que el Barça, sea quien sea el próximo presidente, solo le podrá ampliar el contrato a la baja. Por eso necesita motores deportivos (y no económicos) para quedarse en casa, certezas que le ilusionen. Como Pedri, sin duda la mejor noticia en clave azulgrana de la temporada. Como De Jong, que, a medida que el entrenador le ha acercado en el área, va encontrando su mejor nivel. Como Ter Stegen, el portero superlativo sin el cual la semifinal de miércoles no habría tenido un final feliz. Como Araujo, un central que aprovecha la lesión de Piqué y, de paso, no hace tan imprescindible el fichaje de Eric García. O como Riqui Puig, el centrocampista de ADN Barça que tuvo el valor de lanzar el penalti definitivo contra la Real Sociedad.

A excepción de Puig, que empezará el partido desde el banquillo, todos los nombres propios de la mejora exhibida por el equipo en los últimos compromisos serán titulares en el césped sevillano. Y en cuanto a Messi, las sensaciones que tenga ocho días después de lesionarse en el campo del Granada indicarán su nivel de participación ante el Athletic. El 10 se entrenó sin aparentes problemas en la previa de la final, pero Koeman no correrá riesgos con él a un mes de la reanudación de la Liga de Campeones. "Con Leo seguro que tendremos más opciones, ojalá pueda jugar", dijo, por su parte, Sergio Busquets, otro de los protagonistas del cambio de rumbo del Barça en las últimas semanas. El retorno del 4-3-3 ha recuperado la versión habitual del de Badia, titular indiscutible en perjuicio de Miralem Pjanic.

Dos precedentes negativos

Una victoria del Barça contra el Athletic en esta Supercopa de España reparará la derrota de hace un año en Jiddah (Arabia Saudí), en las semifinales contra el Atlético de Madrid. También compensará la derrota de hace cinco años y medio precisamente contra el Athletic Club, cuando el equipo azulgrana, entonces entrenado por Luis Enrique, cayó por 4-0 en San Mamés, lo que precipitó el primer título para los vascos desde los años 80. Un Athletic que si está jugando esta Supercopa es por su papel en la última Copa del Rey, en que eliminó en el tiempo de descuento precisamente al Barça.

Mientras tanto, el técnico de los de Bilbao, Marcelino García Toral, mandó un mensaje desacomplejado en la previa de la cita de esta noche. “Tenemos que jugar en función de nosotros mismos, pero siempre tendremos en cuenta como juega el rival. No cambiaremos los conceptos que consideramos prioritarios, pero sí intentaremos compensar aquellos puntos que consideramos más fuertes del oponente. Los jugadores están como si fueran cañones. Se quieren comer el mundo y seguro que lo pondrán todo para ganar”, dijo el preparador asturiano, que hace un año y medio conquistó una Copa del Rey con el Valencia venciendo en la final precisamente al Barça en Sevilla (2-1). Marcelino confiará en su clásico 4-4-2 y en la racha del veterano Raúl García, autor de los dos goles contra el Madrid en la semifinal, que formará en la delantera con Iñaki Williams. En cambio, no podrá contar por lesión con Yuri Berchiche, Peru Nolaskoain ni Unai López.

stats