Comienza la batalla entre detectores de comida poco saludable

Aplis como MyRealFood, Yuka y El Coco leen códigos de barras de los productos para dar información

Paula Solanas
3 min
Comença la batalla entre detectors  de menjar poc saludable

El dibujo de unas hojas de trigo adorna la caja de galletas, donde tampoco faltan el color verde de rigor y enunciados como "integral" y "fuente de fibra". La envoltura, producto de años de esfuerzos de marketing, podría llegar a hacerte pensar que te encuentras ante una merienda suficientemente saludable para esquivar los remordimientos. Pero todo ello es un espejismo que ya se puede desvanecer gracias a las herramientas que podemos tener en el móvil. Después de pasar por el escáner de aplicaciones como MyRealFood, Yuka y El Coco, lo que en el estante del súper parecía una opción bastante saludable cae, de repente, en el pozo de los ultraprocesados.

Estas aplis se han convertido en un nuevo aliado para los consumidores que buscan traducir los mensajes engañosos de la industria alimentaria en el lenguaje de la nutrición. El funcionamiento es igual en todos los casos: la aplicación incorpora un escáner de códigos de barras para descifrar la lista de ingredientes de cualquier producto y recomienda al usuario alternativas más saludables. Además, las bases de datos son colaborativas y los mismos consumidores pueden enviar fotos de los alimentos para que los nutricionistas valoren la composición. Sin embargo, las empresas que quieren convertir esta moda en negocio utilizan diferentes sistemas para decidir si un mismo bric de zumo es bueno para la salud o no.

Yuka nació en Francia en 2017 y es la más veterana. Para deliberar la sentencia final sobre un producto, la aplicación pondera entre la calidad nutricional (60%), los aditivos (30%) y si es ecológico (10%). En el primer apartado, el cálculo se utiliza según el método Nutriscore (es el sistema de etiquetas en forma de semáforo de colores que aplican tanto España como Francia y que puntúa elementos como las calorías, el azúcar, las grasas saturadas, las proteínas y la fibra).

Sin embargo, esta herramienta también tiene detractores. "Sólo mira algunos nutrientes, y algunos productos aparecen penalizados de manera injusta. Por ejemplo, el aceite de oliva está valorado con una letra C porque tiene una aportación alta de grasa. ¡Pero es que es una grasa saludable!", destaca Aitor Sánchez, nutricionista y autor del libro Mi dieta cojea. En cambio, añade, el mismo sistema otorga una mejor nota a un refresco de cola cero porque no lleva azúcar, a pesar de contener edulcorantes y acostumbrar al consumidor a gustos artificiales. Yuka también permite analizar la composición de productos cosméticos para saber si suponen un riesgo para la salud.

Su competidora El Coco (acrónimo de "consumidor consciente") también fue creada por un emprendedor francés, pero tiene las oficinas en Barcelona. Utiliza el sistema Nutriscore, pero sobre todo el llamado NUEVA. Este método desarrollado por científicos brasileños no ordena los productos según la calidad nutricional, sino por el grado de procesamiento. Así, tiene en cuenta que hay alimentos que, a pesar de pasar por las manos de la industria, se pueden considerar saludables.

El tercero en discordia es MyRealFood, un fenómeno que no se puede desligar de Instagram. La red social ha sido la fuente del éxito inesperado del nutricionista Carlos Ríos. Este andaluz es el gurú del realfooding, el movimiento alimentario que lucha contra Matrix, como él mismo llama a la industria de los productos ultraprocesados. El magnetismo de Ríos a través de Instagram llamó la atención de Sofía Belenguer, Toni Mancha y David Vicente, dos abogados y un programador que propusieron al influencer transformar su mensaje en una aplicación móvil. El resultado se llama MyRealFood y Belenguer asegura que ya tiene más de 800.000 adeptos en España después de tres meses.

Belenguer insiste en que el secreto de la aplicación no se debe sólo al escáner, sino también a su comunidad. Los usuarios pueden compartir dudas sobre nutrición, recetas o retos para perder peso. MyRealFood también tiene su sede en Barcelona, en el distrito tecnológico 22@. Por ahora, la iniciativa ha salido adelante con recursos propios de los fundadores, pero ya participaron en un programa del Santander en Silicon Valley y se ven preparados para empezar a captar inversores. La intención, tanto de MyRealFood como de Yuka, es crear un servicio premium que les permita empezar a hacer dinero con la apli.

"Estas aplicaciones no dan nada de extraordinario que no podamos mirar nosotros mismos, pero están ayudando a aumentar la conciencia", opina el nutricionista Aitor Sánchez. Obligar a la industria alimentaria a ser más rigurosa con la información nutricional también formará parte de los deberes del nuevo ministro de Consumo, Alberto Garzón. Hasta entonces, los detectores de ultraprocesados harán todo lo posible para ser tu nuevo ayudante en el supermercado.

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