ORGANITZACIONS EMPRESARIALS

La patronal vuelve a exhibir unidad, ahora para pedir elecciones en febrero

Foment, Pimec y Cecot entierran antiguas disputas y van a la par desde la crisis derivada del covid-19

Albert Martín
3 min
La patronal torna a exhibir unitat, ara per demanar eleccions al febrer

BarcelonaNo hace tanto tiempo era habitual que las patronales catalanas fueran noticia por conflictos entre ellas. Ahora, excluyendo el verso libre de la Cambra, la situación ha cambiado: la llegada de Josep Sánchez Llibre a Foment a finales del 2018 y especialmente el estallido de la pandemia han hecho que las organizaciones empresariales catalanas tengan una sola voz en materias tan diferentes como la regulación laboral, la necesidad de aplicar ayudas directas a los sectores más afectados por la actual crisis y, estos últimos días, la celebración de las elecciones en la fecha prevista este febrero.

En este último caso, las patronales catalanas sostienen que “el país requiere con urgencia constituir un Govern estable y fuerte con capacidad de tomar decisiones y aprobar los presupuestos para la recuperación económica y social”.

Foment del Treball (patronal de las grandes empresas) y Pimec (de las pymes) pedían ayer que en la decisión de cuándo se harán las elecciones no entren “criterios partidistas” y remarcaban que hay que abrir más escenarios para contar con un Govern que actúe “con determinación” y empezar así una nueva etapa de recuperación y reconstrucción.

“Atrasar la configuración del Govern provocaría una demora en la toma de decisiones y ejecución de las políticas públicas que tienen que ayudar al país a gestionar y superar la crisis sanitaria, social y económica”, afirmaron las patronales.

De este modo, Pimec y Foment del Treball insistieron en que los empresarios necesitan que las elecciones en el Parlament sean el 14 de febrero y no se aplacen, con todas las precauciones sanitarias para que se puedan celebrar.

La Cecot se suma al frente

Pero Foment y Pimec no están solas en la reivindicación. El presidente de la patronal Cecot, Antoni Abad, se añadía ayer al clamor empresarial asegurando que es una “temeridad” anticipar cuál será la situación de la pandemia el 14 de febrero. “Hablar a un mes vista es complicadísimo”, dijo. Abad se mostró partidario de que, si finalmente la cita con las urnas se tiene que cancelar, la decisión se tiene que tomar cuanto más tarde mejor.

El presidente de Cecot se unió a la corriente de opinión empresarial que defiende que los rifirrafes en el seno del Govern entre Esquerra y JxCat perjudican a las compañías y tienen impacto en el tejido empresarial.

La posición de las patronales de seguir adelante con la cita electoral es coherente con los planteamientos que han tenido en los últimos meses contrarios al cierre de diferentes sectores con alta presencialidad de los clientes -principalmente restauración y comercio-. Las patronales han protestado reiteradamente contra las medidas de cierre para hacer frente al virus que han defendido no solo el gobierno de la Generalitat sino también las autoridades sanitarias y los expertos epidemiólogos.

En la misma línea, tanto Foment como Pimec y Cecot han protagonizado un goteo de mensajes en los últimos meses para pedir que las ayudas directas a los sectores más afectados fueran mucho más ambiciosas de lo que han sido. Sus mensajes se han dirigido a la Generalitat pero también al gobierno central para tratar de salvar sectores que -especialmente en el caso de los servicios relacionados con el turismo- tienen un importante peso en la economía catalana.

Los sindicatos, con la boca pequeña

De manera más discreta, pero también clara, los sindicatos han defendido que los comicios se celebren cuando estaba previsto, el segundo domingo de febrero. El máximo responsable de UGT en Catalunya, Camil Ros, aseguró que “si ahora es mal momento, posponerlas sería mucho peor”. Su homólogo en CCOO de Catalunya, Javier Pacheco, se manifestó en la misma línea en Twitter: “La salud y la economía necesitan liderazgo político y más recursos económicos”, y añadió que aplazar los comicios sería “un grave problema”.

Mientras los dos partidos del ejecutivo catalán maniobran todavía respecto a su posicionamiento, las patronales presionan haciendo buena una letanía que se ha oído en esta y también en anteriores legislaturas: que hace falta un ejecutivo que gobierne y que el que hay ahora no lo hace.

La patronal supera así tensiones públicas como la que mantuvieron desde el 2016, cuando Foment y Cecot se enfrentaron por el reparto territorial (esta segunda había salido de su ámbito original) y también por la falta de sintonía entre el entonces presidente de Foment, Joaquim Gay de Montellà, y el propio Abad. La llegada de Sánchez Llibre sirvió para cerrar el conflicto.

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