PANDÈMIA

La restauración se indigna con las restricciones de las cenas

El gremio acusa al Govern de declararles la “guerra”

Paula Solanas Alfaro
3 min
Una cambrera netejant una taula en un restaurant de l'Eixample de Bacelona amb l'aforament reduït

BarcelonaIndignación. Esta volvía a ser viernes la palabra más repetida por los restauradores después de conocer las nuevas restricciones del Gobierno para parar los contagios, que esta vez les obligarán a sacrificar las cenas. La imposición de franjas horarias, con las cuales bares y restaurantes solo podrán servir almuerzos y comidas, se recibió como “un golpe duro” para un sector que ya se siente “muy castigado”. El Gremio de Restauración de Barcelona calificó la medida como una “declaración de guerra, desde hoy y hasta el 14-F”, fecha de las elecciones catalanas. Para la entidad, dejarles sin cenas supone “un cierre encubierto”, puesto que muchos de los locales no podrán ser rentables sin la actividad de los anocheceres.

En un comunicado, el Gremio argumentaba que el funcionamiento intermitente de bares y restaurantes durante 4,5 horas al día es “radicalmente inviable”. “Esquerra tiene una obsesión enfermiza con el sector de la restauración”, asegura la organización, para quien parece que “el departamento de Salud hubiera estado esperando que las cifras empeoraran para cerrar nuevamente bares y restaurantes”. “El acoso que sufrimos es intolerable”, insistieron desde el gremio.

A partir de lunes y hasta el 11 de enero estos establecimientos solo podrán servir almuerzos y comidas, con un horario limitado de 7.30 a 9.30h para los almuerzos, y de 13 a 15.30 h para las comidas. En cambio, las cenas solo se podrán ofrecer con servicio de recogida en el local entre las 19 h y las 22 h, y a domicilio hasta las 23 h.

“La restricción de horarios es la estupidez más grande de todas, porque molesta tanto a empresarios como a clientes”, aseguraba al ACN Claudio Rojas, director de la Cervecería Catalana, en Barcelona. “¿Quién quiere celebrar la comida de Navidad entre las 13 y las 15 horas? El alud de anulaciones será terrible”, comentan los restauradores, que en los últimos días habían hecho un llamamiento a trasladar a sus locales las comidas navideñas porque son más seguros que los hogares.

Precisamente, al acto en que se lanzó este mensaje tenía que asistir el conseller Ramon Tremosa, que fue baja de última hora. Ayer en la rueda de prensa de resultados de la Feria de Barcelona el titular de empresa aseguraba que el Govern había “intentado” que la restauración “pudiera seguir viva” a pesar de las restricciones, mientras se supera “este periodo tan difícil en el que la máxima prioridad es la salud pública”. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, reprochó a la Generalitat que no anunciara ayudas a la restauración con las nuevas restricciones y exigió un “plan de choque inmediato”.

Mesuras “desproporcionadas”

El ocio nocturno -que no forma parte todavía de la desescalada y seguirá sumando días de cierre- también consideró que las medidas son “arbitrarias, ineficaces, desproporcionadas y contraproducentes”. La entidad pidió una reunión urgente con la Generalitat y avisa que, si no acepta sus pretensiones, estudiarán impugnar las limitaciones en el TSJC y pedir medidas cautelares. Fecasarm insiste en que la restauración no es un foco de contagio y que sin locales abiertos los brotes proliferarán en encuentros y fiestas ilegales.

Las restricciones no han cambiado mucho la situación actual para la mayoría de comerciantes, que mantienen los aforos limitados. Aún así, la asociación Comertia denunció ayer el agravio comparativo que sufrirán los restaurantes de los centros comerciales, que ya no podrán abrir. La entidad recordó que estos establecimientos ya han tenido que bajar la persiana durante dos meses y tan solo hacía una semana que habían podido recuperar la actividad.

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