África

¿Por qué se intensifican los secuestros en escuelas de Nigeria?

Liberan a las 279 niñas que habían sido raptadas la semana pasada

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Algunes de las niñas de Jangebe, después de ser liberadas

SabadellLas 279 niñas que habían sido secuestradas el viernes de madrugada en un internado de Jangebe, en el norte de Nigeria, han sido liberadas este martes por la mañana. La mayoría estaban en buen estado de salud, pero como mínimo una docena han sido trasladadas al hospital. A pesar de que inicialmente se había indicado que había 317 rehenes, el gobernador del estado de Zamfara, Bello Matawalle, ha confirmado que todas las víctimas han recuperado la libertad: algunas de las chicas que inicialmente se creía que habían sido capturadas en realidad habían conseguido huir y se habían escondido entre los árboles de alrededor de la escuela.

Una de las niñas, Farida Lawali, de 15 años, ha explicado a Reuters que, después del asalto al internado, los secuestradores se las habían llevado hacia el bosque. "Arrastraban a las que se encontraban mal y no se podían mover. Andábamos sobre piedras y plantas puntiagudas, y empezaron a darnos golpes con las pistolas para que nos moviéramos. Mientras nos golpeaban, algunos de ellos lloraban", ha relatado. "A la mayoría de nosotras nos dolían los pies y no podíamos andar, pero nos dijeron que dispararían a quien no siguiera andando", ha añadido otra de las niñas secuestradas, Umma Abubakar.

Después de ser liberadas, las chicas han sido trasladadas a un edificio gubernamental de Gusau, la capital de Zamfara, donde se han reencontrado con sus padres. "Es una estratagema para impedir que nuestras hijas reciban educación occidental, en la que vamos muy atrasados. No tenemos que sucumbir al chantaje. Pido al gobierno que tome medidas inmediatas para impedir nuevos secuestros", ha dicho Lawal Abdullahi, las siete hijas del cual estaban entre los rehenes.

Dinero e influencia

Este secuestro, que tuvo lugar en la Escuela Femenina de Secundaria Gubernamental de Jangebe, fue el tercero registrado en el norte de Nigeria en menos de tres meses. El 17 de febrero un grupo de hombres armados había asaltado la Escuela de Ciencia del Gobierno de Kagara, en el estado de Níger, había matado a un alumno y había secuestrado a 27 estudiantes, tres trabajadores y 12 familiares de alumnos. Todos fueron liberados el sábado. También recuperaron la libertad al cabo de pocos días los 344 alumnos de la Escuela Secundaria de Ciencias del Gobierno de Katsina que habían sido raptados el 12 de diciembre.

Ese asalto fue reivindicado por Boko Haram pero en realidad, según las autoridades, el grupo yihadista no tuvo nada que ver y fue obra de bandidos, igual que los dos más recientes. Pero ¿quiénes son estos bandidos? "Por la información que tenemos, parece que son grupos organizados entre los que podría haber pastores fulani, ladrones armados, milicias armadas... Son gente que se ha organizado buscando un negocio con el secuestro", explica al ARA Òscar Mateos, profesor de Relaciones Internacionales en Blanquerna.

Según él, con estas acciones los atacantes ganan dos cosas: dinero y reconocimiento político. Y las dos cosas son motivo de enfrentamiento entre el gobierno federal de Nigeria, presidido por Muhammadu Buhari, y los gobernadores estatales. "Los estados del norte son partidarios de pagar a los grupos armados y Buhari sigue anclado en una lógica más de seguridad y de negar estos pagos, a pesar de que se sabe que, por debajo, se han llevado a cabo", explica el investigador del Cidob Oriol Puig. Este martes, después de la liberación de las 279 niñas, el presidente nigeriano ha insistido en que ceder a las exigencias de los secuestradores y pagar los rescates que piden haría que este tipo de acciones fueran todavía más habituales.

Por otro lado, según Mateos, "Buhari no está de acuerdo con el hecho de que los gobernadores territoriales hayan abierto negociaciones con estos actores, porque esto los empodera, los visibiliza y les da reconocimiento político". "A efectos de la negociación con los actores políticos locales, la estrategia [de los secuestradores] está siendo muy efectiva", añade. En referencia al caso que se ha resuelto este martes, el gobernador de Zamfara ha explicado que, para rescatar a las chicas, las autoridades han contado con la colaboración de bandidos "arrepentidos" que forman parte de un programa gubernamental de amnistía.

La posibilidad de conseguir estas ganancias, ya sean económicas o políticas, ha generado un "efecto bola de nieve", en palabras de Mateos, que ha provocado que en pocas semanas haya habido secuestros en tres centros educativos del norte de Nigeria. "Este tipo de prácticas están llamando la atención nacional e internacional, están siendo efectivas. Por lo tanto, los grupos que se dedican a ello saben que tienen una ventana de oportunidad", dice el profesor. En su opinión, "en el momento en el que haya un cambio de estrategia y la situación se aborde de una manera más coordinada por parte de las autoridades, seguramente se irá desvaneciendo". Según Puig, "la diferente manera de afrontar la gestión de estos secuestros puede amenazar el poder político de Abuya [la capital de Nigeria] y pone en cuestión el poder de Buhari", que, según Mateos, es una figura "desacreditada" y que está perdiendo "apoyo social".

La estrella de Boko Haram

Estos secuestros en escuelas se inspiran en el del año 2014 en el internado de Chibok, en el que fueron secuestradas 276 niñas, 112 de las cuales continúan desaparecidas casi siete años después. Ese episodio, recuerda Mateos, tuvo "un eco internacional extraordinario" y convirtió al grupo terrorista en "un fenómeno global", y esto ha hecho que otros grupos llevaran a cabo acciones similares. Para Oriol Puig, uno de los elementos más relevantes de la oleada de secuestros de las últimas semanas es precisamente el hecho de que no sean obra de Boko Haram. "Desdibuja la lógica de la lucha del estado contra los grupos yihadistas. La amalgama de grupos armados en esta región es tan grande que es muy difícil discernir entre organizaciones terroristas y otros grupos armados o de bandidos", señala.

"Nigeria es un país compuesto por dos realidades sociales y culturales muy diferentes –explica Mateos–: hay un sur de mayoría cristiana, más rico gracias a la presencia de yacimientos petrolíferos, y un norte pobre en recursos y de mayoría musulmana. Son dos realidades muy diferenciadas, con un gran distanciamiento histórico". Esto explica que sea en las regiones del norte donde se concentren los secuestros en escuelas. "Buhari tiene razón cuando dice que es peligroso ceder ante los grupos armados que secuestran escuelas para forzar una negociación y un pago, pero hay que fijarse también en las causas estructurales, de tipo histórico, social, económico, étnico, cultural y religioso, que hacen que las zonas del norte de Nigeria tengan unas condiciones de vida muy diferentes a las del sur", reflexiona Puig.

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