La amenaza rusa en Ucrania

Félix Arteaga: "Putin puede pensar que Ucrania necesita un escarmiento mayor"

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Un soldado ucraniano al frente de Lugansk, al este de Ucrania.

BarcelonaEl reconocimiento de las repúblicas prorrusas del Donbás, al este de Ucrania, por parte del presidente ruso, Vladímir Putin, dinamita los esfuerzos diplomáticos de las últimas semanas y hace crecer el miedo de una escalada militar y una invasión a gran escala. Félix Arteaga, investigador principal de seguridad y defensa del Real Instituto Elcano y experto en seguridad y defensa, analiza los últimos acontecimientos.

¿Qué significa este reconocimiento?

La parte que ya estaba ocupada por paramilitares rusos y milicias prorrusas queda definitivamente bajo control de Moscú. Con esto, Rusia ya ha agredido el derecho internacional, al reconocer unilateralmente unas provincias que están bajo su control en otro estado. Ahora, la principal duda es qué pasará con la parte no ocupada del resto de las provincias de Donetsk y Lugansk. Este reconocimiento puede llevar a Rusia a desplazar la línea del frente hasta llegar a ocupar la integridad del territorio de estas dos provincias, y esto comportaría un enfrentamiento militar con las tropas ucranianas que están al otro lado.

¿Es la misma situación que en 2008 en Georgia?

Es bastante diferente. El gobierno ucraniano se ha comportado con mucha prudencia y sin dejarse llevar por la histeria de la confrontación, mientras que el gobierno de Georgia hizo lo contrario. Creyendo que tenía el apoyo de los EE.UU. y la OTAN, intentó corregir las fronteras por la vía militar, y esto generó una respuesta militar de Rusia que derivó en la pérdida final de territorio y el reconocimiento de las nuevas fronteras por parte de Moscú. Ahora, justamente para evitar repetir el error georgiano, el presidente ucraniano y sus aliados occidentales han intentado evitar cualquier acción que pudiera justificar una acción militar por parte de Rusia.

¿Y el caso de Crimea?

Es una situación similar a la actual, pero fue mucho más rápida. En Crimea en 2014 hubo una ocupación militar y después una anexión diplomática por parte de Rusia. Ahora ha sido a la inversa: primero una ocupación durante mucho tiempo, pendientes de una solución diplomática -los acuerdos de Minsk, que no han dado resultado- y ahora el reconocimiento diplomático de una situación que ya existía de facto. El Donbás ha estado bajo control ruso desde 2014; ahora lo que se intenta es legitimar esta ocupación.

Félix Arteaga, investigador principal de seguridad y defensa del Real Instituto Elcano.

Ahora hay el debate sobre si hay invasión o no. ¿Qué se puede considerar una invasión?

Esta ocupación consentida, que no se ha podido revertir ni militarmente por Ucrania ni con el apoyo de los aliados, ya comporta una calificación de invasión y es una violación del derecho internacional. Hasta ahora, Rusia ha intentado mantener la ficción de que era una secesión civil, con milicias populares de ciudadanos rusos que defienden el derecho de las minorías ante Kiev. Pero si se confirma la presencia de tropas rusas, con uniformes, estaríamos hablando de ocupación, que sería más grave que el reconocimiento. Y si esta ocupación se traduce en una actuación militar fuera de este territorio sería una agresión armada contra otro territorio, cosa que va en contra de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional.

¿Qué posibilidades hay de que esto pase?

Todos los escenarios están abiertos. Puede ser que la disputa militar se quede como está. Pero Ucrania no renunciará nunca a recuperar el territorio que le han quitado, y el conflicto se mantendrá como uno de los tantos conflictos congelados con qué Rusia desestabiliza el bloque occidental. El tipo de acción militar dependerá de cuál es el objetivo de Putin: si considera que con esta ocupación y este reconocimiento basta para cerrar la crisis, parará aquí. Pero puede ser que crea que Kiev necesita un escarmiento mayor o demostrar que los aliados no serán capaces de ayudar a un país con problemas ante Rusia. Pero es muy difícil saber qué piensa un dirigente casi absoluto que no tiene ningún control interno y que no tiene que justificarse ante nadie... Habría que saber cómo quiere salir de esta historia: como el hombre que resolvió el problema de las minorías prorrusas o como el que humilló al gobierno ucraniano por haberse distanciado de Moscú.

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