La lubina es fresca; el Constitucional, no tanto

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Con la misma meticulosidad que el pescadero va disponiendo el gèneru –aquí una lubina, al lado una merluza– la portada del Abc de este viernes era un bonito muestrario de la división de poderes en España. Empezamos por el pedazo de atún del titular: "La guerra en el TC por el Procés aboca a la renovación después del 4-M". Lo tiene todo: proteína, calcio... y un poco de mercurio. Porque admite que es un organismo partido –¡la fractura, la fractura!–, porque reconoce que la visión sobre el Procés es una cuestión más ideológica que jurídica y porque condiciona la renovación de un tribunal estatal a una campaña electoral de una comunidad autónoma. Algo más arriba, un buen trozo de salmón: "El Constitucional borra a Cantó de la lista de Ayuso". En el subtítulo se subraya que se ha hecho porque el voto de calidad ha deshecho el empate –¡la fractura, la fractura!– de los magistrados. La foto muestra un abrazo fraternalísimo entre el actor y la presidenta madrileña, como para obviar que hace un mes el intérprete de Siete vidas –de título muy profético– llevaba una flamante chaqueta naranja.

Y fíjense en estos dos sardinetes de subtítulo: "Conservadores y progresistas se acusan de torpedinar el funcionamiento de la institución" y "PSOE y PP mantienen el pulso cuando en julio se tienen que relevar tres magistrados más". Esto de conservadores y progresistas siempre me ha parecido un eufemismo del bipartidismo para maquillar, poquito y mal, la total injerencia de la política en la justicia. Sin embargo, en el segundo subtítulo, por aquello de no repetir palabras entre elementos de titulación, el diario baja la máscara e identifica las inequívocas siglas políticas que hay detrás de todo. Es el chorro de limón para disimular el pescado que ya se tendría que haber cocinado hace dos días –o un par de regímenes– atrás.

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