Al virus lo que es del virus y a Sánchez lo que es de Sánchez

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Asignar autorías arbitrariamente –o quitarlas– es uno de los poderes más pícaros de la prensa, puesto que se trata de un tipo de manipulación sutil, de las de guante de seda. El País, por ejemplo, titula así en portada: “Sánchez reparte 70.000 millones para modernizar la economía”. Técnicamente, la frase es correcta, pero omite que el presidente español es tan solo el crupier de esta morterada, que llega en realidad de Europa y con unos cuantos condicionantes. La visión de El Mundo, en este caso, es mucho más cruda: “Sánchez presenta por octava vez los fondos sin precisar cuándo llegarán”. Aquí ya no tenemos al mandatario que riega con una lluvia de millones al pueblo, sino al pobre diablo que va vendiendo un dinero que no es suyo tantas veces como puede porque estamos en plena campaña electoral madrileña. El contraste es hiriente.

Portada 14 abril 2021 El País

Pero este es un miércoles deliciosamente simétrico. Porque El País, a la hora de titular sobre el interruptus de la vacuna Janssen, escribe: “Los problemas con otra vacuna complican la vacunación”. Es una formulación particularmente gaseosa. “Problemas” es un término más amable que “trombos”. “Otra vacuna” le ahorra la crisis reputacional a Janssen. Y, sobre todo, aquí el gobierno y Sánchez no aparecen por ninguna parte. En cambio, en El Mundo el titular sí que le salpica: “El frenazo de Janssen compromete el último plan de vacunación del gobierno”. Indirectamente, se subraya que el gobierno español hace planes que no puede cumplir, porque no tiene en cuenta las eventualidades que pueden surgir. La referencia a “el último plan” sugiere también esta improvisación de protocolos constante porque la camisa le va tres tallas grande.

Este poner y quitar a Sánchez según si la noticia conviene o no resulta enternecedor. El sanchismo del que se habla debe de ser esto: un cierto carácter translúcido, que aparece o desaparece según convenga de los medios.

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