El análisis de Antoni Bassas: 'El artículo de Junqueras'

¿Todo esto es una claudicación? Que la represión ha pasado una factura muy cara es un hecho. Pero también es un hecho que el Estado ve que el independentismo no para de ganar elecciones y condiciona la política en España y su imagen exterior. Y es un hecho que el independentismo pedía diálogo (“Sit and talk”) y que, cuando se aplicó el 155 y la Generalitat quedó suspendida, no hubo ninguna revuelta popular

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El histórico artículo de Oriol Junqueras de ayer en el ARA tiene dos consecuencias. Una inmediata: le allana el camino de los indultos a Sánchez. Miren lo que decía ayer mismo el ministro y hombre fuerte del PSOE José Luis Ábalos: “En esta autocrítica que hace Junqueras, esta revisión sobre las actuaciones, queda claro que este marco político, este marco de diálogo, tiene que estar lógicamente dentro de la legalidad”.

"Autocrítica ” y “revisión”. Si tu adversario hace autocrítica pública, darle el indulto ya está más justificado ante los que dicen, como el PP, que a los presos independentistas catalanes, ni agua. 

Y así también lo entienden los medios españoles, aunque con diferentes grados de entusiasmo. En El País dicen: “Junqueras allana los indultos al alejarse de la vía unilateral”, como diciendo que este era el gesto que el PSOE estaba esperando. En El Mundo, “Junqueras asume los indultos de Sánchez pero exige el referéndum. El líder de ERC da oxígeno al gobierno al agradecer la medida de gracia y cuestionar la vía unilateral”.

O sea, sí asume los indultos pero quiere más y salva al PSOE. Y en La Razón: "Sánchez y Junqueras abren la vía al referéndum pactado. El líder de ERC da un giro al renunciar a la unilateralidad en un gesto para quitar presión a Sánchez".

Pero como La Razón está intentando que Plaza Colón de Madrid se llene este domingo contra los indultos, es decir, contra Sánchez, quiere asustar al personal con el anuncio de que queda abierta la vía al referéndum pactado, que es una interpretación que ya le gustaría a la propia Esquerra que fuera verdad.

Con todo, lo más interesante es que La Razón ya sabe cómo acabará todo:

“La Moncloa buscará conducir la negociación en una votación sobre un nuevo Estatut con más financiación y más competencias”. Esto ya le gustaría al PSOE que fuera la verdad.

Por lo tanto, primer objetivo del artículo de Junqueras, el inmediato, conseguido: ayudar al PSOE y sacar adelante los indultos. Piensen que veníamos de octubre de 2019, cuando Junqueras dijo que el indulto “se lo pueden meter por donde les quepa”. Ahora ya no.

Pero el segundo objetivo es el que justifica que al artículo lo llamemos histórico, porque el presidente de Esquerra renuncia a la vía unilateral, de momento: “Otras vías no son viables ni deseables en la medida que, de hecho, nos alejan del objetivo que hay que lograr”. Recordemos que eran Oriol Junqueras y Marta Rovira los que más empujaron por la vía unilateral en octubre de 2017, y los que más advirtieron de que el Estado nunca pactaría un referéndum de independencia con Catalunya.  

Con el artículo de ayer, Junqueras deja escrita la doctrina que ya hacía tiempo que dibujaba, remarca que aunque esté inhabilitado para cargo público es él quien manda en el partido del president de la Generalitat –hasta el punto de que su artículo quita protagonismo al encuentro de ayer entre Aragonès y Sánchez– y pone una cortina de humo en el hecho de que el presidente republicano de la Generalitat fuera a Foment del Treball a un acto de reconocimiento al editor del principal diario de Catalunya, que es un diario de lealtad monárquica, como dijo ayer su editor, el conde de Godó.

El giro de Esquerra es nítido, y en cierto modo arrastra a Junts y la CUP. Junts porque comparten gobierno y la CUP porque invistió a Aragonès desde las primeras votaciones fallidas.

Por eso a la CUP le ha faltado tiempo para publicar un artículo, también en el ARA, donde dice: "El diálogo en el marco de la Constitución española es equivalente a abrir una cerradura con la llave equivocada. No tiene sentido, ni más recorrido que el gesto de intentar abrirlo", y recuerda que "la mesa de diálogo se consigue con las movilizaciones del Tsunami Democràtic" y que el gobierno español busca ahora rebajar la tensión cerrando con los indultos "un ciclo de lucha y de organización". 

Los indultos y la reunión de la mesa van en la línea de lo que acordaron Esquerra, Junts y la CUP: sentémonos con Madrid a ver hasta dónde llegamos, y si esto no funciona, en mayo de 2023 vamos a una cuestión de confianza, y la CUP, con Junts o sin Junts, puede hacer caer el Govern Aragonès, forzar la disolución del Parlament e ir a elecciones anticipadas. O sea que con el acuerdo implícito de todos los partidos independentistas, Esquerra y el PSOE han comprado tiempo, y el tiempo acostumbra a ir a favor de quien quiere que su proyecto sea el hegemónico.

¿Todo esto es una claudicación? Miren, que la represión ha pasado una factura muy cara es un hecho. Pero también es un hecho que el Estado ve que el independentismo no para de ganar elecciones y condiciona la política en España y su imagen exterior. Y es un hecho que el independentismo pedía diálogo (“Sit and talk”) y que cuando se aplicó el 155 y la Generalitat quedó suspendida, no hubo ninguna revuelta popular.

Finalmente, del artículo de Junqueras el párrafo que más interpela al independentismo es el que dice, hablando de octubre de 2017: "Tenemos que ser conscientes de que nuestra respuesta tampoco fue entendida como plenamente legítima por una parte importante de la sociedad, también de la catalana". Y "tiende la mano" a todos aquellos que "se sintieron excluidos" del 1 de Octubre.

Un referéndum que precisamente quiere que vote todo el mundo no excluye a nadie. De hecho, defendiendo el referéndum se estaban defendiendo derechos civiles que son universales. Si muchos catalanes se sintieron excluidos fue, sobre todo, por el miedo que el Estado consiguió insuflar con la amenaza de la violencia. 

Sí, entramos en una época de política, de matices, de un tiempo más lento (como ya les dije), sin ninguna épica, con ganancias probables y renuncias seguras, entre dos países separados por un mundo: lo que en Catalunya es un mínimo, en España es un máximo. Y ya hace décadas que estamos así.

Nuestro reconocimiento para los que trabajan en primera línea del covid-19, un recuerdo para los que sufren, para los presos políticos, para los exiliados, y que tengamos un buen día.

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