El análisis de Antoni Bassas: 'Culturalmente castellano, políticamente autoritario e internacionalmente acomplejado'

Queremos creer que una mayoría de españoles no dicen “¡A por ellos!”, pero el Estado en bloque lo sigue diciendo. Por eso hablar de construir una nueva etapa de convivencia y proyecto en común que resulte atractivo no funciona, porque el estado español sigue ofreciendo un proyecto económicamente madrileño, culturalmente castellano, políticamente autoritario e internacionalmente acomplejado

4 min

El momento es fascinante. Catalunya vuelve a condicionar toda la vida política española. Casado ha dicho esta mañana que recogerán firmas contra los indultos, igual que en 2006 recogieron firmas contra el Estatuto. Que sí, que el PP “lo volverá a hacer”.

Y ayer Marruecos le dijo a España (cito textualmente): “Durante la crisis catalana, Marruecos no optó por la neutralidad, sino que fue uno de los primeros en apoyar la integridad territorial y la unidad nacional de su vecino del norte de manera clara y contundente”. “Esta crisis (la de estos días) plantea una cuestión de coherencia. No podemos luchar contra el separatismo en casa y fomentarlo en casa del vecino”. Y como ejemplo de que no se aprovechó de la crisis abierta en Catalunya, Marruecos explica que no quiso recibir al más alto nivel a una delegación económica catalana en 2017. O sea: tú, España, me pediste el favor de no ayudar al independentismo catalán, te lo hice y ahora tú me lo devuelves hospitalizando a escondidas a un líder del Frente Polisario. Pues ahora, reconoce que el Sáhara es Marruecos (los Estados Unidos ya lo hicieron en diciembre) y abandona de una vez la idea de un referéndum para la autodeterminación del Sáhara, si no quieres hacer uno en Catalunya. Haz como el Reino Unido: haz uno en Escocia, pero si no, no te metas.

Digamos rápidamente que por más que lo vista de jugada diplomática, el movimiento que ha hecho Marruecos abriendo las fronteras y dejando pasar a 8.000 o 9.000 marroquíes a Ceuta se gira contra Marruecos y su rey porque equivale a aceptar que tienes a tu gente pasando hambre y viviendo en la miseria, y que a poco que los dejes se van de tu país. 

Pero que un país tan importante para España como Marruecos le reproche a Madrid el caso catalán es significativo, porque Marruecos se añade a una lista con otros nombres sonados. Como Rusia, que le dice a la cara a Borrell (un Borrell que en ese momento representa a toda la UE) "qué me vienes a pedir de un disidente ruso si vosotros tenéis a gente en la prisión por haber organizado un referéndum". O Turquía: el gobierno turco defendió la represión contra los curdos diciendo que son estándares europeos, que España, país de la UE, encarcela políticos por organizar un referéndum. Y qué podemos decir de las justicias de Alemania, Escocia, Bélgica o Suiza, que no han extraditado ni a un solo exiliado independentista. Dicho de otro modo: Catalunya es un importante problema internacional para España.

Y ahora, escuchen esto. Ayer Pedro Sánchez volvió a defender la concesión de los indultos. Y explicó por qué quieren reformar el delito de sedición:

"España, en 2017, aprendió una lección. Efectivamente, vimos cómo estaba de desfasado nuestro Código Penal en relación con este tipo de delitos respecto a otros Códigos Penales de otros países europeos. El gobierno de España y yo mismo hemos manifestado en muchas ocasiones la voluntad de actualizar estos delitos dentro de nuestro Código Penal y por lo tanto homologarlos con los de los países más avanzados en términos democráticos".

Es muy curioso. Incluso cuando el catalanismo se transforma en independentismo y ya no aspira a modernizar España sino a irse, harta, España aprende una lección: tiene un Código Penal con un delito viejo que no sirve para ir por Europa a pedir extradiciones. Y lo moderniza. 

De toda manera, nunca como estos días ha sido tan claro que los indultos solo serán un primer paso. Esta mañana, TV3 ha informado de que el Tribunal de Cuentas español ha abierto una segunda causa contra ex altos cargos de la Generalitat por los gastos de la promoción del Procés en el extranjero en los años de los presidentes Mas y Puigdemont. La Generalitat tiene competencias para hacer acción exterior, pero el Tribunal de Cuentas ha enloquecido y ahora todo es Procés. Basta con que durante uno de esos viajes se hubiera hablado de ello. El informe cita el caso de unas declaraciones de Artur Mas en los Estados Unidos en las que dijo a los periodistas: “Si se nos niega el derecho a votar, habrá conflicto. Un conflicto civilizado en el cual todos tendremos que expresarnos con respeto y consideración”. Pues por estas palabras el Tribunal de Cuentas reclama todo el coste de los viajes a sus organizadores. 

Está claro que por más buena voluntad que ponga Pedro Sánchez, esto no va. Ayer dijo: "La decisión que se tenga que tomar será una decisión que sobre todo abrirá una nueva etapa. Tenemos que dejar atrás un mal pasado, que creo que no enorgullece a nadie de los que entonces lideraban las instituciones, no solo en la Generalitat, sino también en el gobierno de España, y abrir un futuro de convivencia, que es lo que creo que quieren la mayoría de catalanes y españoles".

Queremos creer que una mayoría de españoles no dice “¡A por ellos!”, pero el Estado en bloque lo sigue diciendo. Por eso hablar de construir una nueva etapa de convivencia y un proyecto en común que resulte atractivo no funciona, porque el estado español sigue ofreciendo un proyecto económicamente madrileño, culturalmente castellano, políticamente autoritario e internacionalmente acomplejado.

Nuestro reconocimiento para los que trabajan en primera línea del covid-19, un recuerdo para los que sufren, para los presos políticos, para los exiliados, y que tengamos un buen día.

stats