Calvo logra que Pedro Sánchez ceda el 14 por el 28 de abril

Evitar el Domingo de Ramos gana al 88 aniversario de la República Española

Ernesto Ekaizer
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Carmen Calvo, al Congrés / EFE

MadridPedro Sánchez se ha quitado la losa de los partidos de la derecha y de los partidos independentistas catalanes, esa especie de piedra que cual Sísifo llevaba a sus espaldas. Pero ha tenido que renunciar al 14 de abril.

La vicepresidenta ha ganado. Sánchez ha cedido, finalmente, la fecha del 14 de abril de 2019, 88 aniversario de la proclamación de la República Española de 1931, por la del 28 de abril para celebrar las próximas elecciones generales.

La cordobesa Calvo (Cabra, 1957) consiguió persuadir a Sánchez de que era peor convocar los comicios el Domingo de Ramos, 14 de abril, cuando todas las cofradías y hermandades se disponen a lanzarse a las procesiones en Andalucía que hacerlo el 28, aun cuando se habrá de emplear la Semana Santa para hacer campaña.

Sánchez, según fuentes del PSOE consultadas por ARA, está convencido de que Pablo Casado decidirá suspender la campaña el viernes santo, día 19 de abril, una idea que, de momento, no comparte.

Pero el riesgo de que tras perder el gobierno de la Junta de Andalucía el pasado 2 de diciembre los votantes de dicha región reaccionaran negativamente por la convocatoria el Domingo de Ramos – “no queriáis una taza, pues tomad taza y media”, según reza el refrán- llevo a Sánchez a reconsiderar.

“No hubo ninguna otra consideración más que la religiosa. Se podía disolver perfectamente las Cámaras este martes 19 de febrero”, aseguró la fuente consultada.

Los barones del PSOE no fueron consultados por Sánchez cuando hacía días, desde mediados de semana, cobró fuerza la información de que el presidente daba por acabada la legislatura.

ERC se apresuró el martes 5 de febrero a presentar la enmienda a la totalidad de los presupuestos. A continuación se desarrolló la crisis del relator, a raíz de los comentarios de Miquel Iceta en el programa Els Matins de TV3 sobre la posibilidad de incorporar esa figura al diálogo de partidos sobre el futuro político de Cataluña. El PdeCat lo hizo a última hora del viernes 8, al borde de la finalización del plazo para presentar enmiendas.

Ese viernes 8, Sánchez esperó junto con sus ministros, reunidos en La Moncloa, la confirmación de que el PdeCAT concretaba lo que había anticipado la víspera, el jueves 7, a saber, la presentación de la enmienda. Cuando tuvo la certeza, la vicepresidenta Calvo, por un lado, envió el watsapp a Elsa Artadi deseándole suerte y, al tiempo, el gabinete dio por finiquitada las relaciones. Pero los ministros no dedujeron en aquel momento de estos hechos que Sánchez se encaminaba a convocar elecciones.

Sánchez según fuentes próximas al presidente lamentaba que su propuesta de diálogo en Cataluña, por más limitada que se entendiese, hubiese sido finalmente torpedeada por las exigencias de los partidos independentistas.

El pinchazo de la manifestación - respecto de la expectativa creada por sus promotores - convocada triunfalmente por Pablo Casado y Albert Rivera, con el apoyo activo de Santiago Abascal, presidente de Vox, en Madrid el domingo 10 de febrero, fue posterior a la decisión de Sánchez de dar por agotada la legislatura pero, sin duda, reforzó su convicción previamente adoptada.

Sánchez cogió con el paso cambiado a la derecha y a los independentistas. La noche del martes pasado, día 12 de febrero, diputados del PdeCAT intentaron enmendar su decisión de presentar la impugnación de los presupuestos a través de un rescate de la declaración de Pedralbes -propuesta de diálogo del gobierno- con la propuesta de que se podría hablar de todo en la mesa de partidos – sin hacer referencia al derecho a la autodeterminación- y acordando de palabra, sin poner en el texto, que se exploraría la posibilidad de que se dejase salir a los presos para hacer campaña en las elecciones municipales y europeas del 26 de mayo.

El PSOE estaba cerrado a cal y canto. Ni siquiera escuchó las ideas. Demasiado tarde. El PdeCAT había intentado varias mediaciones desde la noche del martes 12 al miércoles 13 de febrero. Hizo contactos con Andoni Ortúzar, presidente del PNV, y con Pablo Iglesias, a quien hizo un borrador de una nueva declaración de intenciones y llegó a hablar con Puigdemont. A todo esto, el expresidente Artur Mas, hizo varias llamadas telefónicas en las que pidió que se retirasen las enmiendas. Con todo, Elsa Artadi se mostró totalmente escéptica respecto de estos intentos.

Pedro Sánchez se la juega, pero espera que el PSOE gane las elecciones y pueda recuperar alrededor de 30 escaños, llegando a los 114/115 escaños. Con todo, es consciente de que su crecimiento tendrá lugar a costa, en gran parte, de Podemos. Por tanto, sabe que será muy difícil llegar a la presidencia del gobierno y que puede reeditarse una situación como l que los resultados del 2 de diciembre de 2018 desalojaron al PSOE de la Junta de Andalucía y abrieron el paso a la hidra de tres cabezas PP, Ciudadanos y Vox. Sin embargo, se daría con un canto en los dientes si logra recuperar esos 30, o según sus colaboradores, 40 escaños. Se abrirían nuevas alternativas, tomando la temperatura del partido de Rivera.

El presidente no consultó su decisión con los barones del PSOE porque sabía que lograría el aplauso si evitaba convocar el Superdomingo del 26 de may, un proyecto que había sido rechazado rabiosamente por los presidentes de las comunidades autónomas gobernadas por el PSOE.

Del rostro de Albert Rivera al pronunciarse ayer ante el adelantamiento de las elecciones fue la confesión de que Sánchez había realizado un gambito inesperado.

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