El análisis de Antoni Bassas: 'ERC, Junts y la CUP y el problema de los presupuestos'

Esquerra los quiere aprobar con la CUP –ya lo acordaron en el pacto de investidura en marzo – pero Junts ve al 'president' Aragonès demasiado “entregado” a las propuestas de la CUP y no se sienten nada cómodos, y miran de reojo al PSC

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Los próximos días oirán mucho a hablar de los presupuestos del año que viene. La prueba más grande de estabilidad de un gobierno es que pueda aprobar las cuentas y ni Pere Aragonès en Catalunya ni Pedro Sánchez en Madrid tienen los votos que hacen falta, y ninguno de los dos lo tiene fácil. Ahora explicaremos el caso de Catalunya, que es políticamente complicado. Pero ayer Pedro Sánchez dio un paso adelante: pactó el proyecto que enviará al Congreso con su socio de gobierno, Unidas Podemos. 

Y, para enviar el mensaje, el presidente Sánchez y la vicepresidenta Díaz se hicieron grabar paseando plácidamente por los jardines de la Moncloa: armonía, árboles y pajaritos, serenidad contra el ruido furioso de la política, y diálogo tranquilo de media tarde en una sala que lleva el nombre de un pintor catalán, Antoni Tàpies.

¿Qué cuentas acordaron? Pues un 60% de gasto social y 40.000 millones de inversión. Es un récord de gasto, aprovechando parte de los miles de millones de euros del fondos europeos, que serán destinados a industria e investigación. Las pensiones subirán algo más del 2% y también se subirá el sueldo de los funcionarios, un 2%.

Que el PSOE y Unidas Podemos hayan pactado un proyecto de presupuestos no quiere decir que estén aprobados. Ahora el gobierno español los tiene que negociar en el Congreso, y Esquerra tiene una pequeña parte del mango de la sartén. A Esquerra le pasa que se ha quedado sola defendiendo la mesa de diálogo, y quiere progresos, acuerdos, que se encarrile el diálogo. Y la detención y puesta en libertad del president Puigdemont en Cerdeña ha complicado el panorama.

Ayer la consellera de Justicia, Lourdes Ciuró, de Junts, decía en el plató del ARA que el gobierno español, el ministro Marlaska, iba de la mano de Llarena en la detención de Puigdemont, porque si Pedro Sánchez lleva al president en el exilio a España, esto le ayudaría a ganar las elecciones. Y decía más, que el gobierno español no quiere reformar el delito de sedición: “Mire, yo soy bastante escéptica con el tema que hagan nada más en Madrid con el tema de la situación catalana y de la resolución política". Bassas: "Los indultos han sido el último paso, ¿pues?" Ciuró: “Yo creo que ya se han despeinado bastante y que no se despeinarán más. El 23 hay elecciones y, oiga, aquí yo creo que ya no se hará nada más”.

Está claro, Esquerra necesita que la mesa de diálogo dé frutos, o al menos que lo pueda parecer. Por eso Rufián ha dicho que el sí de Esquerra a las cuentas no se puede dar por sentado y se tendrá que sudar.

Pero los que sudarán de verdad para aprobar los presupuestos serán el president Aragonès  y el conseller Giró. Esquerra los quiere aprobar con la CUP –ya lo acordaron en el pacto de investidura en marzo –, pero Junts ve al president Aragonès demasiado “entregado” a las propuestas de la CUP y no se sienten nada cómodos, porque creen que los alejará de la centralidad del país, y miran de reojo al PSC, que día sí día también se ofrece para aprobar las cuentas. Pero Esquerra no lo quiere, porque si pactan con el PSC en Barcelona, el PSOE pedirá a cambio los votos de Esquerra y desaparecería la capacidad negociadora de Esquerra en Madrid.

De aquí a final de año, la política catalana irá de esto, con el permiso de la justicia europea y sus decisiones sobre la inmunidad de los eurodiputados Puigdemont, Comín y Ponsantí. 

Un recuerdo para los exiliados y para los represaliados. Y que tengamos un buen día.

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