Con el covid no se puede bajar la guardia

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Agentes de la policía austríaca comprueban los certificados de vacunación de los clientes a las tiendas

Europa ha vuelto a sucumbir al virus del covid. Los países nórdicos y del este del continente, después de pasar de forma más suave las olas anteriores, y de tomarse con más calma la vacunación, ahora ven como la pandemia presiona con fuerza sus sistemas sanitarios. En el centro de Europa, donde sí que se habían tomado más medidas pero donde habían tenido menos infectados que en el sur, también están volviendo a sufrir. El resultado es que finalmente, ahora sí, en toda Europa las diversas autoridades públicas tienen claro por fin que la vacuna es absolutamente necesaria para derrotar un virus que aprovecha todas las rendijas para esparcirse.

Desde el francés Macron a una Merkel que está en funciones, todos están insistiendo en la imperiosa necesidad de una vacunación general en sus países, y lo mismo pasa en otras latitudes que se habían mostrado más escépticas. La situación es preocupante, incluso “dramática”, como ha dicho Merkel, consciente de que algunos lands con los hospitales al límite ya han tenido que enviar enfermos a Italia. En Austria, donde se acaba de decretar un confinamiento total, se ha anunciado que a partir de febrero del año que viene la vacuna será obligatoria para todo el mundo. El discurso de la libertad que había ganado terreno en algunos entornos empieza a ceder cada vez más claramente al de la seguridad sanitaria. La dureza del virus no deja margen. No es dictadura sanitaria, es sentido común. Estamos, pues, ante un cambio relevante en la lucha contra el covid. Además, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por las siglas en inglés) ya ha dicho que la tercera dosis de la vacuna tendrá que generalizarse para conseguir una inmunidad efectiva de la población. Y por otro lado, la misma EMA está haciendo pasos veloces a la hora de validar la píldora antiviral molnupiravir, de la farmacéutica Merck, que recomienda administrar cinco días después de los síntomas a personas con riesgo de desarrollar la enfermedad grave. Y también está aplicando el mismo proceso de urgencia con la píldora de Pfizer, a base de paxlovid, otro tratamiento oral con efectos y usos similares al molnupiravir. En los casos que la vacuna no haya sido efectiva, estos tratamientos tendrían que evitar males mayores.

En Catalunya, donde tenemos uno de los índices de vacunación con la pauta completa más elevados de Europa, y donde sufrimos olas de contagio muy fuertes y dramáticas, la situación hoy está más controlada, a pesar de que los últimos días han vuelto a crecer los contagios. Por eso las autoridades se muestran prudentes a la hora de retirar medidas restrictivas y estudian ampliar el uso del pasaporte covid. Merece la pena, esta prudencia. Igual que parece obvio que todos nos tendremos que inocular una tercera dosis de la vacuna. Con el covid no se puede bajar la guardia.

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