La caverna consuma la naturalización de Vox en Catalunya

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La caverna consuma la naturalització de Vox en Cataluña

Un 'Paren las máquinas' de urgencia, escrito todavía con el escrutinio en marcha, para ver las primeras reacciones de los diarios en las ediciones digitales. Como la victoria independentista es inapelable, había poca torsión de los resultados. El País basculó durante parte de la noche. Durante un rato subrayaba que Illa había ganado las elecciones. Pero, conscientes de que esta victoria era inoperante, a partir de cierto momento pasaron a destacar la mayoría absoluta independentista y, al cabo de unos minutos, añadieron “pese a la victoria del PSC”. El diario, por cierto, había salido ayer, domingo, con el titular más significado: “Catalunya se juega en las urnas superar una década de fractura”. Mantenía la ilusión de un pacto denominado de las izquierdas, con el PSC y ERC, a pesar de que los dos partidos se habían excluido mutuamente.

Pero sobre todo vale la pena analizar como la irrupción -y qué irrupción- de Vox en el Parlament era saludada con algunos titulares entusiásticos. “Euforia contenida en el cuartel general de Vox”, decía, por ejemplo, La Razón, que por algún motivo que se me escapa no consignaba a la web el fracaso del PP en estos comicios: Ciudadanos perdió 30 de sus 36 escaños y el PP no solo no cazaba ninguno, sino que se dejaba uno por el camino. En Libertad Digital el partido de Abascal conseguía un lugar en el titular principal. También en El Mundo. En ninguno de estos medios, a la hora de perfilar a Vox, vi que hablara de partido de ultraderecha. La naturalización del populismo xenófobo hace tiempo que se ha consumado. Y esto se ha operado con la complicidad de partidos que se exclaman por un odio a aquello español que solo ellos ven, mientras que no ven ningún problema en cómo Vox considera a los inmigrantes, al colectivo LGTBIQ+ o al feminismo. O a los catalanistas, claro.

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