El conseller de Interior defiende que las elecciones se hagan el 14-F "pero no a cualquier precio"

Ya es el segundo conseller de JxCat que pone en duda la fecha electoral a causa del covid

Ara
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El conseller d'Interior, Miquel Sàmper, aquest dimecres al Parlament.

BarcelonaEl 22 de diciembre la legislatura quedará disuelta ante la imposibilidad de investir un sustituto del presidente Quim Torra, inhabilitado desde el 28 de septiembre. Todos los partidos ya se preparan para configurar las listas y preparar los programas electorales en unas elecciones previstas para el 14 de febrero, que estarán marcadas por la lucha contra el covid-19. La fecha electoral responde a la cuenta atrás automática que ya se ha iniciado, pero esta semana dos consejeros de JxCat la han puesto en entredicho, precisamente por el efecto que pueda tener en febrero la tercera oleada de la pandemia. El último a hacerlo ha sido el conseller de Interior, Miquel Sàmper, que en una entrevista en El suplement de Catalunya Ràdio ha explicado que su voluntad es que se celebren las elecciones "pero no en cualquier precio".

Si en febrero la velocidad de transmisión del virus está "descontrolada " –ha hablado de un 1,5 o 1,6– y los hospitales están "totalmente llenos", la situación haría que "el derecho de sufragio activo se viera totalmente lesionado". Hace unos días fue la consejera de Presidencia y portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó, la que cuestionó la fecha de las elecciones. "Tenemos que tener muy claro que unas elecciones tienen que garantizar el derecho a voto de todo el mundo. Si esto no se puede garantizar, no sé si se podrán celebrar", aseguró en una entrevista a RTVE Catalunya.

Las palabras de Budó generaron sorpresas en ERC, que es precisamente el partido que tiene competencias sobre el procedimiento electoral. La dirección general de Participació Ciutadana i Processos Electorals trabaja desde hace meses en un plan para poder garantizar que las elecciones se celebren y evitar, como pasó en Galicia y el País Vasco el verano pasado, que haya personas a quienes se limite el derecho del voto por estar contagiadas o confinadas de forma obligatoria. Fuentes republicanas garantizan que no hay motivos para pensar que los comicios no se podrán celebrar.

La crítica fue más allá, y se sumó gran parte de la oposición. La más contundente fue la presidenta del grupo de los comunes en el Parlament, Jéssica Albiach, que tildó la actitud de Budó "de irresponsable". La portavoz del PSC, Eva Granados, exigió al Govern que "deje de hacer experimentos" y garantice el derecho a voto de todo el mundo; y desde la CUP se instó al gobierno a celebrar las elecciones "lo antes posible". Al PP no le sorprendieron las afirmaciones de Budó y fuentes populares explicaron que su líder, Alejandro Fernández, ya ha advertido en diferentes ocasiones que JxCat quiere parar los comicios. Finalmente, el principal partido de la cámara, Ciutadans, subrayó que si se tienen que aplazar las elecciones se decidirá "por consenso de todos los partidos y con el visto bueno de la Junta Electoral", y no "al compás del vértigo que le causen las encuestas a JxCat".

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