Barcelona

El 28% de los barceloneses todavía preferirían marcharse de la ciudad

La encuesta de servicios municipales muestra más preocupación por el tráfico y mantiene la seguridad como problema principal

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BarcelonaEl desencanto de los barceloneses por su ciudad, que puso de manifiesto la encuesta de servicios municipales del Ayuntamiento el año pasado en plenas restricciones por covid, se ha reducido ligeramente según la misma encuesta de este año. Aún así, el 28% de los encuestados siguen diciendo que, si pudieran, se irían a vivir fuera de la ciudad. Y el porcentaje, a pesar de que es 1,6 puntos más bajo que el del récord del año pasado, se mantiene como el segundo más alto desde 1995 y casi dobla el de hace solo seis años. El 54% de los entrevistados, por el contrario, no harían ningún cambio de residencia y el 17% sí, pero dentro mismo de Barcelona. Una fotografía que el gobierno de Colau considera "positiva" teniendo en cuenta el impacto de las restricciones por la pandemia en una ciudad tan densa como Barcelona.

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El concejal de Presidencia, Jordi Martí, ha explicado en este sentido que antes del covid ya había un 20% de ciudadanos que expresaban el deseo de marcharse de la capital, y ha destacado que el incremento, teniendo en cuenta el contexto, no ha sido tan pronunciado y ya empieza a ir de baja. El gobierno de Colau hace una lectura "optimista" de los resultados de la encuesta, que no recoge, por ejemplo, una mayor preocupación ciudadana por los problemas de limpieza de las calles –la limpieza obtiene una nota media del 6,4, tres décimas más alta que la de 2020, a pesar de que el 30% considera que ha empeorado– y que evidencia también un pequeño repunte de la puntuación en la seguridad, que se mantiene como principal preocupación.

También sitúa en un lugar destacado los problemas de tráfico: casi la mitad de los encuestados (47%) consideran que la circulación ha empeorado el último año coincidiendo con la recuperación de la movilidad y con los nuevos proyectos de pacificación en marcha. Y si se juntaran todos los problemas asociados a la circulación bajo un mismo paraguas, como se hacía hasta el año pasado, esta sería la segunda preocupación más repetida por los encuestados. Además, los resultados también evidencian que el transporte público todavía no levanta cabeza: si se compara con 2019, bajan seis puntos los ciudadanos que dicen usarlo con frecuencia y suben un punto y medio los que viajan en coche.

"Llevamos semanas que parecía que tuviéramos encima las siete plagas de Egipto y la percepción de los barceloneses es que la ciudad ha mejorado, cosa lógica porque estamos saliendo del covid, porque la ciudad ha funcionado, porque la situación no ha tenido que ver con la que se dio con la crisis de 2008", ha defendido Martí en referencia a resultados como los de la limpieza. La de servicios municipales es la encuesta más grande de las que organiza el Ayuntamiento, con unas 6.000 entrevistas personales hechas entre mediados de abril y principios de julio, y muestra un cierto optimismo en cuanto al futuro: el 63% está convencido de que la ciudad irá a mejor, un salto de diez puntos en relación con lo que respondían en la encuesta del año pasado. Pero también recoge que más de la mitad diagnostican que la ciudad ha empeorado el último año.

ERC, el grupo con el que el gobierno municipal confía en volver a aprobar los presupuestos municipales, ya ha dejado claro que no ve bien la lectura "conformista" de los resultados y considera que la encuesta evidencia "problemas estructurales": inseguridad, limpieza, paro y acceso a la vivienda. "Son los mismos de siempre y no les dan solución en los presupuestos del 2022", denuncian.

La ciudad consolida el notable

Los resultados de la encuesta muestran que remonta un poco la nota con la que los barceloneses y las barcelonesas puntúan la satisfacción de vivir en la ciudad, que el año pasado cayó hasta el 7,3, la nota más baja de toda la serie, y ahora sube dos décimas hasta el 7,5: un notable más consolidado y calcado al que obtenía la ciudad entre los años 2010 y 2013. Los vecinos que viven con más orgullo el hecho de ser de Barcelona son los de Nou Barris, que le otorgan un 7,7 –pero que también son los que más repiten que, si pudieran, cambiarían de barrio–, y los más escépticos son los de Sarrià-Sant Gervasi y les Corts, que la puntúan dos décimas por debajo de la media.

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Tres de cada cuatro encuestados, el 76,9%, aprueban la gestión del Ayuntamiento, y los que la suspenden es sobre todo por mala gestión y medidas como las que se han aplicado contra el tráfico o cuestiones de limpieza. El gobierno municipal obtiene de media una puntuación del 5,9, pero si se baja al detalle de la gestión en los barrios suspende en el Raval.

Lejos de la crisis de 2008

No hay cambios de posición al frente del ranking de los principales problemas de la ciudad, que por tercer año consecutivo sigue encabezado por la seguridad, pero ahora con menos fuerza: pasa de ser la principal preocupación para el 17,7% de los entrevistados al 14,5%, y en el terreno de las notas obtiene un 5,4, dos décimas más alta que la del año pasado, a pesar de suspender de manera clara en el centro de la ciudad, sobre todo en el Raval. El acceso a la vivienda se mantiene en el segundo lugar de la mesa (7,4%) de preocupaciones y el paro, (7,3%) en el tercero, pero estos dos aspectos no marcan los picos que registraron durante los años de la crisis anterior, cuando superaron la barrera del 20%. Lo que cae respecto al año pasado es la preocupación por la pandemia, que se situó en el tercer lugar y ahora queda fuera del top 10 y solo es la principal preocupación para el 2,9% de los encuestados.

Y sube, pero solo una décima, la preocupación por la limpieza (6,9%), que estos meses se ha convertido en la principal crítica al gobierno de Colau , que ha tenido que poner en marcha un plan de choque de 70 millones de euros para paliar déficits. Unos de los vecinos que puntúan peor el servicio de recogida de basura son los de zonas como Sant Andreu, donde se ha implantado con polémica el sistema puerta a puerta.

La congestión del tráfico se sitúa en la sexta posición de principales preocupaciones, con un 4,7% de respuestas, a pesar de que si se sumaran todos los aspectos vinculados a la circulación alcanzaría la segunda posición: una suma que el gobierno municipal no ve posible porque defiende que juntaría a los que se quejan de la congestión y los que critican la difícil convivencia con los patinetes. Y destaca, también, la percepción de un incivismo creciente: los valores sociales negativos son ahora la séptima preocupación de los ciudadanos. La gestión municipal, que el último barómetro catapultó hasta el segundo lugar de los problemas de los ciudadanos, no aparece en la encuesta hasta la décima posición, justo por detrás de los aspectos políticos. Pero, eso sí, aumenta 1,3 puntos en un solo año.

Suspende el aparcamiento

En cuanto a la valoración de los servicios municipales, al frente sigue habiendo los Bomberos, que desde que entraron a formar parte de la encuesta, en 2018, han desbancado a las bibliotecas como servicio que obtiene la nota más alta: tienen un 8,2 y un 7, respectivamente. Lo que suspende, como siempre, es el aparcamiento, que a pesar de mejorar una décima la puntuación de la última encuesta, se queda con un 4,1. La circulación empeora una décima la nota y se queda con un 5,4, la misma valoración que obtiene la seguridad en el conjunto de la ciudad.

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