Bruselas presiona para tener un certificado europeo de vacunación y un 70% de la población inmunizada en verano
A raíz de las críticas de la Eurocámara se ha publicado parte de un contrato con una farmacéutica
BruselasLa campaña de vacunación en la Unión Europea no va lo bastante deprisa. Si hasta ahora líderes europeos como las primeras ministras de Dinamarca y Finlandia, Mette Frederiksen y Sanna Marin, habían pedido por escrito a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que pulsara el acelerador, este martes el ejecutivo comunitario ha recogido la petición y ha pedido formalmente a todos los gobiernos de la UE que se comprometan a vacunar el 70% de la población adulta antes del verano. Es un mensaje claro de cara a la reunión por videoconferencia que los Veintisiete tienen este jueves con el covid como única preocupación de la agenda y en la que también se hablará de la creación de un certificado de vacunación europeo que la Comisión ve con buenos ojos.
Bruselas pide que como mínimo un 80% de la población de más de 80 años y el 80% del personal sanitario haya sido vacunado en marzo, y se compromete a poner a disposición de los gobiernos todo su "potencial" y el de la Agencia Europea del Medicamento. "Tenemos que acelerar la campaña de vacunación", ha dicho el comisario Margaritis Schinas. "Estos objetivos son asumibles", ha añadido la comisaria de Salud, Stella Kyriakides. El ejecutivo admitió que en el arranque de la campaña de vacunación no habían llegado suficientes dosis de las primeras vacunas, las de Moderna y las de Pfizer, actualmente autorizadas en Europa. Además, Pfizer tuvo problemas de distribución y aplazó la entrega de algunas dosis a países como España.
Así, la Comisión se compromete a poner todas las herramientas a disposición de los estados para acelerar el proceso, haciendo de intermediaria con las farmacéuticas y también con la licitación conjunta del equipo médico necesario para la campaña, pero no concreta mucho más sobre qué tienen que hacer los estados para acelerarla. Bruselas detecta diferencias considerables en la velocidad de vacunación entre países. De hecho, seguns los datos que recoge el think tank Bruegel, Alemania, Italia y España son los países que más gente han inmunizado, pero con porcentajes de población inferiores al 1%.
Certificados de vacunación, no pasaportes
Al mismo tiempo, la Comisión ha entrado de pleno en el debate sobre la creación de un certificado de vacunación. El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, lo propuso también por carta a Von der Leyen y, a pesar de que algunos gobiernos se han mostrado en desacuerdo, Bruselas ha decidido trabajar para ponerlo en marcha antes de finales de mes. Según ha explicado Schinas, la Comisión considera que tienen que ser certificados "médicos" europeos, que sean reconocidos por todos los estados miembros , pero en ningún caso "pasaportes" que den facilidades para viajar o tener acceso preferencial a ciertos servicios como reclama justamente Grecia. Algunos países consideran que sería discriminatorio para aquella parte de la ciudadanía que todavía no ha tenido la oportunidad de vacunarse. Según Schinas, hace falta que primero se haya vacunado un porcentaje suficiente de la población.
La otra gran preocupación de la Comisión es que ante las nuevas variantes de coronavirus que por ahora se ha comprobado que son más contagiosas que la primera, los gobiernos europeos vuelvan a cerrar fronteras y restringir viajes. Schinas ha valorado que las prohibiciones de viajes o suspensiones de vuelos "no están justificadas" y son muy "disruptivas". Bruselas se ha mostrado contraria desde el principio de la pandemia a cerrar fronteras por las consecuencias que tiene sobre el espacio Schengen y la libertad de movimiento de personas, bienes y servicios.
Falta de transparencia
A pesar de que Bruselas ha recibido elogios por el esfuerzo y la rapidez a la hora de centralizar la compra y la autorización de vacunas contra el covid, también ha recibido críticas por la falta de transparencia a la hora de explicar las negociaciones y las condiciones pactadas con las farmacéuticas. Este martes en la Eurocámara la comisaria de Salud, Stella Kyriakides, ha recibido críticas de unos cuantos europarlamentarios. Solo CureVac, una de las farmacéuticas con quienes hay un preacuerdo para adquirir más de 200 millones de vacunas, ha accedido a publicar el contrato y de manera parcial. Hasta hoy los eurodiputados podían verlo de manera restringida en una sala de lectura cerrada y sin poder hacer fotografías.
A raíz de las críticas, la Comisión lo ha hecho público pero censurando las partes que la empresa no quería que se difundieran y que son justamente las que hacen referencia a los costes de la financiación y de las dosis, el calendario de distribución y las posibles indemnizaciones. En la parte que se puede leer del contrato queda claro que son los gobiernos los que tendrán que pagar las indemnizaciones si hay problemas con el uso de la vacuna, pero las condiciones clave están censuradas.
El eurodiputado socialista Nicolás González Casares, que pudo consultar el contrato bajo las condiciones de confidencialidad fijadas por la Comisión, ha mostrado malestar por la manera en la que Bruselas ha hecho público finalmente el texto, y ha recordado que era solo uno de los seis contratos firmados por la Comisión. "La parte de información que falta tiene más importancia cualitativa que cuantitativa e imagino que si se hacen públicos el resto de contratos también irán en la misma línea", ha dicho González Casares al ARA.
Y lo mismo recuerda la europarlamentaria de Ciudadanos Soraya Rodríguez: "Ni siquiera vemos un contrato formalizado, porque el de CureVac es un precontrato con una empresa que ni siquiera tiene la vacuna autorizada", ha afirmado al ARA. Los dos parlamentarios exigen más transparencia. "Me preocupa que estemos hablando de la opacidad de los contratos, porque este debate alimenta los discursos negacionistas y las teorías conspiratorias", se ha lamentado Rodríguez.