Ya se puede acceder a seis siglos de historia de la Cartuja de Montalegre

BarcelonaLa Cartuja de Montalegre, en Tiana (Maresme), es la única en Cataluña que todavía conserva una comunidad de monjes activa. La fundó en 1415 un prior controvertido: Domènec de Bonafè, que acabó encarcelado y expulsado de la comunidad por haber jurado fidelidad a Benedicto XIII, el Papa Luna, y no haber reconocido al nuevo papa, Martín V. A lo largo de tantos siglos de historia, los monjes atesoraron mucha documentación y reliquias, pero la historia convulsa del monasterio, cerrado y protegido por una doble muralla, hizo que se dispersara. Ahora buena parte será accesible porque lo ha adquirido el Archivo Nacional de Catalunya por 70.000 euros.

Hay documentos bastante importantes no sólo sobre la historia de la cartuja sino también de Cataluña. Existen pergaminos de los siglos X al XVIII y documentos de papel desde el siglo XVI hasta la actualidad. En total son 9 metros de documentación de papel de los siglos XVI al XX, que incluye 44 manuscritos, 43 cajas de archivo y carpetas, 25 legajos y varios documentos sueltos. Buena parte del archivo se dispersó en el siglo XIX. En 1835 el monasterio fue asaltado, expoliado e incendiado. Entonces los monasterios presumían de tener un gran número de reliquias y dos monjes fueron torturados y ejecutados acusados ​​de ser espías carlistas. El resto de monjes huyeron, pero el archivo y la biblioteca pudieron salvarse en parte. Próspero de Bofarull (1777-1859), entonces director del Archivo de la Corona de Aragón, llenó 18 carros con documentación. En ese momento, el grueso de la cartuja ingresó en el Archivo de la Corona de Aragón, donde todavía está. Sin embargo, otras partes se disgregaron entre distintos archivos y casas particulares. Una pequeña parte, que estaba en la finca vecina de Can Sanromà, propiedad de los barones de Esponellà, se depositó en el Archivo Nacional de Cataluña entre 2018 y 2020.

Documentos del siglo X al XVIII

Ahora se ha recuperado buena parte de la documentación que logró recopilar el mismo monasterio a lo largo del siglo XX. Monjes de origen francés, que huían de la Tercera República y del gobierno de Émile Loubet, que decretó el cierre de los monasterios franceses, regresaron a Montalegre en 1901. Fue en este período que el monje historiador Irénée Jericot (1882- 1972) hizo una importante labor de investigación. Entre los documentos que han ingresado en el Archivo Nacional de Cataluña hay 275 pergaminos, 133 cartas de profesión de monjes cartujos con ricas ilustraciones de entre los siglos XV y XVIII y documentos de los años 991 a 1777. procedentes de Montalegre pero también de las cartujas de Sant Pol de Mar y de Scala Dei. Hay 9 pergaminos reales, 16 bulas y breves pontificios, dos incunables, mapas y 37 álbumes de fotografías de los siglos XX.

El 20 de julio de 1936, en los inicios de la Guerra Civil, los monjes tuvieron que volver a abandonar el monasterio. Esa misma tarde un grupo de incontrolados subió a la cartuja porque había corrido la berrea que el edificio estaba fuertemente armado: sólo encontraron unas cajas con fusiles que se guardaban desde la Semana Trágica. Las guerrillas asaltaron el monasterio y hubo enfrentamientos, porque muchos badaloneses no querían que hubiera derramamiento de sangre. Los monjes, que ya se habían ido, fueron tiroteados por el camino. Cuando llegaron a la plaza de la Villa de Badalona hubo quien gritó que les fusilaran, pero lo impidió el alcalde, Frederic Xifré. Tres años más tarde, en 1940, los franquistas fusilaron a Xifré.

La mayoría de monjes consiguieron sobrevivir y se escondieron en diferentes casas badalonesas. La biblioteca de 14.000 volúmenes fue salvada gracias a la gestión de la Agrupación Excursionista de Badalona, ​​y todos los libros se trasladaron a los jardines de Ca l'Arnús. Aquel julio de 1936 la rápida intervención de la Generalitat republicana evitó más incidentes en la cartuja y las instalaciones sirvieron para albergar a los enfermos infecciosos del hospital municipal. Las tropas franquistas conquistaron la zona el 27 de enero de 1939 y los monjes regresaron al monasterio. Tras la compra de la documentación, en Montalegre sólo han quedado documentos que hacen referencia a los bienes patrimoniales de la comunidad y papeles que atestiguan la relación con Le Grande Chartreuse, en los Alpes franceses, la casa madre y la residencia del Reverendo Padre, superior de la orden.