Günter Uecker: "Debemos tener mucho cuidado para no caer en un desastre europeo"
El artista alemán rehace su memorial de Buchenwald en Weimar ante el auge de la extrema derecha
Weimar (Alemania)La ciudad alemana de Weimar tiene una historia cultural abrumadora, en la que destacan las figuras de Goethe y Schiller. Este miércoles cae un sol de justicia en la plaza del teatro donde se encuentra el monumento que celebra su amistad. Aun así, otro de los iconos culturales alemanes, el artista Günther Uecker, de 93 años, ha llegado poco después de las dos de la tarde para dar el pistoletazo de salida a la realización del Memorial de piedra para Buchenwald, uno de los platos fuertes de la primera jornada del Kunstfest, el festival de arte, música, cine, teatro y literatura de Weimar.
Se trata del festival cultural más importante del este de Alemania y suele programar artistas y compañías catalanes, como es el caso del Ubú de Robert Wilson, que es una coproducción del museo Es Baluard de Palma, el Festival Grec de Barcelona y el propio Kunstfest. La programación incluye hasta el 10 de septiembre más de 150 conciertos y espectáculos teatrales y de ópera y 45 proyectos, entre los que hay dos catalanes más: la cantante Núria Rial y el compositor Bernat Vivancos.
Para hacer el Memorial de piedra para Buchenwald, decenas de ciudadanos se han reunido en la plaza bajo la coordinación de Uecker para ir llenando con las piedras dispuestas en las esquinas, en recuerdo de la intervención que hizo el propio artista en 1999 en el sótano de los comedores de los presos del campo de concentración de Buchenwald, que se encuentra a unos 12 kilómetros de la ciudad. Entonces Uecker quiso recordar el sexagésimo aniversario de la invasión alemana de Polonia y del inicio de la Segunda Guerra Mundial en medio de un clima de amnesia institucional de las autoridades locales. No quiso crear una imagen horrorosa, sino recordar a aquellos que fueron perseguidos y asesinados con un trabajo contenido y al mismo tiempo contundente.
Ahora, en plena guerra de Ucrania y ante el auge de la extrema derecha, la obra se erige contra "la permanencia de las guerras imperiales, la violencia y la revitalización de las actitudes racistas neonazis", como dicen desde del festival. "La situación es muy peligrosa, y debemos tener mucho cuidado para no caer en un desastre europeo –advierte Uecker–. Solo podemos hacerlo serena y colectivamente. Por eso he salido de mi taller y estoy aquí". Está previsto que la realización de la obra continúe el jueves incorporando nombres de presos de Buchenwald.
La obra de Uecker en Buchenwald fue destruida por una inundación en 2006 y más adelante fue imposible volver a realizarla. No es gratuito que se haya rehecho en esta plaza, en la línea de aprender del pasado para forjar el futuro en el que se basa esta edición del festival: el Teatro Nacional y Ópera de Weimar fue un lugar de reunión del partido nazi hasta que fue devuelto a la ciudad en 1948, como puede leerse en una placa en un lateral de la fachada. "Es un símbolo enorme llevar esta escultura a esta plaza, y también que Günther Uecker haya querido hacerlo con un movimiento popular", afirma el director artístico del festival, Rolf C. Hemke. "Es una gran plaza con una importancia nacional –subraya–. Está en el corazón del clasicismo alemán, pero también en el corazón de una ciudad que tiene un campo de concentración en la puerta. En este teatro fue donde se instauró la democracia con la Asamblea Nacional en 1919. En Weimar surgió la Bauhaus, que significó una gran reacción de los artistas alemanes ante la Primera Guerra Mundial. Así que Weimar es una ciudad emblemática".