"En Israel, antes de que vengan a buscar a los artistas, cerrarán los periódicos y la televisión pública"
La artista israelí Sigalit Landau instala una 'Torre del tormento' en la nueva edición del Kunstfest de Weimar
Weimar (Alemania)La madre de la artista israelí Sigalit Landau (Jerusalén, 1969) nació en Londres, después de que su familia huyera de Viena. El padre nació en Rumanía, sobrevivió al Holocausto y emigró a Israel cuando tenía 10 años. Landau es conocida en Cataluña por la exposición que le dedicó el Macba en 2014, una muestra que considera importante en su trayectoria porque se sintió escuchada y entonces se dio cuenta de que su camino era "muy claro".
En el Macba, entonces dirigido por Bartomeu Marí, Landau desplegó un conjunto de obras dentro de la Capilla dels Àngels, y ahora participa por segunda vez en el Kunstfest de Weimar con un trabajo, titulado Torre del tormento, en el que el sitio vuelve a tener un papel imprescindible. Se trata de un vídeo realizado en la torre del antiguo Gauforum, el complejo nazi de trabajo forzado de Weimar actualmente convertido en museo. En este vídeo, que puede verse en la misma torre, una chica se asoma por una de las ventanas y empieza a pintar la fachada de color blanco con un carrete, siguiendo un patrón radial. Pero, cuando ha terminado, se encuentra en las escaleras un hombre que se dirige al mismo sitio y empieza a tapar con pintura negra su círculo de color blanco. Así, como dice Landau, la ventana se convierte en una señal de alerta, "un agujero, una herida y un vacío". La grabación fue accidentada, porque no pudo viajar a Weimar a raíz de la Guerra de los Doce Días entre Israel e Irán; estos hechos la espolearon, e introdujo el rojo en el vídeo, como un chorro de sangre que se derrama por la ventana de la torre, una mancha que hace la obra aún más actual. "Tengo que coger los elementos y trabajarlos porque, aunque estoy de luto, todavía sigo creando", dice Landau. "Hice una obra más inquietante de lo previsto, porque la gravedad hace bajar la pintura por el edificio", subraya.
De Landau se ha dicho que es una artista que trabaja el tema de la identidad desde el intercambio. Otro de sus trabajos más conocidos es el proyecto para construir un puente de paz y ecologista en el sur del mar Muerto para unir Israel y Jordania. El conflicto entre Israel y Palestina es un tema recurrente en su trayectoria, y ha viajado a Weimar días después de la huelga general con la que cerca de un millón de personas pidieron un acuerdo para alcanzar un alto el fuego y en contra de la política de ocupación total del territorio palestino. "Tenemos lo contrario de un puente, que es una isla. Estamos devastados como una isla de leprosos –lamenta el artista–. En la última huelga no llegaron a ser un millón de personas, pero quizás llegaremos. De los nueve millones de personas que viven en Israel, un millón saldrán a las calles, y más de la mitad de la gente dirá."
"Nuestra sociedad está completamente partida en dos direcciones. Quienes están en modo supervivencia quieren a este líder fuerte, y tenemos ejemplos en Estados Unidos y en Rusia. La otra dirección es que el país debe ser para los ciudadanos y para la gente que realmente vive en Israel", añade.
"Un plan muy desastroso"
La inauguración de Torre del tormento se produjo al mismo tiempo que el gobierno israelí anunciaba el inicio de la operación para ocupar Ciudad de Gaza. "Si conquistas Gaza, acabarás teniendo más ciudadanos que no tendrán ningún derecho. Es un plan muy desastroso, y el hecho de que un delirio así se convierta en un plan real y concreto te da ganas de cortarte las venas, te deprime profundamente", asegura Landau.
¿Y los artistas pueden hacer algo en todo esto? "En Israel los artistas estamos mal. Formamos parte de esa supuesta élite de izquierdas inventada, algo que nuestro gobierno detesta, y antes de que nos vengan a buscar y detengan nuestro trabajo, creo que cerrarán los periódicos y la televisión pública. No quiero exagerar: todavía somos una democracia, pero sentimos que le estamos rodando mucho. Buchenwald está muy cerca de la carretera, y la torre del Gauforum es el ejemplo de lo peor que puede llegar en la historia –recuerda Landau–. Cada artista del mundo, y cada persona que piensa, está replanteándose las cosas.
Fausto convertido en Elon Musk
La guerra en Oriente Próximo está muy presente en otro de los platos fuertes de la jornada inaugural del Kunstfest: el estreno mundial de la versión, condensada, que el dramaturgo y director sudafricano Brett Bailey ha hecho de la segunda parte de Fausto. Uno de los rasgos más singulares del espectáculo, titulado Fausto X, es la manera en que Bailey utiliza la IA y cómo ha llevado el clásico a nuestros días, poniendo Elon Musk en el sitio de Fausto. "Trabajo mucho con la IA, hago muchas preguntas en el ChatGPT para dar rienda suelta a la imaginación, para encontrar soluciones, músicas", afirma Bailey. Así, por ejemplo, ha sustituido a Helena de Troya del original por Nefertiti y ha diseñado las máscaras que llevan los personajes y algunos de los decorados con un programa de generación de imágenes. Entre todos los cambios, el momento más salvaje del espectáculo es el delirio de Fausto-Musk para ejecutar el plan de la ultraderecha israelí de la Riviera de Gaza, armado con una motosierra, como la famosa imagen de Trump y Milei. Fausto X es un encargo del festival con motivo del 250 aniversario de la llegada de Goethe a la ciudad.
Como contrapunto de estos dos trabajos, el festival arrancó en la plaza del Teatre con Dance people, un espectáculo de danza interactivo de la compañía libanesa-francesa Maqamat, dirigida por Omar Rajeh y Mia Habis, en el que los bailarines sacaron al público a bailar con ellos, y también a colaborar en el diseño de la escenografía y en los textos del espectáculo. Todo ello para convertir este espectáculo en un lugar de encuentro y de acción colectiva.