Arte

"Merdra!": Alfred Jarry y Ubú irrumpen en el Museu Picasso a ritmo de rock'n'roll

El museo barcelonés dedica una gran exposición al fundador de la patafísica y su impacto hasta la fecha

BarcelonaEl rey Ubú, la mítica criatura literaria del francés Alfred Jarry (1873-1907), es todo estómago y tiene la cabeza con forma de pera. Es un personaje infame que cuando vio la luz en 1896 provocó un escándalo. El inicio de la obra es mítico: "¡Mierdra!" Y Ubú tiene una fuerza corrosiva que se ha desplegado en todo el mundo y que llega hasta hoy, tal y como se puede ver a partir de este jueves y hasta el 5 de abril en la nueva exposición del Museu Picasso, la magnífica Ubú pintor. Alfred Jarry y las artes,comisariada por el director del museo, Emmanuel Guigon.

"Ubú es un personaje grotesco. El adjetivo ubuesco ha marcado el lenguaje del siglo XX, que es universal como Madame Bovary, Sade y el sadismo y Kafka y el kafkiano", afirma Guigon. "Guy Debord decía en los años 60 que el siglo XX estaba marcado por los desastres de la guerra y por el kafkiano, pero que el personaje que atravesaba toda la cultura contemporánea, con toda la cultura contemporánea, con toda la cultura contemporánea, Ubú. Decía que nada destruía si no lo destruía todo, un símbolo que puede ser de gran actualidad", subraya Guigon, que culmina el recorrido con el retrato de "uno de los muchos Ubús que hay actualmente", un Ubú-Trump representado por el artista Hélène Delprat como un mono pintor.

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Ubú pintor. Alfred Jarry y las artes es una exposición marca Guigon, una enorme muestra, ambiciosa e innovadora, que ocupa dos plantas del museo. Se pueden ver prácticamente 500 obras y documentos de decenas de artistas, fotógrafos y autores consagrados de los siglos XX y XXI, entre los que se encuentran, además de Pablo Picasso, Henri de Toulouse-Lautrec, Paul Gauguin, Aduan Rousseau, Andrés Andrés, Félix Vallotton, Georges Rouault Ernst, Joan Miró, Dora Maar, Corbusier, Jean Dubuffet, Enrico Baj, Raymond Queneau, Francesc Català Roca y William Kentridge. Además, la muestra recoge documentación de montajes teatrales de Ubú entre los que se encuentran los de una joven Pilar Aymerich en la Escuela de Arte Dramático Adrià Gual; el de Bob Wilson, impulsado por Imma Prieto en su etapa en el museo Es Baluard; el de Els Joglars, con el polémico Ubú presidente inspirado en Jordi Pujol; el de Joan Baixas, que dio vida a los títeres gigantes de Joan Miró en Muera el Merma,y el de la compañía Cheek by Jowl, liderada por Declan Donnellan.

La participación de Pilar Aymerich en la muestra se remonta a una conversación que tuvo con Guigon: empezaron hablando de ranas y acabaron hablando de Alfred Jarry y su criatura más célebre, el infame y grotesco rey Ubú, tal y como han explicado ambos este miércoles. Aymerich le reveló entonces que había traducido la obra al catalán y que la había dirigido en 1964 como culminación de sus estudios en la Escuela de Arte Dramático Adrià Gual. Obviamente, en pleno franquismo la función la realizaron a puerta cerrada. Y este miércoles Aymerich ha contado la fascinante historia de cómo descubrió el texto gracias a un chico misterioso entre "Drácula y un escarabajo", con quien coincidía cuando, clandestinamente, ella conseguía dar rienda suelta a su pasión por bailar rock'n'roll. En una de esas sesiones, el chico, de quien Aymerich no recuerda el nombre, le dijo que se marchaba del país y antes de irse le regaló el libro de Ubú en una edición de bolsillo.

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"Me leí el libro y me quedé muy descolocada –dice Aymerich–. Yo había estudiado en un colegio de monjas francesas, pero monjas, al fin y al cabo. Barcelona era una ciudad muy árida, muy triste, y de repente me encontré con aquel dictador completamente atípico. camisa negra bajo palio, y de repente descubrí que también había un mundo por vivir dentro de una dictadura, y seguí buscando cosas de Jarry, sobre todo en Francia".

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Una vanguardia a tiros

En el caso de Picasso, es muy conocido que el referente del protagonista deforme de los grabados de 1937 Sueño y mentira de Franco es Ubú, pero la comisaria asociada, la historiadora María González Menéndez, recuerda otro episodio imperdible de unos treinta años antes: una cena legendaria que tuvo lugar en 1905 en casa de Maurice Raynal, a la que asistieron Guillaume Apollinaire, Alfred Jarry, el esculpido historia. "Allí ocurrió un hecho que muchos califican de fantasía, pero que probablemente tuvo lugar: Jarry se puso a discutir con Manolo y, en un momento dado, se transformó en Ubú: sacó el revólver y empezó a disparar en el techo", dice González. "Entonces –añade– las mujeres se desmayaron, y se produjo un gran revuelo. Apollinaire intervino, le quitó el revólver a Jarry y se lo dio a Picasso, que lo guardó durante un tiempo en su estudio de Bateau-Lavoir. Este episodio fue extraordinario porque los amigos de Picasso vieron un emble, un emble tipo de cometa que anunciaba un nuevo siglo estético. Y, efectivamente, en ese momento Picasso se encontraba avanzando hacia un período diferente, haciendo también investigaciones que conducirían hacia el cubismo".

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La muestra también incluye trabajos inéditos, como un pequeño jefe de mujer de Picasso de 1942. También lo es la búsqueda sobre influencia del personaje en la obra plástica de Le Corbusier: cuando las tropas alemanas entraron en París en junio de 1940, Le Corbusier se refugió en los que más se refugió en la localidad de Ozon las versiones escultóricas. A su regreso a París en 1942, el arquitecto empezó a identificar estas obras como "ubús", porque decía que la escena internacional estaba llena.

El interés por el arte popular

El recorrido arranca con un retrato de Jarry realizado por Hermann Paul que perteneció a la colección de Picasso. "La colección de obras de Jarry que tuvo Picasso es bastante extensa", dice González. Los primeros ámbitos se adentran en la labor como crítico de arte de un Jarry que estaba a punto de cumplir veinte años y que quedó fascinado por las galerías y los salones parisinos y por artistas innovadores entre los que se encontraban Van Gogh y Degas. "La carrera de Jarry empezó con el arte, y es muy interesante ver cómo su prosa estuvo muy centrada en la imagen", explica González. También fueron claves el arte y el teatro populares, como puede verse en un tapiz del artista noruego Gerhard Munthe que el Museo de Orsay de París ha comprado recientemente y que estrena en el Museu Picasso, y en una retahíla de dibujos y acuarelas de Charles Filiger. De hecho, Guigon, que ya realizó una exposición sobre Jarry cuando pasó por el IVAM hace unos 25 años, no descarta hacer otra en el Museu d'Orsay.

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La imagen de Ubú rey es fruto de una caricatura que Jarry hizo de su profesor de física cuando tenía unos doce años. Y en el Museu Picasso adelante se pueden ver los decorados de la representación de la obra en un teatro de títeres en 1896, y el magnífico Ubu imperator de Max Ernst, fruto de la influencia que Jarry tuvo en los surrealistas. Y antes de llegar a la parte teatral de la muestra, son imperdibles los ámbitos dedicados al arte bruto de Jean Dubuffet y la "pintura nuclear" del italiano Enrico Baj.