Palabras de "amor y generosidad" de Vicenç Altaió y Albert Serra

BarcelonaEl poeta y traficante de ideas Vicenç Altaió y el cineasta Albert Serra se conocieron hace cerca de quince años en una jornada con otro cineasta, Pere Portabella. La relación continuó y llegó a un momento de auge cuando Serra le pidió a Altaió que hiciera de un Casanova crepuscular en la película Historia de mi muerte (2013). Aquella colaboración fue un acto de “amor y generosidad”, tal y como han explicado ambos este martes a la Fundación Joan Brossa Centro de las Artes Libres con motivo de la presentación del libro de Altaió Enlaces con la vanguardia: de JV Foix a Albert Serra(Leonario Muntaner).

Para Altaió, no se intentó hacer de actor, sino de entregarse a un “cineasta filólogo” como Serra, que trataría su “indisciplina” con su propio método de trabajo. Y ha recordado cómo el ofrecimiento le había llegado en un momento de "institucionalización del nuevo orden" en el que habían perdido "la flexibilidad" creativa. Así que trabajar con Serra le supuso "volver a vivir lo que habían hecho otras generaciones". Para Serra, aquella colaboración dio a Altaió “la culminación de un trabajo de vanguardia de una manera imprevista, imprevisible”, como si con esa película hubiera tenido la posibilidad de encarnar para la historia puntales de su pensamiento y servir a “la causa de la película y la causa de la vanguardia”, una actitud que Serra encuentra muy propia de Tàpies.

Albert Serra representa el omega de una trayectoria estética que tiene un inicio esencial con las visitas que un Altaió casi adolescente hacía al poeta JV Foix. “No pienses que para llevar el pelo largo y graso y las uñas sucias sois más artistas”, recuerda Altaió que le decía el poeta, También explica que su generación había perdido el sentido de la historia y de las anécdotas, como las que se pueden encontrar en este libro y en el primer volumen de sus memorias, que saldrá el próximo año con el título deEl sueño de la subversión. Los más jóvenes también se han nutrido y continuarán nutriéndose del anecdotario que Altaió vierte en sus libros más personales. Poniendo como ejemplo una conversación entre Altaió y Portabella, Serra ha alabado su “finura de análisis”.