Arte

El reto de revelar 'El espíritu catalán' a una persona invidente

El icónico cuadro de Tàpies volverá excepcionalmente a su fundación este verano

PamplonaPara Antoni Tàpies, el arte tenía un fuerte carácter de servicio social. Entre las entidades sociales a las que apoyó haciendo un cartel se encuentra la fundación oftalmológica Ojos del Mundo, y seguro que habría colaborado con el Museo Universidad de Navarra (MUN), la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra y la Fundación ONCE en la iniciativa que han presentado este viernes en Pamplona: El maletín de Tàpies. Se trata de una especie de libro de artista para hacer accesible a personas invidentes o con graves dificultades visuales la icónica pintura matérica de Tàpies El espíritu catalán (1971), protagonizada por las cuatro barras sobre un fondo amarillo, sobre las que el artista escribió cerca de ochenta conceptos sociales y políticos como Viva Cataluña, libertad, verdad, cultura, democracia, espiritualidad, Elogio de la desobediencia, Derecho al tiranicidio y Cataluña vive".

"Supone una buena práctica de cara a la accesibilidad universal que permite a las personas con discapacidad visual grave acceder, en este caso, a la obra de Tàpies", afirma el delegado territorial de Navarra de la ONCE, Valentín Fortun "También es un toque de atención de cara a la normalización que debe incorporar una sociedad inclusiva", subraya: "Es imprescindible acercar piezas de esta magnitud a la ciudadanía, y uno de los retos de nuestra sociedad es ser lo más accesibles posible", afirma la directora de la Fundación Antoni Tàpies, Imma Prieto.

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El espíritu catalán está en las reservas del MUN, y este mismo viernes sale hacia el Museo Reina Sofía de Madrid porque formará parte de la retrospectiva del centenario de Tàpies que abrirá el 20 de febrero. El comisario de la muestra, Manuel Borja-Villel, ha pedido un ejemplar del libro para que esté en el Reina Sofía, mientras que otro de los ejemplares estará siempre en la recepción del MUN. Coincidiendo con la presentación deEl maletín de Tàpies, Imma Prieto ha anunciado que, al contrario de lo previsto, El espíritu catalán también se podrá ver durante unos días cuando la retrospectiva del centenario llegue a Barcelona, ​​donde también se hará una presentación deEl maletín de Tàpies. No estaba previsto que la obra viajara a la capital catalana porque en el MUN quieren tenerla en casa en los próximos meses como uno de los protagonistas de su décimo aniversario, ya que es una de las obras destacadas que reunió la coleccionista María Josefa Huarte. Asimismo, Prieto también ha apuntado que incorporarán la palabra museo a la denominación de la Fundació Antoni Tàpies para subrayar su carácter museístico y diferenciarse de otras instituciones privadas a veces vinculadas a entidades bancarias o seguros. Pero Prieto no ha concretado su fórmula tirada, que se hará pública en unos meses.

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La adquisición de El espíritu catalán fue un acto de valentía, ya que Huarte la compró en la galería Maeght en 1972, y no pudo exponerla públicamente hasta que terminó la dictadura franquista. Se trata de una pintura monumental que mide más de dos metros y que pesa unos 300 kilos, y siempre tuvo un lugar destacado en el domicilio de la coleccionista. Se pudo ver por primera vez en la Fundació Antoni Tàpies en 2016 coincidiendo con la exposición Después de las Conversaciones de Argel. Delirio y tregua. En el cuadro no está la palabra amnistía, pero desde el MUN recuerdan que el mismo año que Tàpies le pintó empezaba a hablarse de la que sería la ley de amnistía de 1977: "Empezaron a cristalizar los ideales nacidos en la Generalitat de Catalunya exilio y que se concretaban en tres puntos: «Libertad, Amnistía, Estatuto de Autonomía»".

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Un proyecto con un profundo valor humano

El maletín de Tàpies incluye un cuaderno en braille y castellano con la transcripción de los conceptos del cuadro e información de contexto y sobre Tàpies. También una pequeña versión táctil de todo el cuadro, códigos QR que llevan a unas audioguías con los mismos contenidos y las reproducciones de cuatro fragmentos con una textura similar a la original. Todo lo han desarrollado cinco estudiantes de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, sacando zumo de los conocimientos de arquitectura y diseño inclusivos, en colaboración con la Fundación ONCE, y con el apoyo de la Fundación La Caixa en el marco del programa SociARTE. El presupuesto no lo han hecho público. Aún así, desde el MUN subrayan el "valor humano" del proyecto y aseguran que desarrollar proyectos como éste es más una cuestión de "voluntad" más que económica. El espíritu catalán no se puede tocar, y por eso mismo Fortun asegura sentirse un "privilegiado" al poder recorrer con las manos otra de las obras emblemáticas de Tàpies del MUN, la escultura de bronce con policromía Composición con cesta.