Música

Las voces de Semprún y Beckett para conmemorar el horror de Buchenwald

El Kunstfest de Weimar lleva una pieza del músico chileno Juan Allende-Blin al campo de concentración

Weimar (Alemania)La memoria histórica es uno de los puntales del Kunstfest de Weimar. La nueva versión en la plaza del Teatro del memorial que Günther Uecker hizo en el campo de concentración de Buchenwald ya está terminada: algunas de las pilas de piedras que hay en la plaza están atadas con vendas y entre ellas están escritos los nombres de presos del campo. Y cada día se realiza una lectura de nombres de las víctimas. "Es un símbolo muy bonito. Quiere decir que la memoria debería estar siempre entre nosotros, no sólo unos días concretos", afirma el director artístico del festival, Rolf C. Hemke.

"Esta obra es como un hito, es un símbolo que sirve para orientarse", subraya. También recuerda que la primera obra fue una reacción del artista a unas polémicas declaraciones de Manfred Kanther, ministro del Interior alemán de 1993 a 1998, advirtiendo contra el riesgo de la "buchenwaldización" de la ciudad, es decir, que toda la gloria de la ciudad pudiera quedar secuestrada por el recuerdo del campo. Ahora el auge de la extrema derecha vuelve a poner de manifiesto que la memoria histórica es todavía un tema candente y que hay que velar por el futuro, especialmente en lo que se refiere a las elecciones europeas en Alemania en el próximo otoño. Ahora en el Estado de Turingia gobierna la izquierda en minoría.

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La aceptación del memorial de Uecker, que estará en la plaza hasta el día 30, no ha sido unánime, como recuerda el director. Y asimismo, Hemke ha querido profundizar en este tema llevando al mismo campo de Buchenwald una obra del compositor chileno afincado en Alemania Juan Allende-Blin, Monólogo / Diálogo. Se trata de un collage sonoro que incluye una grabación de Jorge Semprún de su libro Quel beau dimanche, sobre cómo sobrevivió a Buchenwald cuando tenía unos veinte años; un poema de Samuel Beckett también en francés; su propia voz; músicas, y sonidos diversos. La obra se puede escuchar con unos auriculares inalámbricos, y la escucha hace que la experiencia de recorrer el recinto sea aún más sorprendente.

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"Vine al campo por primera vez en noviembre, y creo que la impresión que tuve se refleja en la obra. Para mí, esta presentación es muy importante a nivel afectivo", afirma Juan Allende-Blin. Tuvo la idea hace diez años, pero nadie la había querido llevar a cabo hasta que recibió el encargo de la radio de Berlín. "Creo que he conseguido que los sonidos que hay en la obra tengan un carácter libre y revelador y al mismo tiempo he trabajado con las palabras. Los textos son una forma política que no admitía traducción", explica.

La fiebre del oro y de los opiáceos

Otro de los hitos musicales del festival será el estreno de la ópera del compositor Johannes Maria Staud y el dramaturgo Thomas Köck Desaparecido en Cantú (Tu palacio está vacío), el 2 de septiembre en el Teatro Nacional y Ópera de Weimar. "De ellos me gusta que son muy políticos. Lo que nos une es que tenemos unas convicciones muy fuertes", afirma la directora de escena, Andrea Moses. Este viernes tocaba ensayo técnico y de la orquesta: la escenografía consiste en una casa dorada puesta de sesgo que gira para albergar tres historias sobre el carácter tóxico del capitalismo ambientadas desde la colonización de América, la crisis de los opiáceos en Estados Unidos y la emergencia climática.

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Bernat Vivancos y Núria Rial

En el último tramo del festival llegará, con el impulso del Institut Ramon Llull, el turno del compositor barcelonés Bernat Vivancos, la soprano manresana Núria Rial, la soprano austríaca Miriam Feuersinger y la formación de Basilea Les Cornets Noirs, que interpretarán Duo Seraphim. "Es una obra de cierta envergadura, dura 45 minutos, y la podemos realizar en un festival importante", afirma el autor de la composición, Bernat Vivancos. La obra fue un encargo del festival también alemán de Freden. "Haces una obra importante que es un encargo de un festival importante, y es una lástima que no se vea en tu país", lamenta Vivancos. En cuanto a la programación escénica, el miércoles por la noche se estrenó el monólogo de Theresia Walser Eschenliebe [Amor de ceniza], donde el actor Steve Karier cuenta su historia de amor con un árbol en una puesta en escena minimalista para dejar todo el protagonismo a su interpretación.