Historia

Belén hace 2023 años: así era el 25 de diciembre bajo dominio romano

La actual Palestina era entonces una región convulsa, con muchas desigualdades, donde los judíos se resistían a obedecer a Roma

BarcelonaHace 2.000 años Palestina, entonces la provincia romana de Judea, el lugar donde supuestamente nació Jesús, era un lugar bastante convulso. El 63 aC, el general romano Pompeyo el Grande había conquistado Jerusalén después de un asedio feroz y desde entonces era un reino cliente de la República romana. "No era nada fácil la convivencia, porque una parte de la población judía se resistía a estar bajo el control romano", explica Diego Sola, profesor de historia moderna en la Universidad de Barcelona y en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la Facultad de Teología. Era una provincia romana, con una presencia importante de soldados y funcionarios romanos, que vivían sobre todo en la fortaleza de Torre Antonia, en Jerusalén, y en Cesarea Marítima. Las revueltas y los enfrentamientos eran bastante frecuentes como muy irónicamente explica La vida de Brian de los Monty Python: "Todos nosotros no dudaríamos en sacrificar nuestras vidas para liberar a este país de una vez por todas de los romanos", dice Reg en el filme, donde el Frente Popular de Judea intenta, sin mucho éxito, atentar contra los ocupantes romanos.

La provincia había logrado, pese a la ocupación romana, conservar a su rey judío, Herodes el Grande. Sin embargo, Herodes no era muy apreciado por un sector de la población, que le consideraba un colaborador de Roma y un traidor. "Sobre todo los fariseos y algunos saduceos, que eran los judíos más ortodoxos, no aceptaban esa relación tan endogámica con Roma", asegura Sola. "Era un rey cliente que intentaba mantener las aguas tranquilas, pero consideraban que se había vendido en el poder de Roma", añade. Judea era una teocracia donde el Gran Sanedrín, un consejo formado por sacerdotes del templo, aplicaba la ley según la Torá. Muchas veces la cabeza del Gran Sanedrín le nombraba Roma. "Los fariseos, los zelotes y algunos saduceos criticaban también al Gran Sanedrín por ser una élite que se había enriquecido mucho y era propietaria de grandes fincas y grandes palacios", dice. La provincia que tantos quebraderos de cabeza causaba en Roma también tenía un gobernador romano.

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Una sociedad desigual y endogámica

Era una sociedad bastante desigual y endogámica. Había una élite política, económica y sacerdotal (el cargo de sacerdote se heredaba) que mostraba con orgullo su opulencia. Esta élite vivía sobre todo entre Jerusalén, donde tenía grandes palacios, y sus fincas. Al otro lado había menestrales, campesinos y jornaleros. A diferencia del resto del Imperio Romano, no había un gran volumen de esclavos porque teóricamente un judío no podía esclavizar a otro judío. La única fórmula que existía para ello eran las deudas. En estos casos, un judío podía convertirse en esclavo durante seis años para devolver las deudas.

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La presión fiscal era enorme: los judíos debían pagar un impuesto especial que les permitía estar exentos de rendir culto al emperador y así poder adorar a su dios, como religión monoteísta; y, por otra parte, Herodes recaudaba mucho dinero para sus espléndidas obras públicas. Entre sus proyectos más ambiciosos, estaba la reconstrucción del templo de Jerusalén, iniciada en el año 20 aC y destinada a congraciarse con sus súbditos judíos. El monarca quería plasmar en piedra la gloria de la nación judía ya la vez dar trabajo a miles de trabajadores, entre los que se encontraban muchos sacerdotes.

Jerusalén era una ciudad bastante ruidosa a la que llegaban mercaderes que venían sobre todo de las poblaciones arábigas. Belén, en cambio, era una población mucho más pequeña, pero importante en la tradición judía porque es donde supuestamente nació David, el rey que, según la Biblia, llevó al pueblo judío al máximo esplendor. Hay bastante consenso en que Jesús provenía de Nazaret y, por tanto, de Galilea, la zona más pobre, a menudo menospreciada por el resto del territorio. De hecho, en la Biblia, cuando se habla de Jesús, se comenta que de Galilea "no puede salir nada bueno".

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El nombre de Jesús aparece en fuentes históricas que no son los Evangelios. Una de ellas es Antigüedades judaicas del historiador Josep Flavius, que es una figura histórica bastante polémica. Nacido con el nombre de Josep ben Maties (c. 37 - Roma, c. 100), participó en la primera de las tres principales rebeliones de los judíos de la provincia de Judea contra el Imperio Romano, que tuvo lugar entre los años 66 y 73. Pero pronto fue encarcelado y cambió de bando. En el año 69 fue liberado por el emperador Vespesiano y se convirtió en un estrecho colaborar de su hijo y heredero, Tito. Incluso participó, junto a Tito, en el asedio y saqueo de Jerusalén en el año 70. Al año siguiente se estableció en Roma y es allí donde redactó sus obras, en las que habla de la ocupación romana de Judea y critica sobre todo la desunión y los enfrentamientos entre los propios judíos. Flavio José no dedica muchos elogios a Herodes, que describe como un rey que gobierna "con puño de hierro y guante de terciopelo".

Ni Jesús nació en invierno ni hace 2023 años

Las fuentes históricas y bíblicas hablan de Jesús de Nazaret, pero durante siglos se ha producido un error en la fecha del nacimiento. "En las fuentes históricas se menciona a Jesús como un personaje histórico que agitó las aguas, pero la Iglesia cometió un error a la hora de fecha su nacimiento. En el siglo VI, el papa Juan I encargó al monje y matemático Dioniso el Exiguo que calculara la fecha del nacimiento de Jesús, y lo fijó en el año 753 después de la fundación de Roma (o sea, nuestro año 1 aC). Sin embargo, las investigaciones históricas han acabado determinando que el su nacimiento fue anterior, entre el 4 y el 7 aC, y así lo reconoció la Iglesia católica en el siglo XX", dice Sola. Es probable que naciera en primavera, pero en el siglo IV la Iglesia de Occidente decidió celebrar Navidad el 25 de diciembre.

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Hace más de 2.000 años, se bebía y se comía mucho, en las casas romanas y de los judíos que habían adoptado sus costumbres, pero no para celebrar el nacimiento de Jesús sino el del dios Apolo. "Era el inicio del invierno, cuando se acababa el año agrícola, las tierras eran baldías y no se trabajaba en el campo. Las clases acomodadas descansaban y era en esta época cuando habitualmente se desplazaban a visitar a familiares o viajaban. Se detenía bastante la actividad y para celebrar el nacimiento de Apolo se hacían sacrificios y sobre todo se comía y se bebía bastante", detalla Sola.

Jesús era un hombre letrado, como muchos de los hijos (no las hijas) de las clases menestrales, porque aprendían a leer en la sinagoga. "A pesar de la pobreza del país, los judíos, a diferencia de otros grupos religiosos, tenían un índice de alfabetización muy elevado por la importancia que tenía poder leer la ley. Los judíos debían ir a la sinagoga e iban turnándose en la lectura de la Torá", explica Sola. El profesor de historia y teología no cree que fuera hijo único, como señalan algunas interpretaciones de la tradición cristiana: "En los Evangelios se habla de los hermanos de Jesús, en plural. De lo contrario, hace más de 2.000 años, las mujeres judías se casaban a los 12 o 13 años, cuando les vendía la primera regla. Era muy raro tener una hija en casa de 15 o 16 años y se esperaba una gran fecundidad", señala.

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El cristianismo, una corriente minoritaria en Palestina

Era una sociedad muy patriarcal, donde los hombres que podían permitirse ejercían la poligamia y podían, si querían, divorciarse y repudiar a la mujer. Si eran expulsadas de casa, las mujeres tenían muy pocas opciones y con frecuencia acababan en la mendicidad o ejerciendo la prostitución. Es difícil averiguar qué hay de cierto o no en lo que nos ha llegado sobre Jesús. "Lo que sí está claro es que en el seno del judaísmo salió un movimiento contestatario respecto a las reglas y las normas del judaísmo oficial, un movimiento que defendía a los más marginados. No podemos saber qué dijo realmente Jesús porque no dejó nada escrito y lo que nos ha llegado ha sido a través de unos discípulos", reflexiona Sola.

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Esta corriente contestataria cuestionaba tanto a los judíos más ortodoxos como a la opulencia de los más ricos. Debió de ser muy rompedor, si es cierto, como recogen los Evangelios, que Jesús incluso invitaba a las prostitutas a sentarse a la mesa. Sin embargo, no tuvo mucho éxito en Palestina. Eran una minoría que logró mucho más eco fuera. "Los seguidores de Jesús exportaron su mensaje a través de las rutas comerciales y tuvieron bastante prédica en Siria, en la actual Turquía y en Grecia... Las autoridades religiosas judías consideraron que Jesús era un falso profeta, incluso que su discurso era una herejía. Los judíos se consideraban el pueblo escogido y, por tanto, no aceptaban el mensaje de un cristianismo que decía que ya no había ni judíos ni griegos ni romanos, sino que todo el mundo era igual", concluye Sola.