Cine

Amenábar alaba el poder de la imaginación a través de un Cervantes 'queer'

El director expande al lujoso drama 'El cautivo' las formas más acríticas de explicar el pasado imperial español

  • Dirección: Alejandro Amenábar. Guión: Alejandro Amenábar y Alejandro Hernández
  • 134 minutos
  • España e Italia (2025)
  • Junto a Julio Peña Alessandro Borghi, Miguel Rellán y Fernando Tejero

Mucho antes de escribir Don Quijote, y tras participar en una guerra entre fuerzas cristianas y musulmanas, Miguel de Cervantes estuvo encarcelado en Argel. Alejandro Amenábar utiliza este período oscuro de la vida del novelista para emplazar a uno biopic fantasioso que, a través de un protagonista astuto y algo mentiroso, hace énfasis en la magia de contar historias. Y así, contando historias, el personaje regala momentos de evasión a los compañeros cautivos y al mismo tiempo se gana el favor de su captor como hacía la Sherezade de Las mil y una noches.

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El cautivo parece una muestra de cine de autor que comparte miedos y deseos con el audiovisual corporativo: miedo a aburrir al público, a no estimularlo lo suficiente, a no dejarle las cosas suficientemente claras, y deseo de conectar emocionalmente, cueste lo que cueste. En el director de Tesis a menudo le ha perseguido un debate: ¿Estamos ante un narrador sensible o sensiblero? Parece que él mismo recoja el guante de este cuestionamiento (un personaje critica que Cervantes siempre quiera endulzar los relatos), pero, al mismo tiempo, decida continuar como siempre, músicas azucaradas incluidas. Al final, el realizador no explica el pasado de forma radicalmente distinta ni compleja, pero sí aporta matices y expansiones interesantes. El resultado es potencialmente entretenido y moderadamente reivindicativo, pero al mismo tiempo tiene algo genérico, de artificio que deja de parecer convincente si lo examinas de cerca.

Trailer de 'El cautivo'