Cine

DiCaprio llama a la revolución en el estreno más arriesgado y triunfal de 2025

El actor protagoniza 'Una batalla tras otra', el nuevo filme de Paul Thomas Anderson

'Una batalla tras otra'

  • Dirección y guión: Paul Thomas Anderson
  • 161 minutos
  • Estados Unidos (2025)
  • Con Leonardo DiCaprio, Sean Penn, Chase Infiniti y Benicio del Toro

Bata y fumando marihuana mientras digiere una resaca tremenda. Así es como Bob Ferguson, el activista tronado que encarna a Leonardo DiCaprio, se entera de que debe salir corriendo porque el militar demente con quien comparte un insospechado triángulo romántico va detrás de su jefe y del de su hija adolescente. No es precisamente el momento más oportuno para recibir la llamada a filas de la revolución, pero nada es ideal en el paisaje que dibuja Una batalla tras otra, ni los lazos paternofiliales ni la coordinación entre las células de una guerrilla contracultural cuyos miembros tienen el cerebro demasiado fundido para recordar una contraseña.

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Después de dedicar la mayor parte del último cuarto de siglo a examinar episodios pretéritos de la historia de Estados Unidos, Paul Thomas Anderson hace estrellarse un vehículo cargado de ácido contra el actual clima político del país. Lo hace mirando de reojo el Vineland de Thomas Pynchon, escritor al que ya adaptó a Puro vicio, y que le ofrece la justa dosis de estupor alucinado para hacer plausibles cosas impensables, como que el ejército convierta una localidad cualquiera en zona de guerra sin que a nadie le importe demasiado, o que las decisiones políticas verdaderamente trascendentales se tomen en pasillos subterráneos que conectan las casas suburbanas de supremacistas arios. Desenterrando un formato casi olvidado, el VistaVision que el Hollywood de mediados del siglo pasado reservaba para los grandes espectáculos, Anderson filma una farsa propulsiva –prácticamente una concatenación de persecuciones– que, como es habitual en el cineasta, encuentra reveladoras vetas de verdad en los primeros planos de un reparto en el que conviven registro héroe inútil a la tensión de cada gesto y microexpresión del antagonista interpretado por Sean Penn, personificación de una vileza viril y, en última instancia, ridícula.