Disney rebaja la locura y acusa el desgaste
La secuela 'Zootrópolis 2' deja la sensación de que la mejor versión de este mundo animal antropomorfo ya la vimos
'Zootrópolis 2'
- Dirección: Jared Bush y Byron Howard. Guión: Jared Bush
- 108 minutos
- Estados Unidos (2025)
- Animación
Zootrópolis 2 carga con un peso que la primera parte no tenía: la necesidad de estar a la altura de aquella maravillosa animalada, inesperada viniendo de Disney; no por grandilocuencia visual –que también–, sino por ingenio narrativo. Aquel guión que no daba tregua, que encadenaba un gag tras otro y se atrevía a hablar de prejuicios sin paternalismos, sigue siendo el punto de comparación inevitable. La secuela, en una decisión muy respetable, rebaja el tono festivo para aportar una lectura más adulta: donde antes existía euforia ahora hay prudencia.
Esto no es necesariamente un defecto, porque, en realidad, el mensaje sobre el miedo a los diferentes, el poder y la manipulación es tan suave que parece escrito con guante de seda para no molestar a nadie, y los gags siguen siendo ingeniosos y efectivos, pero no tienen la misma fuerza: carece de la carga subversiva y juguetona y la frescura del original. Además, los nuevos personajes son, con alguna salvedad como la serpiente, caricaturas simpáticas pero sin excesiva alma; y el clímax resuelve la conspiración con la profundidad de un capítulo de La Patrulla Peluda.
Zootrópolis 2 es un retorno sólido, coherente, bien estructurado y con oficio, incluso valiente en algunos detalles, pero también menos memorable, y sin la chispa y los grados subidos de locura que hacían de Zootrópolis un pequeño milagro. Y quizás esto es lo que más pesa: saber que antes usábamos la palabra deliciosa y ahora nos queda mejor sólida. Una diferencia pequeña, sí, pero suficiente para entender por qué la primera está un escalón por encima.
[Puedes ver las sesiones en versión catalana en este enlace]