El gran cine europeo es esto
Se estrena 'Valor sentimental', de Joachim Trier, Gran Premio del Festival de Cannes y una de las películas del año
'Valor sentimental'
- Dirección: Joachim Trier Guión: Joachim Trier y Eskil Vogt
- 135 minutos
- Noruega (2025)
- Con Renate Reinsve, Elle Fanning, Stellan Skarsgård e Inga Ibsdotter Lilleaas
Oh, por supuesto que Stellan Skarsgård se merecía la Palma de Oro al mejor actor en el último Festival de Cannes! No se trata de quitar méritos a Wagner Moura, que se llevó este premio por El agente secreto, sino de valorar una interpretación alucinante que simboliza algo más: la última muestra de una gran tradición europea de maestría y madurez en la actuación, al nivel de un Bruno Ganz, de un Michel Piccoli o de uno Erland Josephson. Tampoco sería justo, además, destacarlo a él (aunque desempeña el papel de su vida) y no decir nada de las sensacionales Renate Reinsve e Inga Ibsdotter Lilleaas, que también llegan a la cima de su carrera interpretativa en Valor sentimental.
Pero, ¿qué hace que unas actuaciones lleguen a estos niveles de excelencia? Pues poner en escena –¡y en imágenes! El mismo filme evidencia que son lenguajes diferentes– una historia prestando atención a todas las posibles capas de discurso y significados que pueden representarse con las expresiones e interacciones de unos personajes. A partir de una trama sobre un cineasta veterano y de renombre que quiere hacer una película sobre un episodio turbio de su propia vida familiar, Valor sentimental fondea diferentes temas: explora el narcisismo como un defecto personal tóxico (el protagonista se acerca o se aleja de quien le rodea en función de sus intereses del momento); reflexiona sobre cómo se impone un relato o cambia la historia de una familia según quien la cuente; y expone cómo las heridas del pasado cicatrizan de diversas formas según la persona. Para algunos, es necesario representarlas como una ficción. Para otros, es necesaria una catarsis conjunta con otros miembros implicados (la secuencia de las dos hermanas hablando en la cama es maravillosa).
Un drama adulto y lleno de matices donde resuenan Ibsen y Bergman, Chéjov y el Allen más serio. Joachim Trier nunca había alcanzado un sentido de la épica de la culminación trágica tan excepcional: la media hora final es de sombrero.