Kate Winslet se va a la guerra con Lee Miller

Son muchas y muy distintas las películas que se podrían hacer sobre Lee Miller a partir del período de su vida que elegimos: joven modelo de la revista Vogue, fotógrafa de moda en Nueva York, musa y amante de Man Ray y una de las escasas fotoperiodistas del frente aliado durante la Segunda Guerra Mundial. Esta última faceta centra el biopic Lee Miller, cuyo principal activo es la valiente interpretación de una Kate Winslet que esquiva la tentación de convertir a Miller en una heroína y, de hecho, ni siquiera intenta hacerla simpática. La película, en cambio, abraza sin rubor las convenciones de los biopicos para hacer un repaso wikipédico de los hechos y la gente de esta etapa de Miller, un ejercicio rutinario en exceso que no hace justicia a la complejidad y el coraje de la mujer que plantó sus botas sucias del suelo de Dachau en el impoluto baño de Adolf Hitler y se tomó una foto desnuda en el baño.

Detrás de la cámara está una de las mejores directoras de fotografía de las últimas décadas –Ellen Kuras, en su debut como directora de ficción–, pero, aun así, las imágenes de Lee Miller son más bien anodinas, postales históricas sin vida engalanadas por un impresionante reparto de secundarios (Marion Cotillard, Noémie Merlant, Josh O'Connor, Alexander Skarsgård) criminalmente desperdiciado en el que sólo destaca un Andy Samberg fuera de su registro cómico habitual.