El luchador de artes marciales mixtas que también era persona
Dwayne Johnson protagoniza ''The smashing machine'', la primera película dirigida en solitario por Benny Safdie
'The smashing machine'
- Dirección:Benny Safdie.Guión:Benny Safdie
- 123 minutos
- Estados Unidos (2025)
- Con Dwayne Johnson, Emily Blunt y Bas Rutten
Le ha salido clasicota. Hasta hace poco, Benny Safdie dirigía largometrajes a medias junto a su hermano Josh. Y, más que películas, hacían riadas de imágenes e ideas que arrasaban todo a su paso. The smashing machine no tiene un caudal cinematográfico tan alocado como Good time o Diamantes en bruto (mejor película de 2020 para los críticos del ARA). Pero que esta vez el flujo de la narración no sea tan vehemente y circule dentro de unos márgenes más reconocibles no significa que el filme no tenga garra.
En esta biografía sobre el luchador de artes marciales mixtas Mark Kerr (Dwayne Johnson, conocido como The Rock) se puede reconocer perfectamente a aquel director con especial simpatía por los personajes que ante una situación en la que deben elegir entre dos opciones siempre acabarán escogiendo la más autodestructiva. Ocurre que esta vez Benny Safdie abre el ancho del compás y, dentro de su cine, hasta ahora más afín al gusto alternativo, caben más espectadores. The smashing machine puede hacer el peso a un aficionado a los combates de Ilia Topuria, a un fan de The Rock (estrella de blockbusters y ex luchador de pressing catch que ahora se adentra en un registro prestigiador y ganapremios) ya un nostálgico de la saga Rocky.
Siguiendo, pues, un patrón un poco formulario de relato sobre luchadores profesionales en el que la vida privada y las actuaciones en el ring a veces se confunden, The smashing machine funciona también como retrato de las carreteras secundarias de la cultura del triunfo y el fracaso (y del espectáculo a su alrededor) en Estados Unidos. Cómo El luchador de Darren Aronofsky, Foxcatcher de Bennet Miller o The Iion claw de Sean Durkin, Benny Safdie busca al individuo escondido tras una montaña de músculos y el drama personal e incluso vulgar (las obligaciones y sueños de una carrera profesional como turbulencias en la armonía del hogar) en la que cualquier espectador se pueda proyectar.