La nueva sensación (feminista y charnega) del cine catalán
Laura Ferrés debuta con 'La imagen permanente', histórico premio a la mejor película en la Seminci de Valladolid
'La imagen permanente'
- Dirección: Laura Ferrés. Guión: Laura Ferrés, Carlos Vermut y Ulises Porra.
- 112 minutos
- España y Francia (2022)
- Con María Luengo, Rosario Ortega, Saraida Llamas y Claudia Fimia
¿Quién podía imaginar, en un contexto fílmico dominado por los relatos de iniciación de aliento naturalista, que una joven directora catalana convertiría el retrato formalista de dos ancianas que aprenden a cuidarse mutuamente en el debut cinematográfico del año? Ésta es la proeza de La imagen permanente de Laura Ferrés, un filme al que no le basta conmover y hacer reír al espectador, sino que plantea una oportuna reflexión sobre la idea del mundo como simulacro. Aprovechando que una de las protagonistas trabaja en una compañía de marketing, Ferrés pone en relación unos spots de propaganda electoral con retratos de rostros humanos generados por inteligencia artificial, alertándonos del vacío de unas imágenes que han perdido todo contacto con la realidad.
¿Pero cómo podemos confrontar ese vacío? Para Ferrés, la respuesta implica avivar la memoria histórica y otorgar visibilidad a los sectores despreciados por la sociedad de consumo. Así, La imagen permanente se inicia con un poderoso periplo por la posguerra española en la que una adolescente afronta un embarazo no deseado mientras se subleva contra el poder de la Iglesia y el capital. Una actitud rebelde que pervive cuando la película viaja del drama lorquiano a la comedia impávida, de la tragedia pretérita al absurdo de hoy.
Empapada del espíritu de la modernidad fílmica, La imagen permanente pone el foco en el carácter resiliente y aguerrido de la Cataluña charnega y proletaria, arraigada en el extrarradio barcelonés. Y lo hace con comicidad y sin paternalismo. Ferrés respeta demasiado a sus personajes, al público y a sus referentes, de Robert Bresson a Aki Kaurismäki, para caer en la pedagogía. Su objetivo, eminentemente poético, es encontrar una imagen capaz de rasgar el aturdimiento al que parece conducirnos el mundo contemporáneo.