Cuando el Papa te secuestra por tu bien

El caso Mortara es la historia real de un niño que fue arrebatado a una familia de fe judía para ser criado en el catolicismo en los Estados Pontificios gobernados por el papa Pío IX. El veteranísimo realizador Marco Bellocchio (Buenos días, noche) retrata a un chico empujado a una obediencia que resulta corrosiva y unos padres que se resisten con intensidad variable a unos poderes antisemitas que los trascienden. El pontífice se representa como un déspota que disfruta humillando a sus interlocutores.

El rapto acaba ocupando un espacio algo anómalo dentro de las coordenadas del drama histórico. Predomina una cierta sobriedad expositiva que se aleja de la espectacularidad hollywoodiense. Asimismo, algunos pasajes tienen algo de alucinatorios, en consonancia con el lavado de cerebro que sufre el joven Mortara, y hay escenas oníricas que no desentonarían en un cuento de terror. Varios picos de intensidad dramática potenciados por estallidos musicales, además, remiten a la emotividad desatada de la ópera. La audiencia más apegada al distanciamiento irónico propio de la posmodernidad, que nos empuja a mirarnos las tragedias como si fueran farsas, puede contemplar estas apasionadas inflexiones desde cierta sospecha. Pero podemos tomar nota de la sacudida de Bellocchio, que nos recuerda que el proceso de definición de las creencias personales es complejo... y quizás mucho menos libre y mucho más frágil de lo que parece.