Crítica de 5 estrellas de 'Misericordia': ¿La comedia del año?

Debido a que Misericordia ganó la Espiga de Oro en el último festival de Valladolid y quedó la primera en la lista de mejores películas de 2024 de la prestigiosa revista Cahiers du cinema, parece que haya carta blanca para regar de citas y referencias cultas cualquier conversación o texto sobre ella. Que si parece una adaptación de una novela perdida de George Simenon que Claude Chabrol nunca hizo, que si Buñuel seguro que se habría reído viéndola, que si parece un remake socarrón de Teorema de Pasolini, que si el personaje de Félix Kysyl podría compartir consanguinidad con el Tom Ripley de Patricia Highsmith… En realidad, todo es mucho más sencillo y no es necesario invocar el recuerdo de estos grandes nombres para entender y disfrutar del último filme de Alain Guiraudie.

Si un espectador cualquiera entra en el cine sin haber visto ninguna película ni leído ningún libro de los autores antes citados, incluso si no ha visto ninguna obra anterior de Guiraudie, se encontrará con una comedia desgarbada y malintencionada que cuestiona la vida rural como arcadia añorada de la moral pura. No es la primera vez que este director francés sitúa sus relatos a labrador con intenciones desmitificadoras similares: a El rey de la evasión o El desconocido del lago ya apuntaba que el campo –siempre tan idealizado como antagonista de la ciudad llena de vicios– no era ningún paraíso perdido por la vía de la comedia queer o por el entramado criminal, como también ocurre aquí.

Misericordia burla de esta tendencia urbanita de volver al pueblo a partir de una investigación tronada y mezcla setas, sotanas, policías de montaña y sexo poco normativo. Todo ello, y quizá por tener participación catalana (coproduce Andergraun Films, la productora de Albert Serra), hace que este crimen entre llenegues recuerde a esa insólita gamberrada de Joaquim Jordà, Un cuerpo en el bosque (vaya, otra cita cinéfila…). Divertidísima. ¿La comedia del año?