El reparto de Please don't feed the children está formado principalmente por actores desconocidos, con la excepción de Michelle Dockery ( Downton Abbey ) y Giancarlo Esposito, el Gus Fring de Breaking bad , a quien Sitges entrega este viernes el premio Máquina del Tiempo . "Es un premio que me gusta porque significa que estoy bien preservado", ha bromeado el actor, uno de los protagonistas de la reciente Megalopolis de Coppola. "Pero yo siento que estoy al principio de mi carrera, no al final". Para Esposito, la "metáfora del filme" sirve para explicar "qué está pasando con los jóvenes en Estados Unidos". Y añade: "Soy padre de cuatro hijos, ya veces no entiendo su percepción del mundo, pero quiero empoderarles para que se den cuenta de que sus ideas son importantes".
"Estoy orgullosa de ser una Spielberg, pero antes sentía que no me merecía el apellido"
Destry Allyn Spielberg debuta como directora en el Festival de Sitges, que acoge el estreno mundial de 'Please don't feed the children'
SilosEl 13 de noviembre de 1971, Steven Spielberg estrenó su primer largometraje en el canal ABC, que al ver el buen resultado deEl demonio sobre ruedas estrenó la película en los cines. 53 años después, un Spielberg vuelve a estrenar opera prima, y ha pasado en el Festival de Sitges, que este viernes ha acogido la première mundial de Please don't feed the children, lo tienes thriller de terror distópico de Destry Allyn Spielberg (Los Angeles, 1996), la hija del director de Tiburón.
La directora tuvo que rodar la película en sólo dieciocho días (“no lo volvería a hacer”, dice), tres días más de los que tuvo su padre para rodar El demonio sobre ruedas. ¿Es casualidad que padre e hija se estrenen con una cinta de terror de bajo presupuesto rodada a toda prisa? “Totalmente –asegura–. Leí una veintena de guiones y éste fue el que más me llegó”. La historia de Please don't feed the children sigue a un grupo de huérfanos que se buscan la vida en Estados Unidos arrasados por un virus caníbal donde los supervivientes adultos culpan de la tragedia a los menores de edad –más resistentes al virus–, que son estigmatizados y perseguidos. "Me gusta el terror, pero no tanto lo que te hace saltar del sillón como los thrillers psicológicos mezclados con terror. Mi película favorita es The shining", dice.
Amable y sonriente, la directora desprende un aire de optimismo californiano y recibe con naturalidad las preguntas sobre la sombra que proyecta la figura gigante del padre sobre su carrera. “Siente la hija de Steven Spielberg, evito compararme con él, porque somos muy diferentes –admite–. A veces me doy cuenta de que hay cosas de él en mi dirección, pero no soy consciente de ello cuando estoy dirigiendo, sólo durante el montaje. estoy dirigiendo no pienso en él. Sí que me inspira, pero sobre todo como individuo es mi padre”.
Convertirse en cineasta no era inicialmente el objetivo de Destry Allyn Spielberg, quien no creció filmando películas con sus amigos como hacía su padre, sino participando en competiciones hípicas. “De hecho, no quería saber nada de trabajar en cine para que no me conectaran con él, y durante mucho tiempo me preocupaba utilizar mi apellido –explica–. Pero sufrí una herida grave montando a caballo y dejé de montar. Tenía una gran crisis de identidad, no sabía lo que quería hacer”. Al final se decidió por la actuación, a pesar de algún pequeño papel (a Licorice Pizza, por ejemplo), las ofertas no llegaban, así que escribió un corto con un amigo. “No podíamos permitirnos un director, así que lo dirigí yo, e hice el clic”, dice.
Ser la hija de Spielberg, sin embargo, tiene sus ventajas, como crecer con muchos estímulos cinematográficos. “Mi padre nos hacía ver a mí ya mis hermanos muchas películas, sobre todo en blanco y negro, que a nosotros no nos gustaban. De hecho, si me llamo Destry es porque estuvo todo un verano intentando que mis hermanos vieran el suyo western favorito, Destry rides again [un filme de 1939 con Marlene Dietrich y James Stewart estrenado en España como Arizona], pero nadie quería verlo. Y al final dijo: «Pues le pondremos Destry a la niña»”.
El amor por el cine tardó en llegar, pues. “Mi pasión eran los caballos, no podía imaginarme teniendo otra pasión, pero he llegado a amar y apreciar el cine más de lo que hubiera imaginado”, dice. “He tenido mucha suerte, y estoy orgullosa de ser una Spielberg, pero antes sentía que no me merecía el apellido –admite–. Ser directora ha hecho que mi padre y yo tengamos una relación más cercana, porque los dos hacemos algo que nos encanta”. Todo sea dicho, no es su único talento. "Quizá no debería decirlo, pero tengo poderes psíquicos, veo el aura de la gente –afirma con una sonrisa tímida–. Las amigas me traen fotos de gente que no conozco y yo les digo cómo serán, no fallo nunca. Y esto me ha ayudado mucho a la hora de realizar el casting".
Como directora, y de cara a los siguientes proyectos cinematográficos que ya tiene sobre la mesa, Spielberg se pone como objetivo “seguir trabajando con caras nuevas": "No quiero limitarme a trabajar con estrellas sólo porque ayudan a vender las películas, es importante descubrir talento nuevo”. Y remarca la importancia de producir películas con ideas originales “y no gastarse 150 millones en otra película de carreras...” Pero a media frase, quizás consciente del peso que tiene su apellido en Hollywood, cambia de idea y dice: “Esto quizá sea mejor que no lo diga”. Aprende deprisa.