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Simona Škrabec: "Es importante poder decir y pensar todo lo que queramos en lengua catalana"

Nueva directora de 'L'Avenç'

BarcelonaEste octubre Este octubre L'Avenç ha vuelto al quiosco y a los buzones con el número 501. La emblemática revista nacida en 1977, en plena Transición, estuvo a punto de desaparecer hace medio año. En febrero, Josep M. Muñoz, director de la cabecera en los últimos 24 años, anunció el cierre de la revista por falta de apoyo económico. Sin embargo, gracias al apoyo de un particular ya las instituciones, la revista continuará. Por primera vez, una mujer dirigirá la revista: la escritora y traductora Simona Škrabec. Nacida en Liubliana (Eslovenia) en 1968, Škrabec tiene una larga trayectoria como profesora, traductora y escritora. Muñoz y Núria Iceta serán los editores y el nuevo consejo de redacción está formado por los periodistas David Fernández y Ana Sánchez y los escritores Julià Guillamon, Cristina Masanés y Jordi Puntí. Carla Riera es la nueva jefa de redacción. La revista tiene una edición en papel y digital. Este martes, 10 de octubre, a las 18.30 h, el ARA os invita a conocer el nuevo equipo de la revista y su proyecto en la librería Alibri (Balmes, 26).

Por qué decidiste asumir el reto de dirigir la revista?

— La oferta me cogió por sorpresa, porque yo no me postulé. Había estado bastantes años, más de diez, escribiendo con bastante regularidad en El Avance, y es uno de los lugares en los que me he sentido siempre más cómoda. Dije que sí porque soy muy consciente de que es una oportunidad que se te presenta una vez en la vida.

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Por qué crees que sigue siendo necesaria, una revista como L'Avenç?

— Yo lo entiendo como una infraestructura. Un espacio en el que la gente se puede encontrar y que da una oportunidad a las personas que hacen fotografías, que escriben, que piensan... Es una oportunidad que a mí se me dio. Sin L'Avenç no sería quien soy. Si se ha conseguido reunir los recursos para poder continuar, debe intentarse.

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¿Crees que carecen más espacios de este tipo?

— Sí, faltan espacios donde poder debatir de forma estructurada. Los más jóvenes tienen las mismas ganas que siempre de pensar, de escribir, de encontrarse con otra gente, de debatir... Claro que existen las redes sociales y otras maneras de hacerlo, pero una plataforma como la de un medio de comunicación permite hacerlo de forma más cohesionada.

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¿Cómo vas a llegar a las personas más jóvenes?

— Dándoles espacios para que sean ellos los que hablen. No lo conseguiremos ni con tres, ni con cinco, ni probablemente con diez números, pero habrá una renovación natural. Irán entrando nuevas generaciones de politólogos, historiadores, musicólogos, arquitectos, personas que necesitan un espacio en el que pueden surgir nuevas propuestas. Mi deseo es que L'Avenç se vaya abriendo a nuevos autores ya temáticas o cuestiones que antes no se trataban, para llegar a nuevos lectores sin perder a los que ya tenemos.

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¿Qué temáticas son estas?

— Yo no lo sé, lo saben ellos, y por eso quiero ofrecerles un espacio. No quiero ir a buscar a alguien para que haga lo que yo espero, sino decirles: "Aquí tenéis un lugar desde donde podéis organizar, explicar o mostrar de qué forma vivís la cultura". Y la viven, porque se sigue leyendo mucho. Por ejemplo, hay mucha gente joven en los recitales de poesía, al igual que en la música en directo.

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Hay mayor diversidad temática, al menos en este primer número.

— Hay una continuidad, porque si L'Avenç ha vuelto es porque ha habido un clamor para que lo hiciera. Por tanto, se había hecho un buen trabajo. Deben desarrollarse y cuidarse aquellos aspectos que ya existían. Pero sí, existen más temáticas. Por otra parte, las antiguas estructuras por cajones ya no tienen mucho sentido, porque todo se ha hecho muy poroso. La cultura es complejidad, la posibilidad de que muchas cosas muy diversas encuentren la forma de coexistir, de enriquecerse. En este sentido, creo que, especialmente para la cultura catalana, es importante que forme parte del latido global. Éste es el otro deseo que quizá formularia: abrir nuestra mirada más allá de lo que es la frontera tradicional. Mirar hacia fuera y tender puentes. Debatir aquí lo que ocurre fuera y participar.

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Hay cierta preocupación por la lengua catalana. Qué puede hacer L'Avenç?

— Una de las razones por las que yo digo que debe existir es exactamente por eso, porque podemos vivir y pensar y relacionarnos en catalán en un nivel como el que permite una revista. Tengo bastante experiencia en la defensa de las lenguas en peligro y la diversidad lingüística. Estuve muchos años en el Comité de Derechos Lingüísticos y Traducción del PEN Internacional. Allí aprendí que, cuando las lenguas están en peligro, la forma de salvarlas no es encerrarlas bajo una campana de cristal, sino hacerlas fuertes, es decir, ricas. Me parece importante crear una comunidad en torno a la revista, que podamos decir y pensar todo lo que queramos en lengua catalana.

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¿Seguirá saliendo en papel?

— Editaremos como si lo hiciéramos en papel, para tener una estructura ordenada y para que los que trabajen la imagen puedan hacerlo con cuidado. Ahora, con las redes, podemos saberlo todo en poco tiempo, pero no hay reflexión. L'Avenç sale una vez al mes y puede contribuir a esa reflexión. Muchas revistas europeas tienen ambos soportes, porque lo digital es como tu biblioteca, tu archivo abierto. No sería tanto la inmediatez de leer un texto como la posibilidad de que todo lo que has escrito quede vivo en catálogos, accesible desde diferentes lugares y con mayor impacto, porque son textos que se pueden utilizar en la universidad, en secundaria. .. Pero el papel también es necesario. Una revista te la puedes llevar y leer con calma. No podemos olvidar que los libros electrónicos no han desplazado a los libros convencionales.