Claudia Pagès: "Explicar un abuso te puede dejar totalmente desarmada"
Claudia Pagès publica 'Más de dos aguas', su primera y singular novela
BarcelonaClaudia Pagès (Barcelona, 1990) se define como “una artista visual extraña” porque sus obras oscilan entre “la performance en directo” y los “vídeos donde se ven coreografías de cámaras y cuerpos”. En la mayoría de piezas existe texto, sea en forma de recitado o como relato que las estructura. Era lógico que su extrañeza acabara trasladándose tarde o temprano en un texto narrativo que ha terminado tomando la forma de Más de dos aguas (Empúries, 2024).
La novela comienza con una disquisición sobre colores, seguida de un graffiti de protesta, “Putus Mossos, perros”, y el paseo por el bosque de una adolescente de quien nunca sabremos el nombre, pero que acompañaremos durante todo un verano en un pueblo que podría ser el Capellades donde creció Pagès antes de marcharse a Barcelona para estudiar Bellas Artes. “El proyecto que ha terminado siendo Más de dos aguas empezó como un encargo para una revista de arte inglesa –recuerda–. Una amiga me propuso escribir sobre algo insoportable y pensé en las violencias de un pequeño pueblo”.
Aquella primera pulsión no tardó en tomar los saludables matices que requiere una novela. Además de la voz de la chica que cuenta un verano de adolescencia “atemporal”, que podría transcurrir hace treinta años o anteayer, empezaron a aparecer otros personajes, como el grupo de chicos conocidos como los Camisetes Rojos y las chicas de Carme. También la Inglesa: la protagonista de Más de dos aguas viaja de la atracción inicial hacia la emancipación. “Hay un trayecto de liberación que también puede leerse a un doble nivel –comenta Pagès–. He vivido en el extranjero durante temporadas y hay un elemento de fascinación por todo lo que es anglo que poco o mucho nos domina a todos, hasta que nos damos cuenta y reaccionamos. De puertas adentro ha pasado algo igual con el turismo: hemos pasado de abrazarle a cuestionarlo. «Guiris fuera», dicen. Esto tiene que ver con la violencia de la dominación cultural”.
Poco después de la pintada sobre los Mossos d'Esquadra aparece otra, “Alcalde dimisión”. El conflicto externo que marca la novela tiene que ver con el agua. “El pueblo del libro ha sido levantado sobre un acuífero sobreexplotado –dice–. El problema es difícil de resolver, porque tanto los industriales como los regantes se necesitan uno a otro”. Del mismo modo, chicos y chicas comparten espacios y banda sonora –la canción Killing en el nombre de, de Rage Against the Machine, retumba en varias ocasiones– hasta que una de las chicas se decide a contar un abuso. “Quería colocar esta confesión en medio de la novela porque aparece de la nada, plofo, y la parte en dos mitades –admite–. Y quería que fuera un abuso muy gris y poco florido, que contrasta con los mensajes de las pintadas que hacen los chicos. Por un lado están las proclamas explícitas y después hay confesiones muy íntimas como ésta. Ahora hablamos mucho de esa frase de Audrey Lorde, «el silencio no te protegerá», pero para poder hablar deben darse unas condiciones. Contar un abuso te puede dejar totalmente desarmada”. En el libro, una de las chicas de Carme necesita compartir qué le ha pasado y cómo se ha oído, pero en el otro lado no hay nadie dispuesto a escucharla. Ni siquiera sus amigas.