Lanfranco Bombelli: la forja del Cadaqués más moderno

BarcelonaEl arquitecto y galerista Lanfranco Bombelli (Milán, 1921-Cadaqués, 2008) es conocido en Cataluña sobre todo por sus casas en Cadaqués con su socio Peter Harnden y por la pionera galería Cadaqués, que continúa en activo con el galerista Huc Malla. Aun así, a partir de su vida y su trayectoria podría escribirse una novela: su formación como arquitecto quedó interrumpida a raíz del auge del nazismo, así que tuvo que huir a Suiza, donde va ser acogido como refugiado político. En Suiza, donde estaba la familia, continuó sus estudios y conoció al padre del arte concreto, Max Bill. Más adelante, antes de establecerse en Barcelona y Cadaqués en los años 60, ejerció desde París como arquitecto y coordinador de las exposiciones del Plan Marshall, donde conoció a Peter Harnden. El legado de Bombelli es conocido gracias a exposiciones como las que le dedicaron la demarcación de Gerona del COAC, el Museo Reina Sofía y el Macba. También por el libro del también arquitecto Marc Arnal El arte de vivir. Peter Harnden, Lanfranco Bombelli y las casas para artistas de Cadaqués (Comanegra).

Ahora el poeta, ensayista y "traficante de ideas" Vicenç Altaió ha hecho una aportación extraordinaria sobre Bombelli con el libro El radar americano. Arquitectura, arte, comunicación visual y Guerra Fría, publicado por la editorial Galaxia Gutenberg. El libro es fruto de “treinta años de curiosidad intelectual, tres años de investigación y dos de escritura”, como afirma el propio Altaió, durante los cuales tuvo acceso a los archivos personales del arquitecto, todavía en manos de la familia. “Conocí a Lanfranco Bombelli y la galería Cadaqués en 1992, y quedé parado que en un lugar apartado como aquél hubiera podido mostrar un repertorio de artistas internacionales de la calidad y la magnitud de Marcel Duchamp, Richard Hamilton, Dieter Roth y Bruno Munari”, dice Altaió.

De la Guerra Fría al nacimiento de la feria Arco

El radar americano es un libro con muchas capas: Altaió le califica de “biografía política” de Bombelli, y es capaz de ir de los detalles más pequeños y locales a hacer un fresco de la historia política y cultural desde los años 40 hasta los primeros años 80, cuando cierra el relato con el trabajo que Bombelli hizo como asesor internacional de la recién nacida feria Arco, nacida en 1982. “A partir de la muerte de Bombelli me di cuenta de que en la construcción del imaginario del patrimonio cultural catalán la presencia de figuras como él mismo y los artistas que expuso no quedaban asumidos en nuestro corpus canónico, y creo que nos equivocábamos”, advierte Altaió.

En la segunda parte del libro, Altaió aborda el “nacimiento de un mundo moderno” después de la Segunda Guerra Mundial, dentro del cual Lanfranco Bombelli trabaja para el mundo del comercio, con hitos como los pabellones estadounidenses de la feria de muestras de Barcelona. Bombelli participó en un congreso de Aspen. En el de 1963, una parte de la intelectualidad americana relacionada con la política había analizado por qué Estados Unidos estaba tan mal visto en Europa. "La Bauhaus en el exilio regresa a Europa después de la Segunda Guerra Mundial e implanta un nuevo modelo llamado "occidental" que es Europa-América, donde forma y función desarrollan un capitalismo nuevo, basado en la multiplicación de un producto: convierten las naranjas de Valencia en un packaging, las hojas de tabaco en cilindros y las gallinas del neorrealismo italiano en cubos de sopa. Todo es consumible, todo se consumo de una manera popular, y todo se convierte en objeto de arte", explica Altaió. Todo esto acabó con el asesinato de John Fitzgerald Kennedy y cuando Estados Unidos, en vez de defender la democracia, “aplican las dictaduras en los países latinoamericanos”, como advierte el autor.

oficinas proamericanas y para “liberales europeístas” que se fusionaron con la Gauche Divine. Entre ellas se encuentra la de la escultora y coleccionista Mary Callery, que Altaió identifica como una joven anónima retratada por Man Ray en París. "Peter Harnden actuó como poeta de la arquitectura y Bombelli como arquitecto que aplica el arte concreto a la arquitectura, buscando la armonía en una casa a través de la matemática", concluye Altaió.