Lucia Pietrelli: "Si no existiera la muerte, nos daría miedo la inmortalidad"
La escritora mallorquina imagina una isla en la que no existe la muerte en la novela 'Deimos' (Males Herbes)
Barcelona“Necesitamos el miedo como motor para vivir: si no existiera la muerte, nos daría miedo la inmortalidad”, dice la escritora Lucia Pietrelli (Candelara, Italia, 1984). Su última novela, Deimos, que acaba de publicar Males Herbes, nos sitúa en una isla remota donde los habitantes están condenados a vivir para siempre. “Me interesaba que el terror fuera un sitio”, dice Pietrelli, que ha bautizado a la isla como el dios Deimos, uno de los hijos de Ares y Afrodita. Cuatro años después de ganar el Premio Letra de Oro con Lítica (Males Herbes, 2019), Pietrelli presenta ahora una novela lírica y fantástica, con un aire mediterráneo que le acerca a los mitos de la antigua Grecia.
La isla de Deimos es “un lugar extremo, oscuro y brillante al mismo tiempo, donde la vida pesa demasiado”, explica la autora, que cuando escribe intenta “estirar las preguntas al máximo para ver hasta dónde pueden llegar” . Después de vivir una década en Mallorca, le interesaba hablar de las islas como "un espacio cerrado, con limitaciones", pero también "con un sentimiento de pertenencia muy fuerte que en otros lugares quizás se ha perdido".
“Cada día morimos un poco”, dice Pietrelli. Desde mujeres vestidas de luto por la desaparición de la muerte hasta enterradores sin trabajo, la novela juega con las expectativas para darnos cuenta de que “la muerte marca muchísimo nuestra forma de vivir y relacionarnos con los demás” . Sin embargo, la novela también incorpora “guiños a la vida”, como las figuras de la madre ausente y la matrona. "Reconciliarte con tu madre significa reconciliarte contigo misma", añade.
"El mito hace que tus palabras resuenen más"
¿Qué sentido tiene la memoria cuando convive con la eternidad? "En Deimos los recuerdos son un lastre; nuestros cuerpos pueden contener recuerdos porque sabemos que un día vamos a morir". Y añade: "En un mundo inmortal, todas las historias son parciales". En este sentido, se fija en elementos telúricos con miles de años de antigüedad: "La memoria de un árbol o de una piedra no es comparable con nada; la naturaleza tiene capas y capas de historias y emociones que se retroalimentan".
La novela se refleja en las fábulas mallorquinas, pero también en la mitología clásica, con referencias como Penélope esperando a Ulises, el viaje de Orfeo al infierno, el personaje de Ismene y los cantos de los aedas. “Me gusta rebuscar en el mito, que contiene la semilla de todo –dice Pietrelli–. Nos hemos olvidado un poco, lo hemos silenciado, pero en realidad siempre está ahí, aunque sea de manera subterránea. Todo lo que explicamos de forma científica, antes se explicó a través del mito”. Además, según la autora, "el mito ayuda a conseguir que las palabras resuenen más allá de lo que estás explicando, que las frases te queden más dentro".
Pietrelli se considera "sintética", con una manera de trabajar que consiste en "ir puliendo, puliendo y puliendo". "Siempre he tenido una obsesión enfermiza por el lenguaje, por la forma en que decimos las cosas, y también por la musicalidad de las palabras", dice la autora. Y lo remacha con un deseo: "Espero que la novela suene bien, que sea bonita leída en voz alta".