Santiago Posteguillo: "Cuando las guerras se deciden en los despachos, es más fácil sacrificar gente"
El escritor publica la tercera entrega de la saga sobre César, 'Los tres mundos', que recorre la conquista de la Galia y las luchas políticas en Roma
BarcelonaEl escritor Santiago Posteguillo (Valencia, 1967) ha escogido Tréveris y Coblença, dos ciudades alemanas situadas a orillas del Mosela y junto a la frontera con Luxemburgo, para presentar Los tres mundos (Rosa de los Vientos / Ediciones B). Traducido al catalán por Mireia Alegre, Imma Falco y Núria Parés, el libro cierra la Trilogía del ascenso con la que Posteguillo ha narrado el auge de Julio César, y que seguirá con tres libros más, dentro de la Trilogía del poder absoluto. Este proyecto literario monumental –cada título tiene cerca de un millar de páginas– ha situado al escritor como uno de los más populares en España, con más de medio millón de ejemplares vendidos del primer y segundo libro de la saga, según los datos de la editorial, y traducciones a una decena de lenguas, entre ellas el inglés, el francés, el árabe.
"Tréveris es una ciudad muy romana. Esto era la Galia", explica Posteguillo desde la majestuosa Puerta Nigra, que se levantó el 170 d. C., en la época imperial de la ciudad, tiempo después del paso de su protagonista por estos tumbantes. "Pero la puerta existe porque César antes estuvo aquí, luchó contra los trévers y los venció", recuerda el escritor. Las campañas de las legiones romanas para conseguir este territorio son, de hecho, uno de los ejes centrales deLos tres mundos. Posteguillo relata las trifulcas de César para imponerse en la zona y dejar claro a las tribus galas, pero también a los germánicos, que la frontera con el imperio romano era el río Rin. "César forja el Occidente actual conquistando la Galia. Con sus campañas une España, Italia, la costa sur del Reino Unido, Bélgica, Países Bajos, Suiza y Alemania. Después de César, el mundo no es igual. Él es un motor transformador de nuestra historia", subraya Posteguillo.
La guerra que narra en la novela es una batalla por los suministros y está marcada por grandes hitos militares, pero también de ingeniería. Una de las más representativas es el puente que Vitruvio construyó para atravesar el Rin, justo después de la confluencia del río con el Mosela, junto a la ciudad de Coblença. Por eso este punto era una parada obligatoria durante la presentación de la novela. "Levantaron el puente en diez días, en una zona donde el río medía cuatro o cinco metros de profundidad, utilizando grandes barcazas que les servían de grúas para clavar los pilares", explica el escritor. Desde el mirador donde se puede contemplar el río, el autor invita a imaginar la pasarela por la que pasaron las legiones romanas, pero también la caballería y los carros con comida, y que César después hizo desmontar.
Posteguillo es reacio a establecer paralelismos entre sus novelas y la realidad –especialmente cuando se trata de cuestiones políticas–, pero sí traza comparaciones con la forma actual de hacer la guerra. "La logística sigue siendo fundamental, pero ha cambiado. En la época de César lo más importante era que los legionarios tuvieran comida. Ahora la cuestión son los combustibles para los tanques, los aviones y los barcos militares", dice el autor, que añade: "Antes, el líder militar iba a las batallas y, en el caso de César ahora, incluso a eso, incluso a eso, incluso a eso, incluso. han cambiado las guerras. Porque cuando las guerras se deciden en los despachos, es más fácil sacrificar a gente. No estás viendo la guerra en primera línea y puedes tomar decisiones mucho más duras.
Egipto, el mundo que todo el mundo quiere
Los conflictos militares hacían ir de cabeza a César, pero el procónsul también tenía muchos quebraderos de cabeza en Roma. Durante la conquista de la Galia, Cicerón y Catón maniobraban para acabar con el triunvirato que gobernaba, formado por César, Pompeyo y Craso. "Su alianza es frágil, porque es una relación de intereses, pero políticamente son muy distintos", señala Posteguillo. La novela relata los juegos de equilibrios y poder en la capital del imperio, donde la violencia campaba por las calles, especialmente en los períodos preelectorales. Uno de los momentos clave para la supervivencia del triunvirato es el encuentro que tienen César, Pompeu y Cras en la ciudad italiana de Luca. Cada uno acude con una petición bajo el brazo: César necesita prorrogar su mandato para consolidar el dominio en la Galia, Craso quiere asegurarse un triunfo militar en Oriente y Pompeyo espera que le den poder en las provincias hispanas. Se ponen de acuerdo, pero tras ese pacto hay un anhelo que marcará en los próximos años de la vida de César y de la historia del imperio romano: la anexión de Egipto.
"Es el tercer mundo al que se refiere el título, un lugar aparentemente remoto, exótico y legendario, pero que cada vez está más enlazado con Roma", dice Posteguillo. En esta novela ya aparece Cleopatra, que vive exiliada en casa de Pompeyo con su padre, el faraón Ptolomeo XII. La futura reina de Egipto establecerá amistad con Julia, hija de César y esposa de Pompeyo. Los vínculos entre unos y otros centran buena parte de la trama, porque Posteguillo busca ir más allá de los logros militares y políticos de su protagonista. "Las relaciones personales son lo que realmente marca un antes y un después en nuestras vidas, pero los historiadores no le dedican más de una línea", señala el escritor.
Él profundiza allí para explicar también por qué César, en un momento de su vida, se vuelve un hombre oscuro y amargo. "Hay un hecho relacionado con su hija que le desquicia mucho, le deja marca", subraya Posteguillo. En su caso, existe una catástrofe que le tocó muy de cerca y que también dejó huella en esta novela: los estragos de la dana de octubre del 2024 en la Comunidad Valenciana. Posteguillo vivió las inundaciones en primera persona en Paiporta. "En trece minutos había un torrente brutal de dos metros de agua sin control arrastrándolo todo", explicó en una conferencia en el Senado. Por eso, cuando tuvo que relatar un episodio relacionado con unos chaparrones en la novela, no pudo evitar pensar en la experiencia propia. "Son catorce páginas que escribí de un tirón, en una sesión de muchas horas. Cuando lo lea verá que es muy evidente, me afectó mucho", señala el escritor.
Dos referentes literarios
Para combinar los hechos históricos con la parte privada en una narración tan compleja –hay unos ochenta personajes–, el escritor ha tenido dos grandes pilares literarios como referentes: Historia de dos ciudades de Charles Dickens y Middlemarch de George Eliot. "Son dos obras maestras que explican grandes procesos de transformación histórica a través de las vidas de sus personajes", dice el escritor. Durante el proceso de creación de la saga, Posteguillo a menudo se ha preguntado si tiene sentido escribir sobre César cuando ya lo han hecho tantos otros autores como Shakespeare. "Pero él escribía para un público inglés, en verso y sin tener en cuenta el rigor histórico. Los lectores del siglo XXI han cambiado sus gustos, y exigen rigor. Tiene sentido hacerlo y hacerlo entretenido", reflexiona el escritor. El buen recibimiento de la saga, que con cada nuevo título se sitúa entre los más vendidos, le da la razón.