Valeria Parrella: "Con el gobierno de Meloni, mi libro tiene un significado político distinto"
La Aguja Dorada publica la novela 'El espacio blanco', de la escritora napolitana Valeria Parrella
BarcelonaHace dieciséis años, cuando la escritora napolitana Valeria Parrella (Nápoles, 1974) publicó la novela breve El espacio blanco, no podía imaginar que en el 2024 Italia tendría una primera ministra de ultraderecha. Aunque el gobierno del país querría restringir el aborto, desmantelar la escuela pública y eliminar el Servicio Sanitario Nacional. "Con el gobierno de Giorgia Meloni, mi libro tiene un significado político diferente", dice Parrella, que es una de las voces más respetadas de la literatura italiana actual y que a menudo participa como activista social en las tertulias del país.
El espacio blanco recorre los miedos de una mujer, Maria, que trabaja de profesora y vive una larga espera mientras su hija prematura está ingresada en la incubadora. "El libro tiene dos temas principales, la escuela y la sanidad públicas –dice Parrella–. Destruir estos dos pilares significa disgregar a la sociedad". La protagonista ha salido adelante el embarazo sola y, entre visita y visita al hospital, corrige los exámenes de sus alumnos, matriculados en una escuela nocturna de Nápoles. "Buscaba una literatura que explicase una maternidad torcida, no lineal", explica la autora.
La Aguja Dorada ha publicado El espacio blanco en catalán con la traducción de Sara Serrano –que ya tradujo un relato de Parrella para la recopilación 24 cuentos al día. Papel de cristal(Godal Ediciones)–. Según Parrella, se trata de una novela que "narra la soledad, pero a medida que avanza se va volviendo cada vez más coral". "Los personajes se apoyan, se reflejan unos con otros, se dan tiempo para escucharse", explica la autora, que lamenta que "vamos hacia la disgregación de la comunidad, hacia un individualismo muy fuerte" .
"A veces la política se encuentra con la literatura"
Aunque es una novela que examina sobre todo las emociones de la protagonista, la ciudad de Nápoles tiene un papel muy activo, hasta el punto de que casi podríamos considerarla un personaje más. "En Nápoles no puedes salir de casa sin tener una relación con la ciudad –dice la autora–. Es una ciudad que habla. Discutes, te lo pasas bien. Si tienes un problema, Nápoles te lo resuelve. Pero si no tienes ningún problema, Nápoles te hace venir". Y añade: "Nápoles es una ciudad femenina, me la imagino como una mujer". Según la autora, sus personajes a menudo se impregnan del carácter de la ciudad: "En los momentos de peligro, Nápoles tiene una energía enorme. Y así es como hago ser a mis personajes: mujeres fuertes, que se encuentran en un momento complicado de la vida. Las pongo en un callejón sin salida, les hago hacer una pirueta ya ver qué pasa".
Parrella se muestra preocupada con la situación política de su país, pero también con el giro global hacia las ideologías de derechas. "Nos están tomando muchos derechos en muy pocos años –explica–. Una vez, en Polonia, una periodista me preguntó: «¿Cómo está la situación del aborto en Italia?». Yo le dije que estaba bien. Ella me contestó que en Polonia le estaban vaciando por dentro, como la yema del huevo. Desde hace poco, en Italia los ultracatólicos pueden entrar en el hospital para convencer a las mujeres que no aborten... Últimamente, me recuerdo mucho de la periodista polaca y, a vosotros, les digo: «Vigilad»».
"La política se puede hacer cada día, sea con palabras, haciendo voluntariado o yendo a votar", defiende la autora. "Y a veces la política se encuentra con la literatura –añade–. Hace unos años, por ejemplo, me pidieron que adaptara laAntígona de Sófocles. Mientras trabajaba allí, salió en las noticias el caso de un padre que tenía una hija en estado vegetativo desde hacía 15 años y quería desconectarla, pero las leyes de Italia lo prohibían. Y pensé, esto es Antígona ¡cuándo debe decidir si entierra a su hermano!".