Muere el compositor Jordi Cervelló a los 86 años
El legado del músico barcelonés incluye un magnífico catálogo de obras para cuerda
BarcelonaEl compositor Jordi Cervelló ha muerto este viernes a los 86 años en Figueres, donde hacía una semana que estaba ingresado debido a una neumonía. Así lo ha confirmado al ARA la Editorial Musical Boileau. Nacido en Barcelona el 18 de octubre de 1935, el violín y la música de cuerda en general han sido el eje de su obra hasta el final. Entre las últimas composiciones de Cervelló, de este mismo 2022, está Ofrenda a Franz Schubert para orquesta de cuerda y un capriccio para violín solo dedicado a la compositora y violinista polaca Grażyna Bacewicz. "Es un nombre muy importante. Me he inspirado mucho en ella. Un día, leyendo partituras suyas, me di cuenta de que lo que escribía era muy parecido a lo que hago yo. Es menos conocida que Penderecki y no es justo", aseguraba Cervelló sobre Bacewicz.
Hijo del industrial y pionero del coleccionismo mineralógico Josep Cervelló y de la poeta Maria Concepció Garriga, Jordi Cervelló empezó a estudiar violín en los seis años con Rosa Maria Faria. Después tuvo como maestro a Joan Massià y en 1957 fue a Milán para continuar formándose con los violinistas Franco Tufari y Eugen Prokop. Los años en Italia fueron fundamentales para Cervelló, impresionado por el ambiente cultural del país y por el debate vivo sobre la música contemporánea. Aun así, un accidente de tráfico en Roma en 1960 condicionó el futuro: tuvo que dejar la carrera como violinista y decidió dedicarse a la composición.
Completó estudios con Josep Maria Roma y en 1965 compuso Dos movimientos para cuarteto u orquesta de cuerda, que él mismo consideraba una partitura "de inspiración o intencionalidad pedagógica". "Mi catálogo compositivo es versátil y está formado por obras de motivación muy diferente. Unas en un lenguaje más o menos relacionado con la tradición histórica y que denomino música pura. Otras con una temática inspirada en temas sociales, también de carácter contemplativo, y finalmente un apartado de inspiración pedagógica", explicaba. Con Fantasía concertante (1969) para violín y orquesta fue incluido en la Década de Compositores Catalanes del VIII Festival Internacional de Música de Barcelona de 1970. Ganó el premio Ciutat de Barcelona con Secuencias sobre una muerte (1970), que más adelante fue grabada por Royal Philharmonic Orchestra de Londres dirigida por Antoni Ros Marbà, y obras como Anna Frank, un símbolo (1971) consolidaron su caligrafía musical. Las dos forman parte de la vertiente más social de Cervelló, composiciones que abordan "la violencia humana en todos los ámbitos".
Esta temática fue una constante en su trayectoria, de manera más genérica en Natura-Contranatura (2012), sobre la prepotencia, y más concreta en Las cargas, una obra sobre las cargas policiales del 1 de octubre de 2017 que estrenó la Banda Municipal de Barcelona en El Auditorio el 24 de enero de 2021. “En Las cargas hago una descripción de toda aquella animalada”, explicaba al ARA. En la obra, conviven la inspiración del primer movimiento del Concierto para violín de Beethoven, una obra “capital sobre la paz y el orden”, el sonido de los helicópteros interpretado por la percusión y la melodía de El testamento de Ameia, una de las joyas de las canciones populares catalanas.
Entre los galardones que recibió en los 70 destaca el primer premio del Concurso Permanente del ministerio de Educación y Ciencia de 1976 para , escrita en colaboración con el físico Jorge Wagensberg, con quien también trabajó en Formas para una exposición (1999), una obra sobre las ocho formas más frecuentes en la naturaleza. "Creo que es la obra sinfónica que mejor me ha salido. Es la más variada: son ocho movimientos muy diferentes con técnicas compositivas muy diferentes –explicaba Cervelló–. En 2003 se hizo la grabación en San Petersburgo, pero no se había estrenado nunca. Y hace poco le dije a Robert Brufau, director del Auditorio: «Tú, estrenamos esto antes de que me muera»”. Finalmente, se estrenó en marzo de 2022.
El espíritu de Formas para una exposición conecta con el de otra de las grandes composiciones de Cervelló, Hacia el infinito (1982-83), un poema sinfónico inspirado en El infinito, uno de las cumbres románticas del poeta Giacomo Leopardi. Otras composiciones destacadas de Cervelló son el cuarteto de cuerda Remembrances, Un canto a Pau Casals, La sexta noche (para guitarra y orquesta), Divertimento 2002 (un encargo del OBC) y Lux et umbra (estrenada en el Teatro del Hermitage), además de una veintena de caprichos para violín solo.
Además de compositor, Jordi Cervelló ejerció de crítico musical en El País (1981-1989) y de pedagogo. Por el conjunto de su trabajo recibió la Creu de Sant Jordi en 2006 y el premio Nacional de Música en 2010.