Música

Pantera suben la intensidad del Rock Fest

El grupo de Phil Anselmo cierra la segunda jornada del festival de Santa Coloma de Gramanet

BarcelonaPantera era el gran atractivo del Rock Fest 2024, y el concierto en el parque de Can Zam de Santa Coloma de Gramenet estuvo a la altura de la expectación: contundencia y carisma en el escenario, y entrega y excitación entre un público que había desempolvado las camisetas de la banda y que, al menos en las primeras filas, contribuía a rejuvenecer la media de edad de la asistencia. Todo ello, 24 años después de la última visita del grupo tejano a Cataluña, aquella accidentada actuación del 21 de junio de 2000, cuando la sala Razzmatazz todavía se llamaba Zeleste, en la que el cantante Phil Anselmo se hizo una herida en la frente a base de golpearse la cabeza con el micrófono. En el Rock Fest, Anselmo solo usó el micro para cantar un repertorio centrado en los discos Vulgar display of power (1992) y Far beyond driven (1994), repositorios de neurosis y violencia que mantienen su estatus como álbumes de referencia del metal.

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En la misma época en que el grunge canalizaba la angustia con distorsión e introspección emocional, Pantera organizaban la ira con groove metal salvaje. “¡Venganza!”, alertaban al comienzo de Mouth for war. "No hay nada, ni educación, ni vida familiar acogedora", bramaban en Strength beyond strength. “¡Estoy roto!”, gritaba Anselmo en I'm broken llevando el dolor físico por una espalda dañada a un dolor existencial. Vistas con perspectiva, muchas de esas canciones de hace treinta años barajaban algunos de los malestares y resentimientos que después recogería el trumpismo. Sin embargo, en el Rock Fest, inmersas en un contexto de celebración nostálgica, las canciones sonaron como contundentes artefactos estéticos, más feroces que peligrosas. Eso sí, muy bien interpretadas, desplegadas por un Anselmo que a los 56 años conserva todo el carisma escénico, y logrando efectos tan poderosos como las respuestas del público gritando I'm broken, reavivando el headbanging en 5 minuts alone y en Cowboys from hell tan pronto como sonaron el riff sostenido de la guitarra y el groove del bajo, y acompañando como un corazón enojado la Fucking hostile final. Anselmo, por cierto, llevaba una camiseta de Scour, su grupo de black metal; y horas antes del concierto subió al tren de la bruja, una de las atracciones del Rock Fest.

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Pantera se disolvieron en el 2003, cuando Anselmo priorizó otros proyectos. La muerte del guitarrista Dimebag Darrell en el 2004 y la de su hermano Vincent Paul Abbott en el 2018, dejaron el regreso del grupo a manos de Anselmo y el bajista Rex Brown, que en el 2022 reactivaron Pantera con dos fichajes de lujo: Charlie Benante, el batería Anthrax, y Zakk Wylde, guitarrista de Ozzy Osbourne y fundador del grupo Black Label Society. Con esta formación, la que tocó pasada la medianoche del sábado en el Rock Fest, pusieron en marcha una gira dedicada a la memoria de los Abbott, a los fans y al legado del grupo. Las gesticulaciones supremacistas del pasado de Anselmo supusieron la cancelación de conciertos en Nuremberg y Viena en el 2023. Posteriormente, el cantante repudió una bandera con el lema white power durante un concierto en Sofía, a la vez que pedía "dejar la política fuera" de los conciertos. Y así ocurrió también en Santa Coloma, donde, en ese sentido, solo se vio entre el público una pequeña bandera confederada.

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El poder de Angelus Apatrida y el respeto por Deep Purple

La segunda jornada del Rock Fest ofreció también un magnífico concierto de Angelus Apatrida, el poderoso grupo de thrash metal de Albacete, que recordó que el 23 de agosto actúan en Igualada. En Santa Coloma dieron protagonismo al disco Aftermath (2023), con canciones como Cold (que el cantante Guillermo Izquierdo presentó en catalán) y Rats, pero también con hitos del disco homónimo del 2021 como We stand alone. Además, involucraron al público en un espectacular circle pit. “¡Gracias por estar siempre!”, dijo Izquierdo.

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También están siempre los fans que el sábado siguieron la actuación de Deep Purple con el respeto que se concede a los pioneros. Antes de llegar a Smoke on the water, el grupo británico transitó por otras páginas fundacionales del hard rock como Highway star y Space truckin' y por monumentos de blues-rock como Lazy, dedicaron Uncommon man (del disco Now what?!, del 2013) en la memoria de Jon Lord (el teclista fallecido en el 2012), y avanzaron tres temas del disco que publicarán el 19 de julio. También hubo un solo excesivo de Simon McBride, el guitarrista de 45 años que se incorporó a la banda en el 2022, y el teclista Don Airey improvisó el himno del Barça. Y como frontman, un Ian Gillan que a los 79 años sabe administrar las fuerzas vocales para estar a la altura de la leyenda, aunque a veces parecía que estaría más a gusto cenando un arroz en el club náutico de Palamós.

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Antes de Deep Purple, y mientras gente con camisetas de Pantera, Cannibal Corpse o Slayer aprovechaban para cenar o para seguir la Eurocopa de fútbol (había una pantalla en un rincón del recinto), el grupo sueco Europe hizo el que se espera de él: repartir un heavy metal melódico que ya no encuentra herederos pero que ha dejado unos cuantos hits (y alguna balada difícil de defender, como Carrie), siempre interpretados con convencimiento y oficio por el cantante Joey Tempest, que utilizó el catalán y el inglés para dirigirse al público. “Sou de puta mare!”, dijo cuando llegó la hora de The final countdown, que coincidió con la victoria de los Países Bajos ante Turquía en los cuartos de final de la Eurocopa.