Crítica de conciertos

De un prohombre a un gran músico

Acertado homenaje a Ricard Viñes a cargo del pianista Lluís Rodríguez-Salvà en el Palau de la Música

Homenaje a Ricard Viñes

  • Lluís Rodríguez-Salvá
  • Palacio de la Música. 18 de septiembre de 2025

El último número de la Revista Musical Catalana dedica un amplio y acertado dossier a la figura de Ricardo Viñes (1875-1943), prohombre del pianismo catalán y de la vanguardia musical del primer tercio del siglo XX que cuenta con una proyección internacional indiscutible. Fue compañero de generación y amigo de compositores como Manuel de Falla, Maurice Ravel y Claude Debussy, y su técnica interpretativa sigue siendo recordada por algunas de las grabaciones que hizo a lo largo de su vida. Una vida intensa pese a un triste final, con un Viñes condenado a la indigencia en los últimos tres años, vividos en Barcelona.

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Era lógico, pues, que en plena conmemoración del ciento quincuagésimo aniversario de su nacimiento, el músico leridano fuera recordado en una sala como la del Palau de la Música, donde había actuado tantas veces. Y el programa seguía una lógica biográfica, con piezas de Maurice Ravel, Claude Debussy, Eduard Toldrà, Joan Manén y la versión original de Cuadros de una exposición de Modesto Mussorgsky.

En un concierto de estas características es evidente que no puede caber todo el mundo, pero la selección fue acertada, a base de composiciones estrenadas del propio Viñes (a excepción de la pieza de Mussorgski). Precisamente la música francesa, rusa y catalana es en la que más se prodigó, por lo que el catálogo fue suficiente.

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A todo esto hay que sumar el acierto interpretativo de Lluís Rodríguez-Salvà, sensible, de técnica inmaculada y excelentemente moldeada a los estilos que piden los compositores seleccionados: las texturas sinuosas de Ravel, la transparencia y las ambigüedades tonales Reflejos dans el eau del primer álbum deImages) y, sobre todo, la carga percutiva de la inmensa pieza de Mussorgski, con un pasaje conclusivo (La gran puerta de Kiiv) majestuoso y de resonancias casi sinfónicas a manos de Rodríguez-Salvá.

Un concierto conmemorativo en homenaje a un prohombre y muy bien servido por un músico de pies a cabeza. La velada inauguraba el ciclo Palau Piano. Lástima que su carácter extraordinario no reuniera más público en el auditorio modernista. Y es que algunos de nuestros grandes músicos resultan poco o mal conocidos por los melómanos de casa. Una verdadera lástima.

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