El libro que ni un alcalde pudo sacar del archivo de Barcelona
Los archivos municipales muestran la historia de la ciudad a través de un centenar de documentos
BarcelonaEl Libro Verde de Barcelona es un códice manuscrito del siglo XIV que reúne los privilegios que regían la vida municipal de la capital catalana en la Edad Media y tiene un gran valor simbólico, pero también estético por las miniaturas y cabeceras que salpican sus páginas. A través de cuatro volúmenes se representa a toda la sociedad medieval. Escrito en latín y en catalán, se guarda con llave en el Archivo Histórico municipal de Barcelona y, en los últimos 50 años, sólo ha salido en dos ocasiones: en 1979, cuando Narcís Serra juró el cargo como primer alcalde democrático tras la dictadura, y en 1999, en la exposición Barcelona Gótica que se realizó en el Museo de Historia de Barcelona. Ni siquiera Xavier Trias logró sacarlo del archivo en el 2011 cuando fue investido alcalde y lo pidió. Por primera vez, en este siglo y sólo durante una semana, se mostrará en la exposición Barcelona: el Archivo que somos, que se podrá ver desde el 19 de septiembre hasta el 23 de noviembre en el Museu d'Història de Barcelona.
Es uno de los cien documentos que cuentan siete siglos de la historia de la ciudad: desde abril de 1249, cuando Jaime I autorizó a los habitantes de Barcelona a gobernarse de manera autónoma, hasta la actualidad. "Es pasado, presente y futuro, porque en el archivo no dejan de entrar documentos. A partir del siglo XX el archivo empezó a recibir donaciones privadas, y eso también ha hecho que ahora haya múltiples voces", asegura elhistoriador y museólogo Daniel Venteo, que comisaría la exposición de los archivos municipales. Además, en la Sala del Tinell también se habla de proyectos de futuro. En mayo de 2018 se presentó el proyecto arquitectónico para convertir la nave número 8 de la antigua fábrica textil Can Batlló en la sede de los 21 archivos municipales que actualmente están repartidos por la ciudad. Después de un tiempo parado, ahora se está elaborando el proyecto ejecutivo que hará realidad el sueño de poder unificar archivos y, finalmente, tener una gran sala de exposiciones propia.
Un archivo prácticamente único en Europa
"Tenemos 50 kilómetros lineales de documentación, pocas ciudades tienen este patrimonio documental que se ha mantenido de forma sostenida, con algún descalabro, a lo largo de todos estos siglos", señala Ana Pazos, archivera jefe del Ayuntamiento de Barcelona. "Uno de los motivos de hacer esta exposición es mostrar nuestro archivo con motivo de la celebración del Congreso Internacional de Archivos que se celebrará en Barcelona en octubre y que congregará a archiveros de todo el mundo, es la primera vez que este congreso se celebra en España", añade Pazos. Además, el 9 de octubre, Ramon Alberch, que había sido archivero jefe de Barcelona entre 1989 y 2004, presentará un libro sobre la historia de los archivos.
Entre otros muchos documentos se encuentra la copia del primer privilegio de autogobierno de 1249. El original se perdió, pero afortunadamente el notario municipal Esteve Gilabert hizo una copia en el siglo XVII. En la exposición se pueden ver muchos otros ejemplos del autogobierno, tanto de sus momentos álgidos como de épocas más oscuras, como un ejemplar del Decreto de Nueva Planta de 1714. Existe la primera acta municipal de la nueva corporación municipal republicana de abril de 1931, pero también el expediente de depuración del abril 1939 por el régimen franquista.
Barcelona creció de forma exponencial, sobre todo, a partir de finales del siglo XIX. La ciudad se ha ido reinventando y la exposición muestra mapas de cómo era, pero también de proyectos de cómo iba a ser. Algunos se intentaron, otros se hicieron a medias, y algunos fueron olvidados. Hay un dibujo de 1389 que muestra la ciudad bajomedieval, el ambicioso plan Cerdà, el plan de reconversión de la Ciudadela militar borbónica en un nuevo parque central de Josep Fontserè de 1873; la Rambla de 1807... En una de las paredes se muestra el proyecto de reforma general de Ciutat Vella aprobado en enero de 1881 que implicó la construcción de las avenidas de la Catedral, Cambó y Via Laietana y otras que nunca se hicieron realidad. La otra cara de la moneda está en un cajón: Modesto Urgell dibujó algunos de los edificios y plazas, como la placeta de Basea o la calle de las Donzelles, que fueron borrados del mapa cuando se hizo la Via Laietana. Hay un mapa de los bombardeos de la Guerra Civil y los dibujos que hicieron los niños sobre cómo vivían entonces. Uno de los mapas menos conocidos se hizo durante el franquismo y muestra los asentamientos de chabolas: una cruz roja señala las zonas "más peligrosas".
A lo largo de toda la exposición, hay fotografías de diferentes momentos históricos. En algún caso, la complementación con la documentación es prácticamente perfecta. Hay una fotografía de Francesc Ballell de uno de los pabellones construidos durante la epidemia de fiebre tifoidea de 1914. Debajo, la documentación de la gestión económica conserva un pedazo de las colchas que se pueden ver en la imagen. Los documentos explican grandes reivindicaciones del siglo XX, como la de una escuela laica y catalana, o un libro de matrimonios que algún funcionario reutilizó para convertirlo en libro de divorcios. Guarda (no se pueden ver) los nombres de los primeros divorciados de Barcelona después de la primera y efímera legislación que le permitía en 1931. Uno de los documentos más voluminosos es de 1401. Se trata del registro del primer banco público de Barcelona y el más antiguo de todo el continente, que desapareció en 1867. Incluso conserva la clave original.