Patrimoni

Tras la pista de las obras de arte "perdidas" que los franquistas dieron en la UB

La universidad expone pinturas y esculturas que recibió en 1942 y la investigación que rebela su origen

BarcelonaEn 1942, la Universidad de Barcelona (UB) necesitaba obras de arte para decorar sus salas. Había una manera de obtenerlo sin desembolsar dinero: el Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional (SDPAN). Cuando estalló laGuerra Civil, en julio de 1936, la Generalitat intentó proteger el patrimonio. Para preservarlo de las bombas, se incautó y trasladó decenas de miles de obras a diferentes depósitos de Barcelona, ​​Olot, Manresa, Vic, Girona, Poblet, Viladrau... Cuando los franquistas ganaron la guerra, los republicanos les entregaron voluntariamente las piezas procedentes de colecciones privadas y públicas, de monasterios. Todo ello pasó a manos del SDPAN, que a partir de 1939 empezó a devolverlo a sus propietarios. Pero muchas devoluciones nunca culminaron.

El destino de miles de estas obras que no fueron devueltas a los propietarios legítimos fueron museos, iglesias, instituciones públicas y universidades. Hasta ahora, se han localizado ocho universidades beneficiarias: la de Alcalá de Henares, la Complutense de Madrid, la de Murcia, la de Oviedo, la de Valladolid, la de Zaragoza y la Menéndez Pelayo de Santander. "La Universidad de Barcelona es la única que ha investigado el origen de estas obras", explica Arturo Colorado, de la Universidad Complutense y el investigador que ha realizado la investigación junto con Santos M. Mateos, de la Universidad de Vic-Universidad Central de Barcelona. El resultado se puede ver en la exposición El arte dispersado del franquismo, en el Aula Capella, hasta el 18 de julio. Precisamente, la Capilla es en parte el origen de todo.

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Obras para decorar una nueva capilla

La UB recibió dos depósitos el 17 de enero y el 8 de junio de 1942. El primero en pedir obras de arte para decorar espacios de la universidad fue el decano de Filosofía y Letras, Sebastián Cirac Estopañán. Recibió seis telas. El segundo fue el párroco Francisco Gómez de Campillo, quien acusaba la recepción de veintidós objetos: pinturas, esculturas, piezas de orfebrería e indumentaria litúrgica. El destino de todo este arte era la capilla que empezó a construirse en la facultad tras la victoria franquista y que estuvo en funcionamiento hasta la década de los 80. La construcción de este espacio religioso fue parte de la transformación de la universidad, que estuvo marcada por la depuración de hasta el 70% del profesorado. Consagrada el 5 de marzo de 1945, no sólo se celebraban misas, sino también bodas.

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En la documentación que intercambió la UB y el SDPAN se explicita que, si aparece el propietario, las obras se tendrán que devolver. Sin embargo, hasta ahora nadie las ha reclamado y seguir su trazabilidad es prácticamente una actividad detectivesca. "Solo hemos podido averiguar el origen de una de las piezas, la escultura del Sagrado Corazón de Josep Llimona", explica Mateos. La escultura ingresó en el Palacio Nacional de Montjuïc en 1936 y se registró con el número 65949 sin especificar su origen. "En ese caso, las pistas las han dado las fotografías", añade Santos. En la Biblioteca de Cataluña hay una fotografía que tomó Josep Salvany en 1926 en el patio del Fomento de la Piedad Catalana y donde aparece la obra de Llimona. Esta entidad era catalanista y con la victoria de Franco tuvo que refundarse. Actualmente, es la Biblioteca Balmes (calle Duran i Bas, 9). Hay otra fotografía donde se puede ver la escultura en los depósitos, que el SDPAN abrió al público para que quien pudiera acreditar que era propietario de los objetos los reclamara. En Barcelona, ​​el principal depósito fue la actual sede del Institut Cartogràfic de Catalunya, en Montjuïc.

Los intentos por recuperar las obras

En 1939, Josep Vives i Gatell, bibliotecario de la Biblioteca Balmes, y el cura Eudald Serra hicieron una reclamación para recuperar el patrimonio. Se les devolvió todo, pero no la escultura. "No se les devolvió porque la obra de Llimona no estaba identificada y se dio por perdida", detalla Santos. Hasta ahora, los actuales responsables de la Biblioteca Balmes no han dado ningún paso para reclamarla. Del resto de obras que se pueden ver en la exposición, se desconoce su origen. "La UB recibió 29 obras de pintura, escultura, orfebrería e indumentaria religiosa", destaca Colorado. Sólo se conservan 11 (nueve pinturas y dos esculturas). El resto, sobre todo la orfebrería y la indumentaria religiosa, han desaparecido. "Seguramente desaparecieron en el momento en que la capilla dejó de tener un uso religioso", detalla Agustí Alcoberro, vicerrector de Cultura, Memoria y Patrimonio de la UB.

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Entre las obras que se pueden ver en la exposición y de las que se desconoce el origen hay óleos sobre lienzo con temática religiosa de los siglos XVII y XVIII. Entre otros hay La continencia de Escipción, atribuido a Luca Giordano (XVII), y el Desembarco de Colón en América, de José María Rodríguez de Losada. Las obras de la UB son tan sólo la punta del iceberg. "Más de 3.000 obras fueron a parar a las iglesias y más de 2.000 a los organismos públicos, pero el ministerio de Cultura sólo ha investigado los fondos de los museos nacionales españoles", lamenta Colorado.